La genialidad de Ramón Gómez de la Serna, el español creador de las greguerías

El madrileño realizaba tertulias con el fin de dar a conocer sus particulares aforismos, que publicaba en su revista, titulada Prometeo

Compartir
Compartir articulo
Ramón Gómez de la Serna
Ramón Gómez de la Serna

El español Ramón Gómez de la Serna fue un escritor y periodista español, perteneciente a la generación del 94, creador de un género literario conocidos como greguería, según explicación del académico de la RAE Álvaro Pombo es una “invención literaria que consiste en una metáfora breve e ingeniosa” y que, de acuerdo con el propio Gómez de la Serna es el resultado de la unión de la metáfora y el humor.

Este español vanguardista, nacido el 3 de julio de 1888, contó con una obra muy extensa, que va desde el ensayo hasta las novelas y biografías, pero en lo que destacó más fue en las greguerías, un género creado por él que busca llevar al lector a una “pirueta conceptual” o a una “metáfora insólita”.

Las greguerías son parecidos a los aforismos y constan de una sola oración que tiene una o más líneas y que expresan desde pensamientos filosóficos, humorísticos, pragmáticos, líricos o de cualquier otra índole.

Gómez de la Serna, un gran divulgador de las vanguardias europeas a quien le gustaba que le llamaran solo Ramón, escribió alrededor de un centenar de libros.

Ramón Gómez de la Serna
Ramón Gómez de la Serna

Una de las cosas que ayudó bastante para difundir su obra y los pensamientos de Ramón fueron las tertulias (reuniones informales y periódicas de gente que va interesada a escuchar o hablar de un tema) que hacía en el Café Pombo, reconocido lugar de encuentro en Madrid, inmortalizado por intelectuales y pintores como José Gutiérrez Solana.

Escribió su autobiografía durante el periodo que fue exiliado en Buenos Aires, cuando tenía sesenta años.

Trató de realizar sus estudios en la carrera de Derecho, pero ya en la facultad se dio cuenta que no le interesaba tanto, se sintió entonces atraído por la literatura cuando uno de sus tíos publicó a los 17 años un libreto titulado Cantares, un escrito en especial por un canto melancólico a los años de adolescencia.

Su padre financió su primera obra, titulada “Entrando en fuego”, pero fue hasta la muerte de su madre cuando empezó su carrera en el periodismo y los recorridos por los cafés de Madrid con sus tertulias.

Ramón Gómez de la Serna
Ramón Gómez de la Serna

Al salir de su casa se instaló en un lugar un poco más íntimo, que le permitió escribir con tranquilidad sus artículos periodísticos ,que publica en su revista Prometeo con el pseudónimo de Tristán. En 1909 publicó uno de los primeros manifiestos culturales que se hayan escrito en España, titulado “El concepto de la nueva literatura”, en el que defendía la modernidad y criticaba fuertemente lo que llamó el “lastre” que supone la tradición para que los jóvenes creadores puedan concebir y desarrollar el nuevo arte venidero. Aunque la reacción fue mayoritariamente positiva, algunos literatos lo tildaron de iconoclasta, anarquista de las letras, blasfemo, etc.

En los años 30 Ramón se empezó a interesar por Latinoamérica y aceptó una invitación que lo llevó a viajar en barco a dar unas conferencias en Buenos Aires, donde tiene un buen recibimiento. Allí conoció a Luisa Sofovich y quedó enamorado de ella. Tanto así que espera a que ella arregle los papeles del hijo de su primer matrimonio para que, el 23 de febrero de 1932, los tres viajen juntos a tierras españolas.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo en su lugar natal, los últimos días los vivió en Argentina, donde su precaria salud lo obligó a restringir sus salidas a solo un paseo por semana. En 1962 se dieron cuenta que su cáncer había empeorado y para el 12 de enero de 1963 falleció Ramón en Buenos Aires.

Sus restos fueron llevados a Madrid, donde fue enterrado en el Panteón de hombres ilustres, propiedad de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles.

Algunos ejemplos de greguerías:

· La leche es el agua vestida de novia.

· La O es la I después de beber.

· La Luna es un banco de metáforas arruinado.

· El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la intención de que salgamos más naturales.

· Debía de haber unos prismáticos de oler para percibir el perfume de los jardines lejanos.

· Dos en un auto: idilio. Tres: adulterio. Cuatro: secuestro. Cinco: Crimen. Seis: tiroteo con la policía.

· ¡Qué fácil es que un adulto pase a ser adúltero!

· Como daba besos lentos duraban más sus amores

· ¡Qué tragedia! Envejecían sus manos y no envejecían sus sortijas.

· La eternidad envidia a lo mortal.

· Cuando recogemos el guante caído, damos la mano a la muerte.

· Cuando una mujer chupa un pétalo de rosa, se da un beso a sí misma.

· Nuestra verdadera y única propiedad son los huesos.

· -¿Hay peces en el sol? - Sí, pero fritos.

· La medicina ofrece curar dentro de cien años a los que se están muriendo ahora mismo.

· Al inventarse el cine, las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar.

· Si no fuésemos mortales, no podríamos llorar.

· Al dar a la llave de la luz se despierta a las paredes.

· Nos muerde el ladrido de los perros.

· La lluvia es triste porque nos recuerda cuando fuimos peces.

· Era tan mal guitarrista, que se le escapó la guitarra con otro.

· Como la luna se pone más allá del horizonte, nadie sabe si cae cara o cruz.

· El mapamundi nos sirve el mundo como un par de huevos fritos.

· El beso nunca es singular.

· Todo el mar quiere salvarse en el tablón que flota.

· El ladrido dura hasta que el perro no varía de idea.

· Si no hubiese luna, los ríos se equivocarían de camino.

· El tiovivo cree que está dando la vuelta al mundo en su plaza de feria.

· El amor a primera vista no necesita gafas.

· Los pinceles hacen cosquillas a los cuadros. El pincel de Leonardo hizo sonreír a la Gioconda para toda la eternidad.

· Cuando bostezamos frente al espejo, nos tragamos a nosotros mismos.

· Hay que elegir lo que hace sonreír, no lo que hace llorar.

· El ladrido es una risa al revés.

· Cuando se retrasa la luna en el amanecer, lleva los zapatos en la mano para que no la sientan llegar a su casa.

· El pasado hubiera querido ser el porvenir, pero vino demasiado pronto al mundo.

· Antes que buscar una palabra en el diccionario, es preferible inventar otra.

· Existen las esquinas para que puedas arrepentirte del camino que sigues.

· Las palabras son peces que pasan en hilera y no necesitan agua sino papel.

· El acento es la vacuna de la palabra.

· En el diccionario todas las palabras juegan al escondite con uno.

· A veces sentimos un apretón de manos en el corazón.

· Salía tanto vapor de la olla, que la niña exclamó: ¡Mamá, se está quemando el agua!

· Las latas de conserva vacías quedan con la lengua de hojalata fuera.

· El espejo se cansó de que le enseñase la lengua y un día fue él el que la sacó.

· El arco iris es la cinta que se pone la naturaleza después de haberse lavado la cabeza.

· El agua se suelta el pelo en las cascadas.

· Donde el tiempo está más unido al polvo es en las bibliotecas.

· Los ceros son los huevos de los que salieron las demás cifras.

· Lo más importante de la vida es no haber muerto.

SEGUIR LEYENDO: