El Bulli fue un restaurante ubicado en la Cala Montjoi, una ensenada en el interior parque natural del Cabo de Creus del municipio de Rosas en Gerona. Estuvo en funcionamiento desde 1962 hasta julio de 2011: fue un establecimiento reconocido internacionalmente no sólo por las vistas de su inaccesible ubicación, sino por la labor culinaria de Ferran Adrià y su hermano Albert, dos hermanos de Barcelona, hijos de un estucador y una peluquera y considerados los mejores cocineros del mundo. Aunque Albert ha sido premiado por The Best Choice Awards como el segundo mejor cocinero del mundo, su hermano Ferran sigue siendo recordado -14 años después de abandonar la cocina profesional - como “el mejor”, debido a sus innovaciones y su vanguardismo gastronómico.
Según la información publicada por el medio catalán En Blau sobre una entrevista con ABC a la que Ferran fue convocado para hablar sobre El Barça - porque el cocinero es culé de corazón - la conversación acabó por derivar al “mito” sobre El Bulli de que solía ser imposible tener mesa en el local sin haber reservado con antelación.
Según el chef, no faltaba quien tratase de usar su status para acortar su espera, ya que, según cuenta, muchos se consideraban lo suficientemente influyentes para llamar pidiendo “colarse” en la lista, a lo que, asegura, siempre dijo que no, con una sola excepción: “El único que siempre tenía mesa seguro era Cruyff. Le admiraba mucho. Es el Steve Jobs del fútbol. El único que ha sido grande jugando y entrenando. Y cambió el fútbol” - ya podía llamar Florentino Pérez, la Casa Real, o el Steve Jobs de Apple, que iban a ser rechazados: “Si no reservabas con tiempo, ya te podías llamar como te llamaras. Había una demanda de 2 millones de personas”, explicaba el chef al ABC. Pero Johan Cruyff, considerado el segundo mejor jugador de fútbol del siglo XX tan sólo por detrás de “Pelé” y el mejor jugador europeo de la historia según la Internacional de Historia y estadística de Fútbol (IFHSS), podía atravesar esas barreras y conseguir, sin fallo, una mesa en el local.
Ferran Adrià, <i>culé</i> hasta en los negocios
Siendo un aficionado tan apasionado del F.C. Barcelona, vive en sí, como tantos otros, la eterna rivalidad de su club con el Real Madrid. Por esto, confiesa que se negó a abrir un restaurante en el Santiago Bernabéu, el estadio del club madrileño: “Había una parte que, siendo culé, no me resultaba fácil. En el City no hubiera pasado nada, pero en el Bernabéu…” Además, según el chef, tampoco recibían muchos clientes del Real Madrid ni famosos en general, ya que, según cuenta, “El Bulli’ no era un restaurante de famosos. Los famosos no reservan con un año de antelación”, aludiendo, implícitamente, a la reticencia de los “VIP” a hacer tal cola para entrar en ninguna parte. De los famosos que, sin embargo, si disfrutaban del restaurante, parece tener un buen recuerdo. Como de Pep Guardiola, a quien “le gusta mucho comer”, de Xavi, Txiki Beguiristain, o Messi, cuyo plato favorito del restaurante era la escalopa napolitana: “Nos lo pasamos pipa y fue muy bonito. Le admiro como futbolista y como persona. Tiene una estructura intelectual enorme”, comentaba el chef.
Según el cocinero, hay un nuevo talento para quien le gustaría cocinar: Lamine Yamal, el goleador más joven de la historia a sus 17 años: “Lo que está haciendo Lamine no lo hizo a su edad ni Messi, que para mí es el más grande. Hay que esperar, pero ser nombrado el mejor joven en la gala del Balón de Oro y el octavo mejor jugador del mundo, con 17 años, es una locura”, explica Ferran. Por desgracia para Yamal, el restaurante no sirve comida desde su cierre definitivo en 2011, aunque en 2023 reabrió como museo ofreciendo un recorrido de más de dos horas por las instalaciones, interiores y exteriores para, en palabras del cocinero, “venir a comprender qué pasó en elBulli”, 14 años después de su cierre.