El mundo animal está repleto de curiosidades que aún son desconocidas para una inmensa mayoría de personas. Una de ellas hace referencia a una especie cuyas huellas dactilares son tan similares a las de los seres humanos que incluso podrían llegar a confundirse. Y es que sus impresiones digitales son una seña de identidad en cada uno de ellos, lo que hace que sean únicos. De ahí que haya investigaciones que se centran en usarlas para rastrear y monitorear a los individuos en la naturaleza.
Se trata de los koalas, unos pequeños marsupiales que trepan árboles con sus crías en la espalda. Pero lo cierto es que su verdadero hecho distintivo es que sus huellas dactilares son casi idénticas a las humanas, tal y como señaló un equipo de científicos de la Universidad de Adelaida, en Australia, que lo descubrió en 1996. No obstante, explicaron que, aunque son más pequeñas, estos animales tienen patrones semejantes, como las líneas y los giros de los dedos.
¿Los expertos en huellas humanas serían capaces de diferenciarlas?
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, reveló una curiosa coincidencia en las huellas dactilares de los koalas, que presentan patrones sorprendentemente similares a los de los humanos. La similitud es tal que incluso los expertos podrían llegar a confundirse.
El hallazgo, publicado en la revista Scientific Reports, sugiere que las huellas de los koalas podrían ser un ejemplo de convergencia evolutiva, un fenómeno en el que especies distintas desarrollan características similares como solución a desafíos semejantes. En este caso, los investigadores apuntan a la necesidad de un sistema de identificación individual en el entorno natural de los koalas, donde la capacidad de agarrar ramas y hojas con precisión es fundamental. A diferencia de los humanos, sin embargo, las huellas de los koalas son más pequeñas y se encuentran principalmente en sus patas delanteras.
El análisis detallado de las huellas de los koalas muestra una similitud tan exacta con las humanas que incluso bajo el microscopio, los surcos curvados y en espiral en sus dedos son difíciles de diferenciar de los nuestros. Este descubrimiento resalta la adaptabilidad de los koalas y plantea preguntas sobre la evolución de los patrones biométricos en los animales.
Aunque los koalas no son los únicos animales no humanos con huellas dactilares, lo verdaderamente fascinante de su caso es que estas huellas parecen haber evolucionado de forma independiente. Mientras que los primates y los antepasados marsupiales de los koalas se separaron hace unos 70 millones de años, las huellas dactilares del koala surgieron mucho más recientemente en su historia evolutiva, dado que sus parientes cercanos, como wombats y canguros, no presentan esta característica.
Los investigadores explican que la función de estas huellas puede estar vinculada a la biomecánica del agarre. “Los koalas se alimentan trepando a las ramas más pequeñas de los eucaliptos, extendiendo sus patas para agarrar hojas y llevarlas a la boca”, detallaron en su estudio. “Así, el origen de las huellas dactilares se explica como una adaptación biomecánica al agarre, que genera influencias mecánicas multidireccionales sobre la piel. Estas fuerzas deben ser percibidas con precisión para un control fino del movimiento y las presiones estáticas, lo que requiere una organización ordenada de la superficie de la piel”, señalaron.
Otra curiosidad de los koalas: duermen hasta 22 horas al día
Los koalas, considerados los campeones del descanso en el reino animal, pueden llegar a dormir hasta 22 horas al día, consolidándose como los mamíferos que más tiempo pasan dormidos. Originarios de Australia, estos marsupiales arbóreos llaman la atención por sus características singulares, desde su pelaje grisáceo hasta su distintiva nariz negra, lo que les confiere una apariencia inconfundible.
Adaptados a la vida en las alturas, los koalas cuentan con garras afiladas y extremidades robustas que les permiten moverse con destreza entre las ramas de los árboles. Una de sus adaptaciones más sorprendentes es su capacidad para obtener toda la hidratación que necesitan de las hojas de eucalipto que consumen, lo que les permite prescindir casi por completo del agua líquida. Esta dieta especializada ha dado lugar a un sistema digestivo único, capaz de descomponer las hojas tóxicas de estos árboles, una fuente de alimento que es a la vez nutritiva y potencialmente venenosa.
A pesar de su imagen tierna, los koalas son animales solitarios y territoriales. Defienden sus dominios mediante vocalizaciones y marcas de olor, especialmente las hembras, que, además, transportan a sus crías en una bolsa situada en la parte delantera de su cuerpo. Las crías, conocidas como “joey”, nacen completamente indefensas y dependen en su totalidad de la madre para sobrevivir, especialmente durante los primeros meses de vida, cuando se alojan en el marsupio materno.