Estados Unidos anunció el martes que desembolsó un préstamo de 20.000 millones de dólares para Ucrania, respaldado por los intereses devengados por los activos rusos congelados, en el marco de un paquete de apoyo del grupo G7 por 50.000 millones de dólares.
Ese fondo constituye una parte importante de los 50.000 millones de dólares en nuevos préstamos aprobados en octubre por el grupo de las siete mayores economías, que buscan ayudar a Kiev a apuntalar al país en medio de su lucha contra la invasión de Rusia.
También llega justo al final del gobierno del presidente demócrata Joe Biden y cuando el futuro del apoyo estadounidense a Kiev está en duda con la vuelta en enero a la Casa Blanca del magnate republicano Donald Trump.
“Estos fondos, pagados con los ingresos extraordinarios obtenidos de los propios activos inmovilizados de Rusia, proporcionarán a Ucrania una infusión crítica de apoyo mientras defiende a su país contra una guerra de agresión no provocada”, indicó la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en un comunicado.
Los préstamos del G7 “ayudarán a garantizar que Ucrania tenga los recursos que necesita para sostener los servicios de emergencia, hospitales y otros claves para su valiente resistencia”, destacó Yellen.
La Unión Europea se plantea usar los fondos congelados rusos
En noviembre, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, propuso que la Unión Europea utilice los fondos congelados rusos —y no solo sus beneficios— para seguir ayudando a Ucrania económica y militarmente si Donald Trump retira la ayuda de Estados Unidos cuando asuma el cargo de presidente.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores aseguró que la ayuda que las instituciones comunitarias y los Estados miembros dan a Kiev supera en su conjunto a la de Estados Unidos, pero que si se tiene en cuenta el apoyo militar, Washington “aporta aproximadamente un 25% más”.
“Sustituir a Estados Unidos representaría, por tanto, un esfuerzo financiero e industrial considerable que obligaría a plantearnos de nuevo cuestiones que ya hemos debatido como qué hacer con los fondos congelados de Rusia”, dijo Borrell en un debate en el Parlamento Europeo sobre las consecuencias de la victoria de Trump.
La UE ha decidido utilizar los beneficios que generan los fondos congelados rusos para financiar militarmente a Ucrania y para avalar el préstamo de 50.000 millones de dólares que acordó el G7 el pasado mes de julio, pero si Trump retirase la ayuda estadounidense, “no serían suficientes”, afirmó Borrell.
“En ese caso, entraríamos de lleno en una cuestión nuclear, debatida y no resuelta, pero que se pondrá sobre la mesa, qué hacer no con los rendimientos del capital, sino con el capital mismo”, señaló el jefe de la diplomacia europea.
Los Veintisiete han optado por no utilizar los fondos por las dudas legales que plantea esta posibilidad. Sin embargo, la posibilidad de emplearlos ya la planteó la futura sustituta de Borrell, la ex primera ministra de Estonia, Kaja Kallas.
Borrell también dijo que la elección de Trump debe servir para que la UE tome “plena conciencia de la necesidad de reforzar” su propia seguridad, y, tras recordar que este objetivo ya se planteó en 2017, tras su primer triunfo, esperó “que esta vez sea cierto”.
(Con información de AFP)