
La numeración romana es una de las más extendidas del mundo. Se puede observar en multitud de espacios y de objetos, ya sea en la numeración de una calle, para establecer en que siglo estamos, pero sobre todo se usa en los relojes. Estos son uno de los objetos cotidianos más empleados y se pueden encontrar prácticamente en cualquier espacio. Sin embargo, algunos de ellos guardan un aspecto que seguramente has pasado por alto.
Este reside en la numeración, pues por norma general es romana, pero si uno se fija, se puede dar cuenta de que el número 4 se escribe IIII, en vez de IV. Este fenómeno se da en multitud de relojes, tanto de mano, como en monumentos mundialmente conocidos como el Mont des Arts en Bruselas, la Puerta del Sol de Madrid o el reloj del número 200 de la Quinta Avenida.
Te puede interesar: 20 castillos medievales de España que están en riesgo de desaparición
Influencia de la enumeración etrusca
La numeración romana tiene su origen en la etrusca, en la que el número 4 se escribía IIII. Cuando los romanos transformaron el sistema numérico, fueron muchos los que mantuvieron la escritura del número en esa forma. Esto se debe a la superstición, pues en latín, IV son las dos primeras letras del Dios Júpiter (IVPITER). Ante esto, consideraron muy osado e impropio utilizar las iniciales de un Dios para referirse a un número.
Te puede interesar: La joya escondida en Murcia: una cascada y una piscina natural en uno de los entornos más bonitos de España
Por otro lado, según el portal web de la tienda Iguana Sell, el rey de Francia, Luis XIV, encargó un reloj para el Palais de la Cité, la actual Conciergerie de París. Cuando el relojero mostró su reloj al monarca, este le recriminó por su trabajo, alegando que el IV debía escribirse como IIII. El relojero le indicó que estaba equivocado, a lo que Luis XIV respondió “el rey nunca se equivoca”. Esto hizo que se cambiara la estética del reloj a la que tenemos hoy en día.
Una cuestión de estética

Igualmente, más allá de historias y reyes, la razón más extendida que explica este hecho reside en la estética. Así, al escribir IIII se crea una armonía visual en la esfera del reloj, creando una simetría con el número VIII, los otros cuatro caracteres que están en su lado opuesto de la esfera. A su vez, también se considera que el IIII es más fácil de leer que IV debido a su posición dentro de la esfera, evitando posibles confusiones con el número VI, que también está boca abajo.
Seguir leyendo:
Últimas Noticias
Atresplayer reivindica el talento local como la clave de su éxito: “Queremos que los creadores nos sientan como su hogar”
‘Infobae España’ conversa con Emilio Sánchez Zaballos, director de la plataforma de Atresmedia, que hace balance de los seis años de la marca

Madrid encargó a dedo al abogado de Zaplana y exmiembro de Fuerza Nueva un informe sobre la “validez” del contrato sanitario del hospital de Torrejón
Fue en 2019, antes de que llegara Ayuso. Habían cambiado algunos accionistas del centro y la Comunidad quería saber las repercusiones en el contrato. El informe lo hizo Santiago Milans del Bosch, sobrino del militar golpista y que de joven fue juzgado y absuelto por ayudar a su hermano a atacar un ‘bar de izquierdas’

Baleares, Canarias, Andalucía, Madrid y Cataluña son las regiones que más crecerán en 2025 y 2026 impulsadas por el turismo y los servicios
La inmigración dispara la población activa y explica la expansión económica de comunidades autónomas como Asturias, Castilla y León o Comunidad Valenciana
Giuseppe Piffaretti, maestro pastelero: “El panettone se come mejor en verano que en invierno, es una cuestión de mentalidad”
El pastelero de origen suizo es el creador de la Copa del Mundo de Panettone, y uno de los culpables de que este pan dulce navideño haya traspasado las fronteras de Italia hasta convertirse en un básico en obradores y supermercados de todo el mundo

El rey Juan Carlos narra la primera vez que compró churros, de incógnito y haciendo la cola: “Pregunté si se pedían sueltos o en raciones”
El monarca cuenta en sus memorias anécdotas que le sucedieron durante su tiempo libre en escenarios como una churrería o un restaurante republicano

