Esta es la única cláusula que permite al casero entrar en una vivienda alquilada

Mientras el contrato esté vigente, el propietario no puede entrar en el domicilio alquilado, arriesgándose a cometer un delito de allanamiento de morada

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Bloque de pisos (Edwin Montesinos Nolasco)
Bloque de pisos (Edwin Montesinos Nolasco)

Alquilar una vivienda implica cumplir una serie de derechos y obligaciones por parte del inquilino y del arrendatario. Por eso, a la hora de firmar el contrato, conviene que las dos partes traten los puntos que más entran en conflicto: servicios de la comunidad, mascotas, fianza.... Una de las mayores inquietudes de los inquilinos es saber si el casero puede acceder al interior del inmueble sin antes avisar.

Pues bien, el propietario de una vivienda no tiene derecho a entrar en la vivienda alquilada mientras el inquilino esté viviendo allí. Así lo dice el artículo 18 de la Constitución: “El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito”.

“Soy Concha, entro”. Esta es la mítica frase de Aquí no hay quien viva que ha evidenciado el abuso de poder del que tiran en ocasiones los caseros. Y es un grave error. Según el artículo 433 del Código Civil, al poner la vivienda en alquiler, aunque se conserve la propiedad, se pierde la posesión legítima. Por tanto, el casero tiene el mismo derecho a entrar en la vivienda que cualquier otra persona: con la autorización del inquilino.

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A pesar de ello, sí existe una excepción en la que el casero puede entrar en la vivienda. El propietario del piso sigue siendo el casero, pero al alquilar la vivienda, está cediendo el derecho a su uso a cambio de una compensación económica, según ha comentado Fotocasa.

¿Cuándo puede entrar el propietario sin permiso?

Una de las escenas que más se dan a la hora de entrar sin permiso en la vivienda, es la intención de mostrarla a futuros compradores. No obstante, a pesar de querer vender la casa, no se puede obligar al inquilino a “recibir visitas”. Lo más habitual es llegar a un acuerdo con el propietario para poder mostrar su vivienda. Por esa razón es conveniente tener una relación cordial entre propietario e inquilino, para poder negociar en caso de que sea necesario.

Por otro lado, según el artículo 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), el inquilino está obligado a poner en conocimiento del casero la necesidad de realizar reparaciones en la vivienda. Es aquí cuando el propietario puede ejercer su derecho a entrar en la vivienda sin autorización, para poder verificar el estado del inmueble por sí mismo o por los técnicos.

De hecho, el propietario deberá realizar las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en condiciones de habitabilidad. En cambio, las pequeñas reparaciones correrán a cargo del inquilino.

¿Qué pasa si el propietario entra sin permiso?

Como se ha explicado anteriormente, el casero solo podrá entrar en la vivienda alquilada una vez tenga el permiso del inquilino, salvo cuando se requieran reparaciones que garanticen la habitabilidad en el domicilio. Si el propietario de una vivienda entra ilegalmente en el domicilio alquilado, se podrá enfrentar a un delito de allanamiento de morada (artículo 202 del Código Penal), que se castiga con penas de 6 meses a dos años de prisión.

En tal caso, el inquilino estará en su pleno derecho de presentar una denuncia contra el casero. Eso sí, deberá presentar pruebas que corroboren la entrada ilegal en la vivienda, por lo que si no se cuenta con testigos o grabaciones, la denuncia puede no servir de mucho.

En estos casos, el inquilino tiene derecho a cambiar la cerradura para que solo él tenga las llaves del domicilio. Por otro lado, se recomienda avisar al casero, aunque no existe ninguna ley que lo exija, para que pueda cambiar su conducta para futuras ocasiones.

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