El dueño de un restaurante cobra 15 euros a cada cliente que cancela a última hora o no va: “No pagamos a los empleados con billetes de Monopoly”

El anuncio ha generado opiniones mayoritariamente favorables y otros establecimientos de la zona han comenzado a hacer lo mismo

Guardar
Olivier Vincent, gerente y chef
Olivier Vincent, gerente y chef del restaurante L’îlot. (Facebook)

El propietario de un restaurante ha tomado una decisión radical, cansado de que clientes anulen su reserva a última hora o no acudan todas las personas previstas, lo que le hace perder dinero. El establecimiento está en la bellísima Amboise, una ciudad medieval a la orilla del río Loira en Francia. Los comensales acostumbran a ser turistas, con menos conciencia sobre los trabajadores locales, y ya son demasiadas las ausencias que dejan sillas o mesas enteras vacías en turnos de comida o cena.

De modo que Olivier Vincent, gerente y chef del restaurante L’îlot, ha actuado, sabedor de que la medida podía generar controversia. Eso sí, no admite excepciones -nadie se libra, local o foráneo- y quien reserve a partir de ahora sabe de antemano lo que hay. Ha dado un paso ante un fenómeno que señalan los hosteleros, que denuncian una actitud despreocupada e insensible de los clientes. Vincent toma la iniciativa y cobra 15 euros por cada persona que figure en una reserva y falte.

“Gracias por su comprensión”, dice el restaurante en el comunicado que ha difundido en Facebook haciendo este anuncio. La gota que colmó el vaso, informa Ouest-France, fue un caso reciente, explicado por el propio restaurador a este medio de comunicación: “Después de unos diez correos electrónicos con alguien, nos dice que serán ocho comensales, y luego nueve. Finalmente, llegaron siete y sin avisar ni disculparse”.

Cuánto cuesta comer en el restaurante de Arguiñano: todo el mundo dice lo mismo sobre el precio.

“Tienen el móvil las 24 horas”

Recuerda Vincent que ellos son trabajadores, que dedican sus horas a organizar un restaurante y todo lo que eso conlleva, como la compra y elaboración a partir de alimentos frescos. Que cualquier desajuste de la previsión supone más que un contratiempo. “No pagamos a los empleados ni a los proveedores con billetes de Monopoly, mi restaurante es un negocio”, subraya el gerente. Se trata de una sala pequeña y la empresa aún trata de recuperarse de los meses sin actividad durante la pandemia del Covid-19.

A su juicio, no pide tanto: “Todos tienen el móvil encima las 24 horas del día los siete días de la semana. Si podemos reservar, podemos llamar para avisar si seremos más, menos o si no vamos a ir”, se queja. Le consta que otros restaurantes de la zona han tomado la misma determinación.

Hay otra fórmula, en España conocida, que es aportar la tarjeta de crédito en la reserva para, en caso de no presentarse, que el establecimiento pueda quedarse con una fianza a modo de penalización, si bien esta multa de forma alguna alcanzará la cifra de la cuenta en caso de que todo se hubiera desarrollado según lo previsto. Los hosteleros quieren protección y en el caso de Vincent, el mensaje es claro. Además, no impide anular una reserva, siempre que se haga con un margen de reacción para el negocio.

Interior del restaurante L’îlot. (Facebook)
Interior del restaurante L’îlot. (Facebook)

“Seamos honestos”

La publicación en Facebook alcanzó decenas de miles de visualizaciones en apenas minutos, en un post muy comentado que deja opiniones a favor y otras en contra, con un tono en general de respeto y constructivo: “Soy restaurador -dice uno- y este tipo de situaciones, por desgracia, se han vuelto habituales. Entre reservas fantasma, cancelaciones de última hora y clientes que llegan muy tarde esperando ser atendidos igualmente, esto se ha convertido en un rompecabezas”.

Otro de los comentarios califica de “abusivo” el castigo o compensación. “Puedo entenderlo por los que cometen el abuso, pero yo personalmente prefiero no comer en su restaurante porque me da miedo tener sorpresas”. Una usuaria más “apoya plenamente” a Vincent: “No creo que los clientes se den cuenta del impacto que estas prácticas tienen en un negocio. Emergencias hay, pero seamos honestos, no representan la mayoría de cancelaciones de último minuto”.

El restaurante L’îlot tiene apenas sitio para 20 comensales, por lo que una sola ausencia ya significa una pérdida sensible. Tiene 4,7 estrellas de 5 en Tripadvisor, calificado como ‘excelente’ por 476 de los 619 clientes que han dejado su reseña en esta web de referencia. Su carta está centrada en especialidades de la zona y los platos oscilan entre los 12 y los 29 euros.