
Los artículos científicos suelen ser sinónimos de rigurosidad, precisión y años de trabajo. Publicados en revistas especializadas de prestigio, cada línea se revisa cuidadosamente por pares antes de aparecer ante el mundo entero. Sin embargo, en 1975, una investigación sobre física de bajas temperaturas rompió con ese esquema y se convirtió en una leyenda académica no solo por su contenido, sino por su insólito coautor: un gato siamés llamado Chester, registrado bajo el nombre de F.D.C. Willard.
Detrás de esta historia de ingenio se encuentra Jack H. Hetherington, físico de la Universidad Estatal de Michigan. El académico, conocido por sus investigaciones en el comportamiento del helio-3, finalizó un artículo que aspiraba a publicar en Physical Review Letters, una de las revistas más reconocidas en esta rama de la ciencia, sin embargo, un detalle aparentemente menor amenazaba con impedir su publicación, pero su minino podría salvarlo.
Ya que modificar todo el artículo no era una opción viable, el científico tuvo una solución fuera de lo ortodoxo y decidió sumar a un coautor que podría sacarlo del problema, es decir, su gato Chester.
¿Quién es F.D.C Willard?

De acuerdo con la propia versión que contó Hetherington en el programa de YouTube X-keys Five Minute Friday, antes de enviar su artículo a la prestigiosa revista, decidió pedir ayuda de un amigo para verificar que no hubiera algún error. Aunque parecía algo menor, la redacción del estudio tenía un problema: utilizó la primera persona del plural (“nosotros”, “nuestro”) a lo largo del texto, a pesar de ser el único autor.
En los años 70, el texto fue mecanografiado y rehacerlo implicaba un gran esfuerzo. Fue entonces cuando Hetherington ideó sumar a Chester bajo el seudónimo F.D.C. Willard, acrónimo de Felis Domesticus Chester (suma del nombre científico de los gatos domésticos, más el nombre de pila del minino) y el nombre del padre del felino. La artimaña resultó un éxito. El artículo titulado Two-, Three-, and Four-Atom Exchange Effects in bcc ³He fue publicado el 24 de noviembre de 1975 en la edición número 35 de Physical Review Letters, firmado por J.H. Hetherington y F.D.C. Willard. Nadie sospechó que el misterioso segundo autor era, en realidad, un gato.
Si bien el engaño se mantuvo por un tiempo hasta que un visitante del departamento pidió hablar con el Dr. Willard y, ante la carcajada generalizada, se reveló el secreto. Para entonces, la historia ya se había esparcido entre los pasillos académicos y fue ganando notoriedad. Hetherington, lejos de ocultarlo, incluso estampó una huella de Chester en varias copias del artículo, una de las cuales llegó a manos de físicos en Grenoble. Ellos, que consideraban invitar a Willard a una importante conferencia internacional en 1978, decidieron retirar también a Hetherington de la lista de invitados tras descubrir la verdadera identidad del coautor.
A pesar del revuelo, la anécdota fue tomada con humor por muchos colegas, aunque no todos estaban encantados. Algunos editores y organizadores científicos manifestaron su molestia, mientras otros veían con simpatía el gesto. Incluso circuló el rumor de que la esposa de Hetherington compartía la cama con su marido y con Willard al mismo tiempo, lo cual solo añadió más sabor a la historia.
Años después, Hetherington explicó que además de evitar reescribir el artículo, buscaba un impacto más duradero: “Si finalmente resultaba correcto, la gente lo recordaría más si se conocía la autoría anómala. A la mayoría le divierte la idea; solo los editores parecen encontrarle poco humor”.
Carrera científica y legado felino

F.D.C. Willard no se detuvo ahí. En 1980, su nombre volvió a aparecer como único autor de un artículo publicado en la revista francesa La Recherche, titulado L’hélium 3 solide: un antiferromagnétique nucléaire. Esta vez, el texto fue redactado por un colectivo franco-estadounidense que, al no poder ponerse de acuerdo sobre los contenidos, optó por firmar bajo el nombre del gato para evitar conflictos. Si alguien encontraba errores, el gato cargaría con la culpa.
Aunque no hay registros formales de que Willard haya aceptado un puesto académico, sí se conserva una carta del entonces presidente del departamento de física de la Universidad Estatal de Michigan, el Dr. Truman O. Woodruff, dirigida a Hetherington. En ella, expresaba su deseo de contar con Willard como Profesor Visitante Distinguido, reconociendo su estatus de físico ilustre. Al parecer, Willard “declinó la oferta”, aunque fue citado frecuentemente como “Consultor de Depredación de Roedores” en documentos internos del departamento.
F.D.C. Willard murió en 1982 a los 14 años, pero su historia ha sido contada una y otra vez como símbolo del ingenio académico. El 1 de abril de 2014, la Sociedad Americana de Física (APS) rindió homenaje a su figura en un comunicado oficial publicado como parte de una celebración del Día de los Inocentes.
En el texto, anunciaron que todos los artículos escritos por gatos estarían disponibles gratuitamente, como parte de su nueva política de acceso abierto: “APS se enorgullece en anunciar una nueva iniciativa diseñada para extender los beneficios del acceso abierto a un conjunto más amplio de autores. Desde Schrödinger, no había habido una oportunidad como esta para los gatos en la física”.
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