Prepara crujientes de manzana y jengibre con dos huevos

Ya sea con manzana, pera o incluso calabaza, la fruta cocida de los postres crocantes, también conocidos como crumble o crujientes, se combina con una mezcla de harina, azúcar, mantequilla y, a veces, avena o frutos secos. El resultado es un postre tibio, reconfortante y perfecto para cualquier época del año que puede adaptarse fácilmente a lo que se tenga en casa, y su sabor puede intensificarse con especias como canela, nuez moscada o jengibre.

En el caso de esta receta, la combinación de manzana y jengibre evoca inmediatamente los aromas cálidos y especiados de la Navidad, sin embargo, esta dupla de sabores no tiene por qué limitarse a diciembre, siendo ideal para disfrutar en cualquier momento del año, ya sea en una merienda de primavera, como postre veraniego o acompañando una infusión otoñal.

Además de ser deliciosa, esta preparación aprovecha ingredientes con diversas cualidades nutrimentales, por ejemplo, la manzana, suave y ligeramente dulce, aporta fibra y vitaminas; mientras que el jengibre, tanto fresco como en polvo, además de dar un toque especiado y cálido, también favorece al sistema digestivo. Por otro lado, las especias como la canela, el clavo y la nuez moscada realzan el sabor con aromas intensos, y la melaza, junto con el azúcar mascabado, añade profundidad y un dulzor menos refinado.

Esta receta, publicada en la página Larousse Cocina, tiene una dificultad fácil y está diseñada para preparar 12 porciones en solo 40 minutos.

Ingredientes:

• 2 tazas de mantequilla
• 6 cucharadas de azúcar mascabado
• ½ taza de azúcar + cantidad suficiente
• 2 cucharadas de melaza
• 1 cucharada de jengibre rallado
• 2 huevos
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 2 tazas de harina de trigo
• 2 cucharaditas de canela en polvo
• 2 cucharaditas de jengibre en polvo
• 1 cucharadita de nuez moscada
• 1 cucharadita de clavo de olor, molido
• 1 cucharadita de sal
• 4 manzanas gala, cortadas en rebanadas delgadas

Procedimiento:

1. Acreme mantequilla en un bowl con ayuda de un batidor, agregue ambas azúcares, la melaza y el jengibre rallado hasta obtener una consistencia esponjosa.
2. Agregue los huevos y la vainilla, continúe mezclando hasta obtener una mezcla homogénea.
3. Mezcle la harina y las especias en un bowl y añada en tres partes a la mezcla de mantequilla hasta que obtenga una masa tersa.
4. Coloque dos cucharadas de la masa en una charola con tapete o papel para hornear y presiónelas para formar un disco, coloque una rebanada de manzana por encima y continúe con el resto de la masa.
5. Horneé a 160° C por 15 minutos o hasta que las galletas obtengan un color dorado, retírelas del horno, colóquelas sobre una rejilla y espolvorée con azúcar mascabado.

La manzana es una fruta refrescante, ligera y muy completa desde el punto de vista nutricional según lo detallado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). De acuerdo con la información proporcionada, está compuesta principalmente por hidratos de carbono de rápida absorción, como la fructosa, glucosa y sacarosa, por lo que es una fuente natural de energía.

Aunque contiene muy pocas proteínas y grasas, destaca por su aporte de vitaminas y minerales entre las que sobresalen la C, que fortalece el sistema inmunológico, y la vitamina E, que actúa como antioxidante. Aunque en menor cantidad, también contiene algunas del grupo B, las cuales ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso.

En cuanto a minerales, la manzana es rica en potasio, fundamental para los músculos, los nervios y la función de los riñones. También aporta pequeñas cantidades de minerales como zinc, manganeso y selenio, todos importantes para mantener nuestras células sanas. Su aspecto más destacado es el alto contenido de fibra presente tanto en la piel como en la pulpa, la cual, especialmente la pectina, ayuda a regular el tránsito intestinal y puede ser útil tanto para aliviar el estreñimiento como para mejorar episodios de diarrea.

Por otro lado, el jengibre es rico en minerales como hierro, magnesio, zinc, fósforo y potasio, además de aportar varias vitaminas, incluyendo la C, la E y varias del grupo B. Según El Poder del Consumidor, contiene también compuestos naturales como el gingerol y el shogaol, que le dan sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antibacterianos.

Usado tradicionalmente para aliviar problemas digestivos, ayuda a producir saliva, mejora la digestión y previene las náuseas; también es útil para estimular el apetito y mejorar la circulación, por lo que puede beneficiar a personas con várices o presión baja. Además, se le atribuyen efectos calmantes que pueden ser útiles para reducir la ansiedad, aliviar migrañas y mejorar el estado de ánimo.