Madrid ha recibido este lunes un regalo de lo más especial. Y es que la Plaza de Oriente, uno de los espacios más icónicos de Madrid, suma un nuevo atractivo para sus visitantes: un pequeño jardín de tulipanes dedicado por la princesa Amalia de Holanda. Con el majestuoso Palacio Real como telón de fondo, este rincón se convertirá en una muestra de agradecimiento de la joven heredera a la capital española, donde residió durante un año de manera casi secreta.
La casa real holandesa ha anunciado esta iniciativa en sus redes sociales hace solo unos minutos, donde han compartido un mensaje de la princesa Amalia. “Agradezco a Madrid y a sus vecinos la cálida acogida en su ciudad, a la que pude llamar su hogar durante un tiempo, con un pequeño jardín de tulipanes en la Plaza de Oriente. El embajador y el alcalde de Madrid plantan los primeros bulbos”, se lee en la publicación. En la imagen que acompaña el anuncio, se observa al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto al embajador de los Países Bajos, Roel Nieuwenkamp, plantando los primeros tulipanes en honor a la princesa.
De Prinses van Oranje bedankt Madrid en haar inwoners voor de warme ontvangst in hun stad, die zij enige tijd haar thuis mocht noemen, met een kleine tulpentuin op Plaza de Oriente. De ambassadeur en de burgemeester van Madrid planten de eerste bollen. pic.twitter.com/hfGFqdUdTt
— Koninklijk Huis (@koninklijkhuis) November 11, 2024
Durante su estancia en Madrid, la princesa Amalia se encariñó con la ciudad y su dinámica vibrante, una experiencia que dejó huella en ella y en la familia real holandesa. Al regresar a los Países Bajos hace unos meses, el rey Guillermo quiso expresar personalmente su gratitud a los reyes de España y al pueblo español por su cariñoso y discreto recibimiento. En una cena de gala en el Palacio Real de Ámsterdam, el monarca reconoció la hospitalidad que recibió su hija por parte de su padrino, Felipe VI. “Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a sus majestades y a todos los que colaboraron en ese esfuerzo”, señaló.
Un movimiento que puso en jaque a la institución holandesa
La estancia de Amalia en la capital española fue más que un simple viaje; significó un respiro de normalidad en un periodo en el que su vida estuvo en juego. Tal y como publicó Vanitatis, la joven princesa se trasladó a Madrid en busca de una vida más tranquila, lejos de las amenazas de seguridad que la acechaban en los Países Bajos. A causa de la presión de la mafia en su país, en 2022 Amalia se vio obligada a abandonar su apartamento de estudiante en Ámsterdam y a mudarse de nuevo con sus padres al palacio de Huis ten Bosch, en La Haya. En una entrevista concedida tras su gira por el Caribe, Amalia admitió que aún lidiaba con los efectos de este cambio. “Todavía lo estoy pasando muy mal. Echo de menos la vida de estudiante, poder caminar por la calle, entrar en una tienda”, confesó la princesa.
La llegada a Madrid le permitió continuar con sus estudios universitarios a distancia mientras disfrutaba de un nivel de privacidad y tranquilidad difícil de lograr en su tierra natal. La capital española se convirtió en un refugio donde la joven pudo vivir con relativa normalidad y anonimato, una experiencia que claramente dejó una marca en su vida. Por ello, ahora ha querido tener un gesto con la ciudad y dejar su seña con la flor más representativa de su país: el tulipán.