Sofía Morandi, la revelación del Bailando: "Bailo, canto y actúo, pero mi carrera se la debo a las redes"

No sólo suma casi dos millones de seguidores en sus redes: además pre-produce una serie web que le propuso a Tinelli y estudia ofertas de teatro para el verano. “No tengo novio pero me gustaría estar chongueando para mirar series con alguien”, admite.

Compartir
Compartir articulo
Palabra de Morandi: “Empecé a hacer videos para ir a castings de la tele, pero eran audiciones cerradas. Hasta que un día me contactaron porque les gustaban las stories que contaba en quince segundos”.
Palabra de Morandi: “Empecé a hacer videos para ir a castings de la tele, pero eran audiciones cerradas. Hasta que un día me contactaron porque les gustaban las stories que contaba en quince segundos”.

"Soy una chica muy soñadora, que creció en el quincho de una casa cantando y bailando", dice la neuquina Sofía Morandi (21), que se crió  en Buenos Aires, hasta que a sus dos años la familia decidió volver al Sur, para que ella y su hermano crecieran rodeados por afectos cercanos.

"Vivía en una casa en la que cruzaba el patio y del otro lado estaban mis abuelos y mis primos, jugando en la calle… Ahí creo que me hice quien soy. Ahí, sin duda, desarrollé toda la creatividad. Crecer ahí fue todo, y lo sigue siendo. Es mi lugar en el mundo", dice la millennial que hizo de sus videos divertidos en Instagram una carrera a la fama.

Porque en poco tiempo los mismos se empezaron a hacer virales, al punto de que hoy tiene 1.600.000 seguidores, las marcas le pagan por aparecer en sus redes y se convirtió en la revelación del Bailando junto a Julián Serrano, con quien integra la pareja más likeada en las redes sociales. "Con Julián somos amigos: no pasa nada entre nosotros. Tenemos buena onda y compartimos varios proyectos, pero nada más. Además, te aclaro y les aclaramos a todos los lectores que no estoy de novia, pero me gustaría estar chongueando, para mirar series con alguien".

–¿Cuándo empezó tu pasión por el baile?

–Creo que desde siempre. De muy chica empecé a bailar flamenco, porque mi abuela estudiaba con Silvia Seisdedos. El día que decidí dedicarme a esta carrera tenía ocho años. Vi a mi mamá en una muestra de fin de año de comedia musical haciendo Cats… Cuando salí de ahí le dije a todo el mundo: "No sé bien qué es esto, pero yo quiero bailar, actuar y cantar, y eso voy a hacer toda mi vida". Al año siguiente me llevaron a estudiar comedia musical en la academia de Claudia La Valle, en la ciudad de Neuquén. Mi primer papel fue el de una de las hermanastras de La Bella y la Bestia. No paré de estudiar y actuar hasta que terminé el secundario, en el 2014. En 2015 me vine a Buenos Aires.

–¿Cómo tomaron tus padres esa decisión?

–Mi familia tiene un departamento acá, que se usó cuando ellos estudiaron actuación, ballet, jazz, contemporáneo y flamenco. Ese mismo año participé –junto a otros 500 aspirantes– del Congreso Internacional de Musicales y Operas Rock que organizaba Valeria Lynch, por una de las diez becas de estudio que se ofrecían. Fui una de las ganadoras en el rubro Danza. Estuve en un programa de formación de dos meses en la Universidad Point Park de Pittsburgh, Estados Unidos. En 2016 me anoté en TEA Periodismo para hacer contactos, porque no conocía a nadie. Empecé a subir videos en Instagram, aplicando todas las cosas que había aprendido. Y un día me escribió por Instagram Marcela Citterio para ofrecerme un papel en Heidi, bienvenida a casa, la producción de Nickelodeon.

Sofi y Julián Serrano integran la pareja revelación del Bailando y la más likeada en las redes sociales.
Sofi y Julián Serrano integran la pareja revelación del Bailando y la más likeada en las redes sociales.

–¿Dirías que las redes sociales fueron clave en tu éxito?

–Sí. Aunque estudié baile, canto y actuación, le debo mi carrera a los videos que producía para Instagram. Yo había empezado a hacerlos porque mi objetivo era ir a castings para la tele, pero la mayoría eran audiciones cerradas y no tenía contactos. Cuando los adolescentes me piden consejos, yo les digo que se formen, que hagan arte, que se pregunten qué quieren y después cómo lo pueden conseguir. La clave es no bajar nunca los brazos.

–Pensabas que la fama y la popularidad te iban a llegar por Instagram?

–Para nada. Yo empecé a subir videos sin imaginármelo. Creía que era una vía para que me vieran, pero que el éxito llegaría por las audiciones. Mi popularidad empezó con el trabajo en Nickelodeon. A veces se cree que subir cosas a las redes no es un trabajo… Todos los días siento la obligación de hacer algo que divierta, un video, y a veces no tengo tiempo… Menos ahora que estoy en el Bailando. Hoy se les exige cada vez más a las redes, y hay que responder a la demanda. Es un trabajo de 24×7. Pero también tengo conciencia de ser quien soy gracias a la gente que me conoce por Internet. Fue lo que me abrió las puertas, así que no voy a renegar de eso.

–¿Cómo es Sofi fuera de las redes y sin maquillaje?

–Soy tal cual la que ves en las redes sociales. Soy acelerada: me encanta estar todo el tiempo creando, produciendo, haciendo personajes, contando chistes, bailando, cantando. No paro nunca. Hasta Nicolás, mi hermano, que vive conmigo y juega en la Cuarta de Racing, no puede creer la energía que tengo. Porque yo escribo, edito y actúo todo lo que hago. El otro día le propuse a Marcelo (Tinelli) hacer una serie web, y ya nos juntamos varias veces con el Chato Prada, Fede Hoppe, Mica Suárez, Lucas Spadafora, El Demente y otros millennials más para empezar a crearla.

“Soy tan acelerada como me ven en las redes sociales”, admite Sofía.
“Soy tan acelerada como me ven en las redes sociales”, admite Sofía.

–¿Cuál es la clave para ser un influencer?

–No tengo la receta exacta… A mí me funciona manejarme con espontaneidad en las redes, porque hoy no podés caretear mucho. Es mejor hacer lo que sabés, lo que sos, lo que te sale. Eso, más tarde o más temprano, es lo que funciona. La clave es ser auténtico.

–¿Sufriste de grooming?

–Por suerte no, ni tampoco de bullying, pero sé que pasa mucho en las redes sociales. Por eso, a los menores les pido que dejen que sus padres estén encima de lo que hacen en Internet, porque hay de todo. El acosador que hace grooming, en primer lugar estudia a la víctima, para conocer –a través de las redes– cuáles son sus intereses, gustos y actividades. En ocasiones el agresor falsifica su identidad, haciéndose pasar por alguien de la misma edad de la víctima, para ganar la confianza del menor y obtener todos sus datos personales. Una vez consolidada la relación de amistad, no duda en empezar el acoso sexual. Por eso hay que tener mucho cuidado. Por suerte, yo siempre tuve seguidores re buenos.

Pablo Procopio
Fotos: Maxi Vernazza
Producción: Sofía Pérez y Santía

SEGUÍ LEYENDO: