¿Qué tan sana es tu actitud hacia el dinero?

Con este test puedes saber qué tan fácil o difícil puedes ahorrar y por qué, además se muestran las respuestas de ciudadanos de diferentes países que son muy diversas

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Claudine Moya Ponce, académica de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana (Infobae)
Claudine Moya Ponce, académica de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana (Infobae)

En la columna de hoy analizamos que cualquier persona sabe que llevar un control de gastos y ahorrar, resulta en finanzas personales sanas. Sin embargo, ello no siempre ocurre. ¿Qué lleva a algunas personas a no hacer lo que más les conviene? La respuesta es que no siempre tenemos una sana actitud hacia el dinero. Si deseas saber si ese es, o no, tu caso, te invito a responder una pequeña encuesta:

Indica qué tanto estás de acuerdo con las siguientes afirmaciones, donde 1 = Completamente de acuerdo y 5 = Completamente en desacuerdo:

___ “El dinero está para ser gastado”

___ “Me satisface más gastar el dinero que ahorrarlo”

Lo que piensas del dinero dice mucho nde cómo gastas en el día a día (Imagen en Freepik).
Lo que piensas del dinero dice mucho nde cómo gastas en el día a día (Imagen en Freepik).

___ “Vivo por hoy; que el mañana se cuide solo”

Estas preguntas son parte del instrumento de libre acceso, diseñado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 1* para medir qué tanto las personas se enfocan en el corto o en el largo plazo, al momento de decidir qué hacer con su dinero.

La siguiente gráfica muestra el porcentaje de personas que respondió con valores entre 1 y 3 a las afirmaciones anteriores; es decir, aquellos que están de acuerdo, en algún grado, con éstas.

Elaboración propia con datos de OCDE, (2018) G20/OECD INFE report on adult financial literacy in G20 countries.
Elaboración propia con datos de OCDE, (2018) G20/OECD INFE report on adult financial literacy in G20 countries.

Compara qué tan similares son tus respuestas con las de los mexicanos encuestados y respecto de personas en otros países.

La gráfica muestra que el 68% de los mexicanos opina que el dinero está para gastarse, al 52% le satisface más gastar que ahorrar y el 64% vive por hoy y espera que el mañana se cuide solo. En otras palabras, la mayoría de los mexicanos tiene un enfoque o actitud de corto plazo respecto del dinero.

Actitud de corto plazo hacia el dinero

Una actitud o enfoque de corto plazo es tratar el dinero como “papa caliente”; gastar el dinero como si no hubiese un mañana. Ello es resultado de la combinación de varios factores que se presentan en mayor o menor grado dependiendo de las experiencias, educación y personalidad del individuo. Estos factores son:

- Satisfacer vacíos emocionales y falta de autocontrol, que se manifiestan en compras compulsivas o en esos “gustitos” cotidianos mejor conocidos como Gastos hormiga.

- Ver al “yo del futuro” como alguien ajeno. Se ha comprobado en estudios científicos, que la mayoría de las personas no planea para el futuro porque no se identifica con su “yo del futuro”; lo ve como algo lejano y ajeno. De ahí que la publicidad de las AFORE muestre un “yo del futuro” agradeciéndole al “yo del presente” por ahorrar.

- Hábitos financieros aprendidos en casa. Las conversaciones y ejemplos que escuchamos y vemos de nuestros padres, forman una especie de “programación” que replicaremos en el futuro, en tanto no vivamos alguna experiencia que nos obligue a modificarlas.

- Miedos adquiridos por crisis financieras. Todos los que vivimos las crisis de los años 80 y 90 del país, sabemos de sobra el impacto de tasas de inflación altas. Ello arraigó la creencia de que valía más gastar que ahorrar. Si bien actualmente hay mayor inflación que en otros años, no llega a los niveles que justifiquen no ahorrar.

Todo lo anterior provoca que gastemos de más, en cosas que no son necesarias. Ello merma nuestra capacidad de financiar proyectos futuros y afrontar imprevistos.

Qué es lo financieramente sano

“Nada en demasía” dicen los preceptos de Delfos (Grecia); ni todo para el corto plazo, ni todo para el largo plazo. La clave está en ver el dinero como un medio para adquirir bienes o servicios que satisfagan necesidades presentes y futuras, por ello:

- El dinero está para gastarse, pero no todo de un jalón. El que gasta como si no hubiese un mañana, no podrá hacer afrontar imprevistos, ni tendrá los medios para financiar proyectos, sean viajes, educación, propiedades, negocios, etc. No lograr nuestros proyectos se traduce en frustración. Cada vez que gastes sin medida, pregúntate qué sueños o proyectos estás boicoteando.

- Gastar por “el gusto de gastar”, cae en el terreno de la compra compulsiva o consumismo.

La satisfacción debe provenir de la necesidad cubierta por el producto o servicio, por el proyecto que lograste financiar o que a los tuyos no les falte nada (o les falte menos); nunca por el acto de gastar en sí. Cada vez que estés a punto de gastar por impulso y digas “para eso trabajo”, pregúntate: ¿vale más la satisfacción de derrochar, que la satisfacción de hacer frente a imprevistos o ahorrar para la licenciatura de tus hijos?

- Vivir para el presente y que el mañana se cuide solo, es “jugársela” o apostar a tener un futuro financiero sano por suerte o por alguna fuerza metafísica. Nadie tiene tanta suerte, ni se le alinean los astros a su gusto. Levante la mano quién está exento de accidentes y enfermedades o tiene una bolita mágica que le da la certeza de un futuro libre de imprevistos. ¿Dejarás tus sueños o los de tu familia a la suerte?

Una actitud sana hacia el dinero es verlo como lo que es: un simple medio para adquirir aquello que necesitamos, de manera planeada (vía un presupuesto). Las necesidades de casa, vestido, alimentación y esparcimiento nos acompañarán toda la vida. Enfocarse sólo en las necesidades presentes y, sobre todo, en caprichos o impulsos, es boicotear tus sueños y asegurar un futuro de dificultades (y no tenemos que irnos hasta la vejez). Algunos dirán que no hay que ocuparse de un futuro que quizá no llegue; pero, si bien nadie tiene garantizado estar vivo para cuando finalice el día, tampoco hay garantía de que no surja un imprevisto mañana mismo. ¿Vale más la satisfacción de gastar y vivir para hoy, que la satisfacción de no tener apuros económicos que pudiste haber evitado? ¿Sacrificarás cosas valiosas para el futuro por satisfacer “gustitos” no necesarios presentes?

*1 OCDE (2018) OECD/INFE Toolkit for Measuring Financial Literacy and Financial Inclusion.