La crisis argentina contada a los chicos: reeditan una novela situada en el tembladeral de 2001

En “El complot de Las Flores”, Andrea Ferrari muestra la crisis pero también abre camino a la acción para superarla. " La situación sociopolítica era tan intensa que se coló en mi relato”.

Compartir
Compartir articulo
Andrea Ferrari y "El complot de Las Flores", reeditado.
Andrea Ferrari y "El complot de Las Flores", reeditado.

En pleno tembladeral y con el sonido de las cacerolas de 2001 como telón de fondo, una familia bonaerense debe abandonar Buenos Aires para asumir una travesía que la llevará a instalarse en la Patagonia. Es que el doctor Herrera tiene allí la propuesta de un nuevo trabajo, como médico, en Las Flores, un pequeño poblado en vías de extinción, de apenas cuatrocientos habitantes y al que no llegan ni las vías del tren.

Es allí donde deben viajar también sus hijos, Leonardo y Mara, que se convertirán en héroes de esta historia increíble: los chicos -protagonistas y destinatarios de la ficción- acompañan la planificación y construcción de una carretera de asfalto que podrá salvar al pueblo de la exclusión, permitiendo la entrada del turismo, sin imaginar hasta qué punto cambiarán el destino del pueblo.

Andrea Ferrari (Buenos Aires, 1961) es una escritora y periodista argentina de extensa trayectoria, que poco después del cambio de siglo comenzó a escribir, también para el público infantil y juvenil.

Entonces, El complot de Las Flores significó un debut más que auspicioso: ganó el premio Barco de Vapor en 2003. Ahora, la autora celebra que el libro se haya reeditado por editorial Loqueleo, y alcance a una nueva generación de lectores.

En este caso, Ferrari imagina en la ficción un pueblo cuyos habitantes descubren en su lucha por la supervivencia la importancia de encarar un proyecto colectivo, y el inmenso poder de la voluntad, sobre todo en situaciones críticas.

Además, la novela hace referencias concretas a las crisis argentinas: algo no tan común entre los libros para chicos, que suelen evitar la alusión a cuestiones sociales conflictivas. La novela demuestra, en este sentido, que el entretenimiento no tiene por qué estar desligado de la búsqueda de respuestas y de sentidos; incluso, ante temas espinosos como son la marginación social y la progresiva desaparición de un poblado perdido en el mapa.

Angeles Espinoza es el nombre del personaje que se encarga de ir relatando en un diario la crónica de esta hazaña imperdible, mientras en su derredor siguen desarrollándose los acontecimientos, tropiezos y amoríos en que se ven envueltos los demás integrantes del “Grupo de Rescate de las Flores”, grandes y chicos.

-No es frecuente que las crisis económicas ni otras variables político culturales se cuelen en los libros juveniles. ¿Es importante hablarles a los chicos de las dificultades que en distintos momentos de la historia del país nos ha tocado atravesar como sociedad, también, a partir de las tramas de ficción?

-En el caso de El complot de Las Flores no incluí la situación sociopolítica porque creyera que debía hablar del tema, sino porque era tan intensa que se coló en mi relato sobre ese pequeño pueblo. Creo que los chicos que leen hoy esta novela escrita en 2001 y 2002 ven aquel período como una parte de la historia argentina, pero lo que fundamentalmente leen, es la historia de Mara y Sebastián, dos adolescentes que son parte de un extraño plan en un pueblo en crisis. A lo que aspiro siempre es a ofrecer una historia potente en un contexto que interese, que sea creíble, que aporte a la lectura.

Barbijos. Ferrari también se ocupó de la pandemia, en otro de sus libros.
Barbijos. Ferrari también se ocupó de la pandemia, en otro de sus libros.

- ¿Qué otras situaciones inusuales para el género dirías abordaste desde la ficción, en tus libros?

- Creo que varias. Por ejemplo, la llegada al país de jóvenes africanos escondidos en barcos, que se cuenta en La noche del polizón. Y más recientemente, el cuestionamiento a la idea tradicional de belleza femenina, en El retrato de Verónica G. O los costados inesperados de la pandemia en Detrás de la máscara.

-Muchos libros para chicos y jóvenes suelen “bajar línea” o promover valores, pero sabemos que no es eso lo que determina el valor de un texto literario. ¿Vos en qué te enfocás, como autora, al momento de darle forma a una novela? ¿Cuáles son los aspectos que te parece imprescindible no descuidar?

-Me enfoco en la historia: busco que tenga una trama interesante y verosímil, personajes humanos, que evolucionen, e intento generar un texto que permita al lector pensar y sacar sus propias conclusiones.

-¿Hay un riesgo en querer escribir a partir de las “temáticas importantes” o los “valores”?

-Claro, producir una obra acartonada, maniquea.

-¿Dirías que tu experiencia como periodista influye en la elección y el tratamiento de los temas de tus novelas?

-Sí, creo que influye de varias maneras. Por un lado, sigo teniendo una “mirada periodística” al pensar en nuevas historias. De hecho, varios de mis libros, como por ejemplo Los chimpancés miran a los ojos, surgen a partir de historias reales. También usé el periodismo de telón de fondo, como en la trilogía policial Sol de noche, que en buena parte transcurre en la redacción de un diario. Me parece interesante poner en discusión la influencia de los medios y las redes en la forma en que vemos el mundo.

-Los libros para jóvenes representan uno de los sectores más activos del mercado editorial. Eso supone la construcción de una comunidad de lectores que ¿creés que perdurará en el tiempo, incluso en convivencia con la cultura de las pantallas?

-Es cierto, la literatura infantil y juvenil es uno de los motores más potentes de la industria editorial, aunque sigue teniendo poca visibilidad en los medios y en el mundo académico. Es difícil predecir qué sucederá en el futuro, pero yo no creo que la literatura esté necesariamente enfrentada a la cultura de las pantallas. De hecho, han surgido interesantes iniciativas juveniles en las redes vinculadas a lo literario: los que reseñan en video, los que producen fan fiction o cortos centrados en libros. El juvenil es, sin duda, un público difícil, y es un gran desafío para quienes escriben y editan para ellos saber qué temas ofrecer y con qué forma.

-¿Qué estás escribiendo actualmente?

-Lo último que publiqué es 24 fotos, una novela para adultos. Ahora estoy trabajando en dos campos: por un lado, un libro para chicos más pequeños, con eje en el humor y el absurdo. Por otro, una nueva novela para adultos, esta vez volcada a lo policial: siento que dirigirme a lectores tan diversos me refresca y me ayuda a evitar repetirme, un fantasma que siempre está.

infobae

Quién es Andrea Ferrari

♦ Nació en Buenos Aires en 1961. Es periodista y escritora.

♦ Habitualmente su obra es de literatura infantil o juvenil, lo que le valió entre otras distinciones el prestigioso premio Barco de Vapor en 2003.

♦ Entre sus libros se cuentan 24 fotos, Las mil y una noches de Irak. La guerra explicada a los chicos, No es fácil ser Watson, La noche del polizón y Las iguales.

Seguir leyendo