Lengua blanca por estrés: síntomas, causas y tratamiento

El mal aliento, la lengua áspera o las alteraciones en el sabor acompañan a esta condición

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Una mujer con la lengua
Una mujer con la lengua blanca (AdobeStock)

Cuando sentimos estrés, nuestro cuerpo reacciona de numerosas formas diferentes tanto a nivel físico, emocional o incluso de comportamiento. Si nos sentimos estresados durante un tiempo prolongado, podemos sufrir de insomnio, malestar estomacal, tristeza, falta de motivación, arrebatos de ira...

Todos estos síntomas son más o menos conocidos y se relacionan con el estrés, pero existe otro que, a menudo, pasa desapercibido y es un claro signo de este fenómeno fisiológico: la lengua blanca. Esta condición provoca que la superficie de nuestra lengua adquiera una coloración blanquecina o amarillenta debido a la acumulación de bacterias, restos de comida o células muertas en las papilas gustativas que recubren la lengua.

La Clínica Dental Pérez Paniagua explica que, aunque a menudo está relacionado con una deficiente higiene bucal, el estrés también puede afectar a su desarrollo. Esto ocurre porque, con el estrés, nuestro sistema inmunológico se debilita y facilita el crecimiento descontrolado de bacterias en la boca.

Además, el estrés puede alterar la producción de saliva, que es clave para mantener un equilibrio saludable en la flora bucal al actuar como una barrera protectora, ayudando a eliminar restos de alimentos y bacterias. Por lo tanto, una disminución en su producción puede contribuir directamente a la acumulación de residuos en la lengua y favorecer la aparición de ese tono blanquecino.

Cómo identificar la lengua blanca relacionada con el estrés

Es crucial aprender a identificar los signos de la lengua blanca, ya que esta puede ser un indicativo no solo de estrés, sino también de desequilibrios en la salud bucal o general, alertan desde la clínica. Entre los síntomas más frecuentes encontramos:

  • Coloración anormal: la característica más visible es el cambio de color en la superficie de la lengua, que puede presentar un tono blanquecino o amarillento.
  • Mal aliento: la acumulación de bacterias y restos en la lengua puede generar un aliento desagradable, conocido como halitosis.
  • Sensación áspera: las personas que padecen lengua blanca a menudo describen una sensación áspera, rugosa o irregular al tacto, especialmente al pasar la lengua por el paladar.
  • Alteraciones en el sabor: algunas personas experimentan un sabor metálico o desagradable persistente en la boca, lo cual puede estar relacionado con el crecimiento bacteriano en la lengua.
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Cómo combatir la lengua blanca por estrés

Afortunadamente, existen diversas estrategias para abordar la lengua blanca causada por el estrés, tanto desde el punto de vista de la gestión emocional como del cuidado bucal. La Clínica Pérez Paniagua algunas recomendaciones clave:

  • Gestión del estrés. La raíz del problema suele estar en el estrés, por lo que implementar técnicas de manejo del estrés puede marcar una gran diferencia. Practicar actividades como la meditación, el yoga, ejercicios de respiración profunda o incluso dar paseos al aire libre pueden ayudarte a reducir los niveles de estrés y mejorar tu salud en general.
  • Una correcta higiene bucal. Mantener una rutina de higiene bucal completa es esencial para prevenir y tratar la lengua blanca. Esto incluye cepillarte los dientes y la lengua al menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves; usar hilo dental para eliminar residuos entre los dientes e incorporar un raspador lingual en tu rutina para limpiar suavemente la lengua.
  • Uso de enjuagues bucales antibacterianos. Un enjuague bucal diseñado para combatir bacterias puede ser muy útil para reducir la acumulación de microorganismos en la lengua. Opta por productos que no contengan alcohol, ya que este puede resecar aún más la boca.
  • Dieta equilibrada y adecuada hidratación. Una dieta rica en frutas, verduras y alimentos ricos en nutrientes puede estimular la producción de saliva y contribuir a una mejor salud bucal. Además, mantenerte bien hidratado es clave para prevenir la sequedad en la boca. Beber suficiente agua durante el día ayuda a eliminar residuos y a mantener la lengua limpia.
  • Visita al dentista. Si los síntomas persisten a pesar de implementar estas medidas, es importante acudir al dentista para una evaluación. Podría tratarse de un problema más complejo, como una infección por hongos o una enfermedad subyacente.
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