
El jueves, el presidente Alberto Fernández fue contundente respecto de la reanudación de las clases. “Puede esperar”, dijo. “Si algo no me urge, es el inicio de las clases. Nadie sufrió por recibirse un año antes o un año después. Tampoco van a sufrir por terminar un mes antes o un mes después el colegio”, agregó.
La frase confirmó la sospecha de la comunidad educativa. La suspensión de las clases se extenderá en los niveles inicial, primaria y secundaria. El 1 de abril, como estaba previsto en principio, no se reanudará el ciclo lectivo. Más todavía, las clases volverán después de lo que dure la ampliación de la cuarentena obligatoria. Las decisiones van por distintos carriles.
El ministro de Educación Nicolás Trotta también lo ratificó. “Hoy podemos decir que el 1 de abril no vuelven las clases. Como manifestó el Presidente, la prioridad es la preservación de la salud. No queremos exponer a nuestros chicos y docentes. Es claro que se va a extender la no concurrencia a las escuelas y la evaluación de la situación será permanente”, dijo a Infobae.
Más bien, la pregunta que hoy desvela a docentes, alumnos y, en especial, a los padres es de cuánto será esa interrupción del ciclo lectivo. El gobierno aún no tiene definido los plazos. Es posible que el anuncio sea provisional, que se establezca una nueva fecha pero que, con el paso de los días y el avance de la pandemia en el país, pueda ser revisada y una vez más pospuesta.
Pese a esa indefinición, la frase que sobrevuela y se repite extraoficialmente es: “Va para largo”. Los gremios docentes y funcionarios educativos coinciden en que, por lo pronto, en abril no habría clases presenciales. Algunas estimaciones son más pesimistas.

“Todavía son muy prudentes en hablar de fechas, pero si me guío por el alcance de las medidas que están llevando a cabo, creo que al menos por 90 días no va a haber clases”, intuyó una fuente sindical.
Trotta remarca que, ante la incertidumbre, “se trabaja considerando todos los escenarios posibles” e insiste en que la decisión no será de su ministerio. “Cuánto se extenderá la suspensión dependerá de las recomendaciones del comité de expertos y de la Organización Mundial de la Salud”.
El viernes por la tarde, el ministro de Educación Nacional tuvo una reunión vía videoconferencia con sus pares de España, Colombia, Uruguay, Paraguay, México, El Salvador, Ecuador y Perú con el objetivo de intercambiar las experiencias de enseñanza a distancia que se desarrollan en cada país.
De la mano de la interrupción prolongada del ciclo lectivo, desde el lunes se profundizará el programa oficial “Seguimos educando”, que cuenta con una plataforma web. Habrá 14 horas por día de contenidos educativos en los medios públicos -TV Pública, Paka Paka y Encuentro- segmentados por cursos y con la presencia de una maestra en el aire.

Además, se repartirán cuadernillos a los alumnos de escuelas públicas con material de las distintas materias y un cronograma que secuencia qué contenido impartir cada día hasta el viernes 17 de abril. En eso se apoyan en el compromiso de los padres de acompañar a los chicos, aunque reconocen que las realidades de los hogares pueden ser muy diversas.
La otra inquietud es cómo se reacomodrá el ciclo lectivo el día que vuelvan las clases. Ese debate, por la incertidumbre coyuntural, todavía no se dio. Se dará más adelante en el Consejo Federal, que nuclea a los 24 ministros de educación provinciales. Una alternativa que se baraja es quitar -o al menos reducir- las dos semanas de vacaciones de invierno y extender el calendario escolar, aunque el margen es acotado. En la mayoría de las jurisdicciones está previsto que terminen las clases el 11 de diciembre, pero en algunas va hasta el 18.
“Tiene que quedar en claro que ahora no estamos de vacaciones. Hoy tenemos que poner el mayor esfuerzo en la vinculación de los maestros con sus alumnos a distancia. Después, el calendario escolar es una de las herramientas que tenemos para recuperar los días perdidos, pero debemos tener una mirada de toda la trayectoria escolar del alumno, que pasa catorce años dentro del sistema educativo”, planteó Trotta.
Algunas provincias ya piensan en mecanismos para evaluar la efectividad de la enseñanza a distancia para, a partir de eso, determinar cuántos días sería necesario recuperar. Sin embargo, ahora hay unanimidad en seguir lo que se decida a nivel nacional, a diferencia de lo que sucedió cuando Jujuy se adelantó y suspendió las clases separadamente. “En medio de la crisis, lo peor que se puede hacer es que cada uno corra para distinto lado”, aseguró un ministro provincial.
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