Tu perro puede ser diestro o zurdo y hay tres formas muy sencillas de saberlo: todo lo que quiere decir su pata dominante

“Conocer esta característica no es para etiquetar, sino para entender cómo se relaciona con el mundo”, señala el presidente de la Real Sociedad Canina de España

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Un perro levantando la pata.
Un perro levantando la pata. (Freepik)

Reconocer si un perro es zurdo o diestro representa mucho más que una curiosidad: permite adaptar rutinas, anticipar reacciones ante ciertos estímulos, promover habilidades específicas y profundizar el vínculo entre el animal y sus humanos. La Real Sociedad Canina de España (RSCE) y distintos estudios internacionales sostienen que este fenómeno, denominado lateralización motora canina, surge por la organización funcional del cerebro y tiene implicaciones en la personalidad y la forma de procesar emociones.

Al igual que ocurre en los seres humanos, los perros manifiestan preferencias claras por utilizar una de sus extremidades delanteras en distintas situaciones cotidianas, aunque la proporción de lateralización difiere de la humana. Mientras solo alrededor de un 10% de los humanos son zurdos, en los perros la cifra es mucho mayor: hasta el 50% prefiere utilizar la pata izquierda, según investigaciones recopiladas por la RSCE y equipos como el de Deborah L. Wells en la Universidad Queen de Belfast. Así, mientras entre las personas la dominancia diestra es abrumadora, en la población canina la distribución es notablemente más equilibrada.

La lateralización tiene su origen en la división cerebral: cada hemisferio controla la parte opuesta del cuerpo y cumple roles específicos. El hemisferio izquierdo -gobernando la pata derecha- se asocia con lógica, rutinas y procesamiento de emociones positivas, mientras que el hemisferio derecho –que rige la pata izquierda– está más ligado a la reacción ante estímulos nuevos, la orientación espacial y emociones intensas como precaución o miedo. Esto no solo determina la pata dominante, sino también cómo el perro resuelve problemas, procesa información y se comporta socialmente.

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Diestros seguros, zurdos emocionales

La RSCE destaca que este pequeño rasgo, lejos de ser anecdótico, resulta determinante para comprender mejor a los perros. “Conocer si tu perro es diestro o zurdo no es para etiquetarlo, sino para entender cómo se relaciona con el mundo”, afirma José Miguel Doval, presidente de la organización. Según sus palabras, “un zurdo puede necesitar más refuerzo positivo y un diestro, disfrutar más de actividades como el agility o la obediencia. Saberlo nos ayuda a acompañarlos mejor, potenciar sus talentos y fortalecer el vínculo con él”.

El temperamento y la lateralidad se influyen mutuamente. Los perros diestros, con predominio del hemisferio izquierdo, suelen mostrar más seguridad, autocontrol y adaptabilidad en contextos conocidos. Esto explica que muchos animales seleccionados para tareas de asistencia o terapia sean diestros, ya que requieren concentración y estabilidad emocional. Por el contrario, los zurdos, gestionados por el hemisferio derecho, tienden a ser más emocionales, sensibles y reactivos ante ruidos intensos o situaciones novedosas, lo que involucra también mayores cuotas de intuición y empatía hacia sus tutores.

Estudios pioneros publicados en ResearchGate revelan que los perros ambidiestros suelen reaccionar con mayor intensidad a estímulos sonoros como tormentas o fuegos artificiales.

Un perro da la pata
Un perro da la pata a un veterinario.

Cómo saber si tu perro es diestro o zurdo

No solo la personalidad se vincula a la lateralidad, sino también el sexo y las hormonas. Según los hallazgos de la doctora Wells, los machos tienden a ser zurdos y las hembras, diestras, influencia que los expertos adjudican a la acción de las hormonas sexuales durante el desarrollo cerebral. Esto, sumado al entorno y la educación, forja patrones conductuales muy diversos dentro de la misma especie.

Detectar la pata dominante es sencillo si se realizan observaciones sistematizadas. Especialistas y la RSCE recomiendan utilizar juegos interactivos y dinámicas cotidianas: ofrecer un Kong y ver con cuál pata lo estabiliza, observar qué pata adelanta primero al levantarse tras estar tumbado o cuál utiliza para rascar puertas o alcanzar un premio escondido bajo un mueble. Para garantizar resultados confiables, se aconseja repetir cada prueba al menos 50 veces y considerar dominante aquella pata utilizada en dos de cada tres ocasiones. Además, solicitar al perro que dé la pata varias veces o analizar su reacción al juego de “tira y afloja” también proporciona pistas sobre su preferencia lateral.

Un perro sosteniendo con sus
Un perro sosteniendo con sus patas un juguete. (Freepik)

La importancia de la pata dominante

Este detalle biológico permite adaptar y personalizar la educación y los cuidados del animal. Según la RSCE, detectar la pata dominante ayuda a adaptar la convivencia, potenciar los talentos del perro y reforzar el vínculo humano-canino. Convivir con un perro emocionalmente más reactivo requiere rutinas calmadas y refuerzo positivo frecuente, mientras que un animal resolutivo y seguro puede beneficiarse de juegos de obediencia o actividades de desafío intelectual.

La evidencia reunida por la RSCE subraya que cerca del 75% de los perros muestran una pata claramente dominante y que el resto puede catalogarse como ambidiestro. Aunque la lateralidad representa solo uno de los muchos factores que moldean la personalidad y el aprendizaje de los perros, entenderla ofrece una herramienta eficaz para mejorar tanto su bienestar como la relación de confianza.