“No le tenemos temor al país” dice Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires

Con 167 años de existencia, su principal conductor considera que es la institución privada a nivel económico más poderosa del país y que invertir en ella sigue siendo la mejor opción, pese al panorama crítico que vive la economía del país

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(Cristian Gastón Taylor)
(Cristian Gastón Taylor)

La Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) subsistió a todo tipo de crisis y de gobiernos, y fue visitada por casi todos los presidentes, menos los militares. “En esta institución fue orador Sarmiento. Sáenz Peña, Roca, Carlos Pellegrini, Mitre, todos los hacedores del país hablaron en la Bolsa”, relata su presidente, Adelmo Gabbi, quien lleva casi 60 años en la institución, de los cuales fue presidente durante varios de ellos.

Aclara que todos sus dirigentes cumplen sus funciones ad honorem, lo que coincide con una línea de conducta que busca defender un organismo que en sus 167 años nunca registró una denuncia por corrupción. “Esta es una institución que fundamentalmente tiene como bandera la libertad en todos los sentidos, porque acá, sobre todo en la Argentina, nos preocupamos mucho por las libertades individuales que me parece muy bien, pero no pensamos en la libertad económica. Bueno, nosotros somos un adalid de la libertad económica”, sostiene Gabbi.

Con 167 años de existencia, su principal conductor considera que es la institución privada a nivel económico más poderosa del país y que invertir en ella sigue siendo la mejor opción, pese al panorama crítico que vive la economía del país

Como una de las instituciones más estables y fuertes del país, la BCBA ocupa un lugar preponderante entre las organizaciones similares a nivel internacional y se destaca porque siempre tuvo a alguna mujer en su consejo directivo. Actualmente tiene más de trescientas socias mujeres.

Pero sus acciones no se limitan a lo económico y financiero sino que alcanzan lo social, como la construcción de una escuela en Villa 20, en la ciudad de Buenos Aires. Asimismo, tal como lo hizo en 2020 con la aparición de la pandemia, en pocas semanas entregará a hospitales diversas donaciones. Esta histórica vocación de servicio ya se vio durante las crisis por la fiebre amarilla y la fiebre española, recuerdan desde la BCBA.

En el año 2012 el organismo vivió un cambio estructural cuando la entonces Presidente Cristina Fernández de Kirchner envió un proyecto a la Cámara de Diputados que transformó a la BCBA como institución bursátil en Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA). Actualmente, la Bolsa es el mayor propietario de BYMA, “es nuestra nave insignia y es realmente el mercado argentino, al que respetamos, por el cual trabajamos”, dice su máximo directivo.

La reciente caída de la Argentina de categoría tuvo un impacto muy negativo en BYMA porque se han retirado muchos fondos del exterior, explica Gabbi y agrega: “En este momento estamos pasando una situación muy especial, nuestro mercado ha sido catalogado como un mercado de la peor línea del mundo, estamos en la misma línea de países en guerra, Palestina, Zimbabue”.

Aun así, si bien la pandemia hizo sufrir a todas las bolsas de Latinoamérica y el deterioro de la moneda ha sido muy grande, las empresas cotizantes en la Bolsa hoy tienen precios muy competitivos, afirma Gabbi. “Creo que estamos a las puertas de que el que invierta en la Bolsa tiene muchísimo para ganar y muy poco para perder. Es decir que la famosa especulación bursátil, hoy sería la seguridad bursátil porque no hay posibilidad de perder”, sostiene.

En ese marco, el presidente de la BCBA también observa que el dólar estadounidense, en su cotización libre, tiene un precio bastante razonable respecto de los índices inflacionarios. Y explica la continua referencia a esta moneda: “El dinero es cobarde y va a los lugares de mayor seguridad; la moneda extranjera tiene, en este momento, más seguridad que la nuestra”.

Qué hace falta en Argentina

El presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires afirma que la salida es dotar al país de la confianza perdida hace mucho tiempo en el exterior: “La Argentina no puede ser un incumplidor serial. Un país, cuando se compromete a pagar un día determinado tiene que hacerlo. Todo lo que sean postergaciones en los pagos significa que no estamos cumpliendo y, a la larga, a los inversores mundiales no les interesa invertir en aquellos países que no cumplen sus obligaciones”.

Esto también explica, según el dirigente, por qué las inversiones sí se sostienen en el ámbito privado, donde el respeto a los compromisos se mantuvo. “El cumplimiento de las obligaciones no solamente es importante por el honor, sino también como un negocio. Cuando más cumplís, más gente va a venir a invertir a tu país, si hay mayores inversiones, va a haber mayores fuentes de trabajo, si hay mayores fuentes de trabajo, habrá menos pobreza. Y si hay menos pobreza, volveremos a tener el gran país que soñaron nuestros mayores”, sentencia Gabbi.

Respecto de la inflación, afirma que es el problema más serio que tienen todos los países y la única forma de contenerla es dejando de emitir: “Y la única forma de dejar de emitir, es no tener déficit. Cuando tengamos un presupuesto que tenga la misma salida que las mismas entradas, no vamos a tener más inflación. No se puede gastar más de lo que se recibe, tenemos un nivel tributario altísimo, pero que no alcanza para cubrir el terrible déficit que tiene el país”.

Palacio que alberga a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (Crédito: BCBA)
Palacio que alberga a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (Crédito: BCBA)

El futuro de la Bolsa

Adelmo Gabbi se muestra optimista respecto del futuro del país y de la propia institución que dirige y no teme alentar también a los pequeños inversores: “En la Bolsa no hay que invertir el dinero que uno necesita para vivir, pero como inversión ésta es la mejor, aquí y en todos los países del mundo. Hay un momento determinado en donde se recuperan todas las pérdidas y se obtienen utilidades”.

Con ese espíritu también explica que la institución que preside está preparando a socios jóvenes para que vayan diseñando lo que va a ser la Bolsa dentro de 10 años para seguir promoviendo el desarrollo de la república. “No le tenemos temor al país, primero porque somos parte del país, segundo porque sabemos la potencialidad de este país y tercero, y fundamental, porque nacimos y viviremos siempre en Argentina”, concluye.