
Martín resume buena parte de la agenda que hoy atraviesa a la industria nacional con una frase: “el desafío es abastecer al mercado argentino con mejores precios y calidad, y al mismo tiempo ganar competitividad para exportar”. A lo largo de esta entrevista, pone el foco en los desafíos de corto plazo, las reformas estructurales pendientes, la logística como vector clave de competitividad y las oportunidades que se abren para el comercio exterior en un contexto de reconfiguración global.
¿Cuáles son hoy los principales temas que están trabajando desde la Unión Industrial Argentina?
En el corto plazo, se están analizando los problemas de actividad que estamos viviendo en el sector industrial y todo lo relacionado con las tasas de interés, que están impactando muy fuerte en la actividad. Pero, al mismo tiempo, estamos trabajando en propuestas de reformas estructurales, especialmente en una reforma impositiva y en la modernización laboral, que son temas centrales para mejorar la competitividad.
Cuando hablás de reformas estructurales, ¿a qué te referís puntualmente?
La Argentina tiene un problema estructural que es el costo argentino. En todos los eslabones de las cadenas de valor se fueron acumulando distorsiones a lo largo del tiempo: problemas impositivos, laborales, de infraestructura, de educación. Todo eso va sumando costos. Al final del día, los precios de los productos terminan siendo más altos que en los países de la región.
No solo son caros los productos que se producen en la Argentina, también los importados. Un producto importado puede costar el doble que en Uruguay o Brasil, aun teniendo el mismo arancel externo común. Eso muestra que transporte, distribución e impuestos son más caros que en el resto de los países.
En ese contexto, ¿cómo se puede equilibrar la relación entre importaciones e industria nacional?
El problema no es importar o no importar. Los países están integrados al mundo: importan, exportan y trabajan para tener industrias competitivas. El foco está en bajar costos en energía, regulaciones laborales, financiamiento. En todos los países se trabaja para tener costos bajos.
En Argentina venimos de una lógica inflacionaria, donde la corrección siempre era por precio. El foco no estaba puesto en la eficiencia interna, sino en cubrirse financieramente, en el sobrestock, en anticiparse a aumentos. Cuando frenás la inflación, esa lógica cambia: ya no podés corregir con precios y tenés que mirar la eficiencia de manera mucho más fuerte. Ese es el cambio de lógica que estamos viviendo hoy.
¿Qué lugar ocupa la logística dentro de ese proceso de eficiencia?
La logística es uno de los vectores centrales de la competitividad. Por eso es tan importante trabajar en puertos, rutas, energía, en todo lo que forma parte de la infraestructura de un país. Eso es lo que permite bajar costos y ser realmente competitivo.
Pero para hacer esas inversiones grandes se necesita una macroeconomía ordenada, baja inflación, crédito a largo plazo y a tasas razonables. Eso se ve muy claro en países como Brasil, que en los últimos años hizo autopistas en todo el país y desarrolló nuevos puertos con costos mucho más bajos que los nuestros. Eso no se logra sin inversión sostenida.

¿Qué relevancia tiene el comercio exterior para la industria nacional en este escenario?
Es fundamental. Todos los países del mundo tienen exportaciones que representan alrededor del 30% del PBI, algunos llegan al 40%. Argentina exporta cerca del 10%. Para crecer llega un momento en que el mercado interno tiene un límite y hay que salir a otros mercados.
Pero para exportar hay que trabajar mucho en competitividad interna: impuestos, costos portuarios, rutas, logística. Cuando una empresa se enfoca en exportar, también mejora sus productos para el mercado interno, porque competir a nivel global te obliga a subir estándares.
Sin embargo, Argentina históricamente gravó las exportaciones. ¿Cómo impacta eso?
Argentina puso impuestos a la exportación tanto al campo como a la industria. Hay muy pocos países en el mundo que lo hacen, y suelen ser países muy pobres. En general, los países que exportan mucho fomentan las exportaciones, con reembolsos y devolución de impuestos, porque exportar genera divisas y estabiliza la macroeconomía.
En la región, Chile y Brasil crecieron muchísimo en exportaciones en los últimos 10 o 15 años. Argentina creció mucho menos. Y eso muestra la importancia de tener una política activa de comercio exterior.
En materia de acuerdos comerciales, ¿qué rol pueden jugar Estados Unidos y Europa?
Para Argentina son acuerdos muy importantes. Estados Unidos importa entre el 25% y el 30% de los productos industriales que consume. No es que vamos a competir con Estados Unidos, sino con sus proveedores: China, México, Brasil. Por eso estos acuerdos pueden ser muy beneficiosos.
Con Europa también hay una complementación interesante: importar tecnología y maquinaria, y exportar productos con mayor valor agregado. Son mercados que comparten reglas de juego similares y pueden generar un ida y vuelta productivo.
¿Y cómo ves el rol de China en este nuevo escenario?
China hoy concentra cerca del 50% de la producción industrial mundial. Es la fábrica del mundo. Pero eso genera desequilibrios. Hay subsidios a las exportaciones y una competencia que muchas veces es desleal, lo que provoca la desaparición de cadenas de valor en otros países.
El debate global es cómo equilibrar ese escenario para no terminar con un solo país produciendo todo y el resto totalmente desindustrializado. Argentina tiene que definir con quién asociarse estratégicamente para desarrollarse.
¿Qué sectores ves hoy con mayor potencial exportador?
Claramente energía y minería. Hay una gran demanda mundial de minerales críticos como el cobre, el litio y las tierras raras, y también de energía. Pero además, Argentina tiene enormes oportunidades en sectores tradicionales: alimentos, carnes, metalmecánica, forestoindustria, madera, muebles, papel, vinos. Si se hacen las transformaciones necesarias, Argentina podría triplicar sus exportaciones en muchos de estos sectores.
Más allá de los sectores, ¿cuáles son las claves para mejorar la eficiencia industrial?
Cada cadena de valor tiene sus reglas, pero hay algunos factores comunes. La incorporación de última tecnología es clave: acelera procesos, reduce consumo de energía y mejora la calidad. En los últimos años hubo avances muy fuertes en electrónica e inteligencia artificial que mejoraron mucho los procesos productivos.
También es fundamental la digitalización interna, la automatización de procesos y la organización interna de las empresas, con estructuras más flexibles y orientadas al cliente. Y, sobre todo, que toda la organización esté comprometida con ese objetivo de eficiencia y competitividad.
¿Cuál es el principal desafío de la industria nacional hacia adelante?
Bajar costos y ser competitivos. Cuando la brecha de precios es muy grande, el importador elige traer de China. Pero cuando los precios se acercan, comprarle a un proveedor nacional es más rápido, más flexible y más eficiente desde lo logístico. El desafío es ese: abastecer al mercado argentino con mejores precios y calidad, y al mismo tiempo ganar competitividad para exportar. Ese es el camino que tiene que recorrer la industria.
Últimas Noticias
Automatización y supply chain: gestión de riesgos en una industria que exige agilidad constante
Jorge Bermudez, gerente de supply chain, describe la evolución del sector, los insumos que tensionan la planificación y por qué la anticipación operativa define el ritmo productivo

La logística emerge como factor crítico en la estrategia exportadora argentina
El último informe de la Cámara de Exportadores pone el foco en infraestructura, transporte multimodal y digitalización como ejes clave para reducir costos logísticos y mejorar la competitividad exportadora

Logística: engranajes que mueven confianza en un mundo interconectado
Más allá de indicadores y tableros, la logística aparece como un entramado de personas, decisiones y vínculos que, cuando se alinean, transforman la operación en confianza compartida

La cadena de suministro cuántica se concentra y enciende alertas por dependencias críticas
El ecosistema cuántico muestra una creciente dependencia de pocos países para el abastecimiento de componentes estratégicos, un escenario que expone vulnerabilidades logísticas y comerciales emergentes

Abastecimiento químico, logística y vínculos globales: desafíos de operar en un sector estratégico
Jorge de San Francisco, responsable de compras y comercio exterior, analiza el rol del tratamiento del agua en procesos productivos y los desafíos de planificar insumos críticos para su procesamiento


