La historia de Lola González, una joven española que se mudó a París para perseguir su sueño: “Lo recomendaría a cualquiera que tenga la posibilidad”

A sus 25 años, decidió dejar atrás su vida en Madrid para dedicarse a la pintura

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La ciudad de París
La ciudad de París

París siempre ha sido considerada la ciudad de los artistas, de los soñadores y de las segundas oportunidades, y para Lola González esto se ha hecho realidad. Nacida en Toledo, de 25 años, y graduada en Comunicación y Organización de Eventos en Madrid, esta joven española decidió dar un giro a su vida cuando se dio cuenta de que su verdadera vocación no estaba en la consultoría, donde trabaja, sino en crear arte.

“Siempre me ha encantado crear cosas desde que tengo uso de razón, ya sea en formato físico o digital”, confiesa. Desde su pequeño piso luminoso en París, Lola pinta cada tarde rodeada de pinceles. “Mudarse aquí me impulsó a sacar adelante mi proyecto artístico”, explica en una entrevista con La Vanguardia.

Lola compagina su trabajo como consultora con su pasión por la pintura y su piso se ha convertido en un taller improvisado. “Mis cuadros reflejan lo que siento en el momento en que los pinto. A veces ni siquiera sabría explicarlos, pero al verlos recuerdo lo que estaba pasando en mi vida entonces”, cuenta en el diario catalán. La pintura, dice, se ha convertido en una forma de terapia y desconexión. “Me ayuda a expresarme y a desconectar. También me gusta ver qué impacto tienen en la gente que los ve y escuchar cómo los interpretan”, añade.

Trabajar desde casa también le ha permitido reorganizar su tiempo. No perder horas en desplazamientos le deja más tiempo para poder pintar.

De Toledo a París: el reto de empezar de cero

Aunque la idea de mudarse a la capital francesa suena romántica, adaptarse no fue fácil. “En España somos más cercanos y abiertos; en Francia, la gente es más independiente y reservada”, reconoce. Esa barrera cultural le costó al principio, sobre todo para hacer amigos.

“Desde fuera se pinta a los franceses, sobre todo a los parisinos, como gente borde, pero no lo son. Simplemente, son más cerrados al principio. Una vez te abren la puerta, son encantadores”, asegura.

El idioma fue otro obstáculo: “Mi nivel de francés era básico cuando llegué. Me costaba abrir una cuenta bancaria o pedir cita al médico. Pero con el tiempo y con paciencia, todo mejora”.

La ciudad de París
La ciudad de París

París y la nostalgia de casa

Vivir fuera también la ha hecho reconectar con España. “Antes no escuchaba tanta música española, y ahora la pongo todo el tiempo. Muchas canciones me transportan a España o a momentos con mi familia. Cuando me entra nostalgia, me acompañan muchísimo”, confiesa.

Además, su decisión de mudarse no fue solo emocional, sino también práctica. “El mercado laboral y los alquileres en España están completamente descompensados. Busqué piso en Madrid, pero era imposible mantenerme y ahorrar a la vez. Por eso decidí probar suerte en otro país”, admite.

Así es la vida en París

“París me ha hecho madurar”

A pesar de los retos, Lola asegura que mudarse a París ha sido una de las mejores decisiones de su vida. “Lo recomendaría a cualquiera que tenga la posibilidad. Te hace madurar rápido, conoces a personas de culturas muy distintas y aprendes a estar contigo misma”, explica.

Hoy, mientras sigue trabajando como consultora y dando forma a su primera exposición, Lola González puede decir que forma parte de una generación de jóvenes que buscan su sitio entre la estabilidad y la pasión creativa.