La Supercopa de España y los presuntos delitos de corrupción: Piqué en el ojo del huracán por las “posibles ilegalidades” en los contratos

La Supercopa de España se lleva jugando en Arabia Saudí desde 2020, lo que ha provocado un gran descontento para los aficionados del fútbol español. La primera edición en el país asiático se jugó hace cinco años, en plena pandemia. De hecho, el Covid hizo que la siguiente edición se disputara en el estadio de La Cartuja, Sevilla. Pero los años posteriores se jugaría otra vez en Arabia, que se convertiría a partir de entonces en la sede habitual, pese al rechazo que genera en los fans.

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), de la mano de Luis Rubiales, propuso llevar esta competición “menor” a otro país en el que se pagase más. Pese a la oposición inicial de los aficionados, la propuesta se llevó a cabo.

Un nuevo formato en el que cuatro equipos jugasen un torneo eliminatorio fue un movimiento brillante para el fútbol español. O así es como lo vendió la RFEF. Sin embargo, la poca transparencia en los datos del contrato han llevado a la justicia a seguir de cerca el caso.

Ahora, la jueza que investiga el contrato que llevó la celebración de la Supercopa de fútbol a Arabia Saudí ha fijado esta semana la fecha en la que, como imputado, deberá declarar el exjugador del FC Barcelona Gerard Piqué: el 14 de marzo.

Según desvela la Agencia EFE, la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda emplaza ese día a Piqué en calidad de investigado para declarar. En este procedimiento también está involucrado Rubiales.

En mayo del año pasado, la jueza Delia Rodrigo acordó ampliar la investigación a una quincena de personas, entre ellas el exfutbolista y máximo accionista del Fútbol Club Andorra. También se ha visto envuelto en el proceso Pedro Rocha, sucesor de Rubiales en el cargo.

La magistrada investiga “posibles ilegalidades” en diversos contratos que vinculan a la RFEF con la empresa saudí Sela. Estos se firmaron en el año 2019 y se prorrogaron un año después.

En estos contratos había una prima de éxito en favor de una tercera parte. Una de esas cláusulas garantizaba un pago de 4 millones de euros anuales a Kosmos, empresa de la que es propietario el catalán.

Este movimiento adquiere una mayor relevancia al tener en cuenta que Piqué, cuando nace este pacto, era futbolista del Barcelona. Este movimiento es sospechoso, pues la empresa del futbolista pasaba a ser comisionista de Sela, por lo que se considera que el contrato pudo haber adulterado la competición.

Piqué declarará un año después de Rubiales, que en abril de 2024 tuvo que defenderse en el juzgado. El expresidente alegó que ese contrato había “salvado al futbol” y negó que hubiese pagos extras al futbolista.

La magistrada investiga en la causa si se cometieron delitos de corrupción en los negocios o administración desleal en torno a diferentes contratos de la RFEF, sin descartar un posible blanqueo de capitales.

Actualmente, la RFEF ha vinculado la Supercopa de España a Arabia Saudí hasta el año 2030. Gracias a este movimiento, la Federación ha conseguido embolsarse 30 millones de euros al año, algo que considera que es un éxito.