La devolución de la fianza del alquiler es un tema recurrente y a menudo conflictivo entre propietarios e inquilinos. Aunque la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que la fianza debe ser devuelta al inquilino una vez finalizado el contrato y cumplidas todas las obligaciones, existen circunstancias específicas bajo las cuales el casero puede retener total o parcialmente este depósito.
Estos son los principales motivos que justifican la no devolución de la fianza, basados en la LAU y en la práctica habitual:
Daños en la vivienda
Uno de los motivos más comunes para no devolver la fianza son los daños en la vivienda que exceden el desgaste normal del uso. Esto incluye agujeros en las paredes, puertas rotas, daños en electrodomésticos o suelos. El propietario puede usar la fianza para cubrir los costos de reparación de estos desperfectos. Es crucial documentar estos daños correctamente mediante un inventario detallado con fotografías al inicio y al final del alquiler para evitar disputas.
Falta de pago de la renta y de los suministros
Si el inquilino no paga alguna de las mensualidades de alquiler o tiene deudas pendientes de suministros, el propietario tiene derecho a retener la fianza para cubrir estas cantidades. Esto incluye tanto el alquiler mensual como cualquier factura de servicios como agua, gas, electricidad o comunidad que el inquilino no haya pagado.
Obras sin consentimiento
La realización de obras o modificaciones en la vivienda sin el permiso del propietario también es motivo para no devolver la fianza. Cualquier cambio que altere la estructura o estética de la vivienda, como pintar paredes, cambiar suelos o modificar instalaciones, debe ser autorizado por el arrendador. Si se realizan sin este consentimiento, el casero puede retener la fianza para cubrir los costos de devolver la vivienda a su estado original.
Mantenimiento deficiente y limpieza
La falta de un mantenimiento adecuado y la entrega de la vivienda en condiciones inadecuadas de limpieza pueden justificar la retención de la fianza o de una parte de ella. Si el inmueble requiere una limpieza profunda o reparaciones menores debido a un mantenimiento deficiente por parte del inquilino, el propietario puede utilizar la fianza para cubrir estos gastos. No obstante, el inquilino no puede ser penalizado por el desgaste normal del uso diario.
Abandono anticipado del contrato
Si el inquilino abandona la vivienda antes de finalizar el contrato sin un acuerdo previo con el propietario, este puede retener la fianza como compensación por el incumplimiento del contrato. Esta medida cubre las posibles pérdidas económicas que el arrendador pueda sufrir al tener que buscar un nuevo inquilino en un plazo inesperado.
Procedimiento para la devolución de la fianza
Según la LAU, el propietario dispone de un plazo de 30 días desde la entrega de las llaves para devolver la fianza al inquilino. Si no se realiza la devolución en este periodo, el arrendador debe pagar intereses sobre el importe de la fianza. Si el inquilino considera que la retención de la fianza es injustificada, puede reclamar formalmente mediante un burofax y, si es necesario, recurrir a la vía judicial.