La nueva película One To One: John & Yoko, dirigida por Kevin Macdonald y Sam Rice-Edwards, revive un periodo crucial de la vida de John Lennon y Yoko Ono, centrado en su activismo entre 1971 y 1973. Sin embargo, el aspecto más personal y emotivo de este proyecto fue el impacto que tuvo sobre su hijo, Sean Lennon, quien, al ver las imágenes inéditas y escuchar las grabaciones rescatadas, siente que se conecta con su padre de una manera única.
En palabras de Sean en la revista MOJO, “es casi como pasar más tiempo con mi papá”, reflejando el profundo vínculo que esta película logró restaurar con su padre a través de momentos de su vida que nunca había visto.
Una nueva conexión con el pasado a través de grabaciones inéditas
Uno de los componentes más reveladores de la película son las grabaciones telefónicas inéditas de John Lennon y Yoko Ono. Estas grabaciones, que incluyen conversaciones con figuras clave de la época como Jim Keltner o Allen Klein, ofrecen una visión única de la vida de la pareja en los años 70.

Para Sean, escuchar a su padre en estas grabaciones no solo le permite revivir parte de la historia de sus padres, sino también conocer aspectos del activismo político que compartieron en esos años de agitación social y política.
“Me quedé completamente anonadado”, comentó Sean, quien resalta cómo estas grabaciones son una ventana a momentos privados de su padre que nunca había tenido la oportunidad de conocer. Estas conversaciones, llenas de ideas sobre su lucha política y social, abren una dimensión completamente nueva de la figura de John Lennon.
El impacto emocional de revivir el legado de su padre
La película no solo se limita a documentar el activismo de John y Yoko, sino que también ofrece una mirada profunda a los aspectos más personales de su vida, tanto como pareja como artistas. Sean Lennon, al ver el material inédito, experimenta una especie de reencuentro con su padre, quien falleció cuando él era aún muy joven.

La película, de alguna manera, lo transporta a esos años de su infancia, en los cuales, como él mismo dice, “la primera infancia fue muy caótica”, marcada por el constante acoso y las amenazas que enfrentaron sus padres.
Sin embargo, a través de One To One, Sean se reconcilia con los fragmentos del pasado de John que nunca había tenido la oportunidad de conocer en profundidad, lo que le permite comprender mejor el legado de su padre.
El concierto de Willowbrook y el activismo radical de sus padres
Una de las piezas clave del material de la película es el único concierto completo que John Lennon ofreció como solista, en 1972, para recaudar fondos en apoyo a la escuela de necesidades especiales Willowbrook en Staten Island, Nueva York.

Este evento benéfico, aunque fue un acto musical, también fue un manifiesto de los ideales de Lennon, quien usó su influencia para hacer eco de su activismo. Para Sean, la restauración de este material y su participación en la mezcla del audio le permitió una mayor conexión con la energía y la pasión de su padre en esa época.
La obra muestra cómo el activismo de sus padres se fue transformando, adoptando posturas cada vez más radicales, lo que generó conflictos dentro del propio círculo de amigos y activistas.
Sean, con su perspectiva adulta, reflexiona sobre cómo su padre, al final, comenzó a alejarse de ciertos movimientos radicales al percatarse de que, en algunos casos, la violencia era una parte inherente de ellos. Este proceso de distanciamiento resalta el miedo y las dudas que John Lennon enfrentó al percatarse de las implicaciones más oscuras de su activismo.
La vigilancia y la paranoia

El filme también profundiza en los aspectos más oscuros de la vida de los Lennon durante esos años. La pareja fue objeto de una vigilancia constante por parte del FBI debido a su activismo político. Sean, quien fue niño en ese entonces, recuerda cómo esa atmósfera de paranoia lo marcó de por vida.
“Había personajes merodeando por ahí y sucedían cosas que eran como ecos de aquella época”, explicó Sean, al referirse a cómo la vigilancia y las amenazas afectaron no solo a sus padres, sino a toda su familia.
Un agente del FBI que supuestamente debía protegerlos resultó estar involucrado en el robo de objetos personales de la familia, una historia que subraya la intrusión que sufrió la familia Lennon en aquellos años.

Sean revive esas tensiones, reconociendo cómo la paranoia y la vigilancia formaban parte del paisaje emocional de su niñez, una consecuencia directa del activismo político de sus padres.
Finalmente, Sean reflexiona sobre el futuro artístico de John y Yoko, destacando cómo, a pesar de los turbulentos años de activismo, ambos volvieron a ser artistas comprometidos con su arte. Para Sean, lo más importante es comprender que las ideas y los ideales de su padre evolucionaron con el tiempo.
“Lo que él pensaría ahora no sería lo mismo que pensaba entonces”, afirma Sean, subrayando cómo John Lennon, al igual que cualquier ser humano, cambió a lo largo de su vida.
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