Patricia Furlong, de American Express: "No tenemos ningún otro mercado del mundo que opere a estos niveles de tasa de interés"

La vicepresidente y gerente general de Global Commercial Services de la empresa estadounidense habla del negocio de los plásticos corporativos, los cambios del mercado local y el último lanzamiento VIP de la empresa

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Patricia Furlong
Patricia Furlong

American Express tiene un modelo de negocios local que ellos mismos definen como "completo". Quiere decir que esta compañía que nació en Buffalo, EEUU, en 1850 y abrió su primera oficina local en 1916, emite sus propias tarjetas para individuos en forma directa y a través de bancos y también desarrolla el negocio corporativo de manera propietaria.

Si bien la compañía no brinda datos de plásticos emitidos y facturación en la Argentina, "los tres segmentos centrales del negocio están muy nivelados", asegura Patricia Furlong, vicepresidente y gerente general de Global Commercial Services de American Express Argentina. "Además, tenemos una cuarta pata fundamental que es la unidad de negocios que se ocupa del network, de la aceptación de la tarjeta. En los establecimientos que la aceptan", detalla Furlong, quien acaba de encabezar el lanzamiento de "The Corporate Platinum Card", la nueva tarjeta corporativa premium.

Vemos freno en el consumo en algunas industrias. Por ejemplo, retail. Medimos el negocio en volumen, pero también en transacciones y en ese punto hay menos actividad desde el año pasado

En Argentina Amex tiene 1.000 empleados y un centro de atención para países de Europa en alemán, inglés, francés, italiano, portugués y español. Son servicios de back office y atención al cliente, tanto individual como empresarial.

— ¿Más allá del segmento corporativo, cómo ven desde Amex el consumo?

— Vemos freno en algunas industrias. Por ejemplo, retail. Medimos el negocio en volumen, pero también en transacciones y en ese punto hay menos actividad desde el año pasado. Hay otras industrias que no, o al menos no tanto. Como líneas aéreas, con promociones y precios diferenciados. Quizás para los clientes de nuestra cartera no hubo un freno tan fuerte como podría esperarse después de una devaluación tan grande, trabajamos en un segmento alto, premium en muchos casos, pero sí vemos impacto.

— En la industria local de tarjetas hubo muchos cambios en los últimos meses. ¿Cómo ves el segmento de plásticos?

— Estamos con bastantes cambios. Tenemos una visión de largo plazo y en cada uno de los mercados donde operamos pasamos por temas de contexto o regulación. Nos vamos adaptando y lo que pasa en la Argentina no nos sorprende. Se abrió el mercado de adquirencias, en un sector cuya característica central es el costo de la tasa de interés. Eso sí nos complica. No tenemos ningún otro mercado en nuestra red mundial que opere a estos niveles de tasa en un negocio en el cual no somos banco, somos tarjeta no bancaria. La financiación la generamos internamente, con algún acceso a líneas de crédito de mercado, pero con bastante financiación del circuito propio del negocio. Lo más nos preocupa hoy es el nivel de tasa de interés.

La ejecutiva en el lanzamiento de su último producto
La ejecutiva en el lanzamiento de su último producto

— ¿Directamente, cómo los afecta?

— Tenemos que acceder a financiación de mercado en algunas instancias y ofrecer tasas muy altas a nuestros propios consumidores, a nuestros clientes.

— ¿Ese contexto de tasa los obligó a modificar alguna variable?

— Obligados por la situación concreta no, pero vamos adaptando las diferentes propuestas no sólo a la tasa de interés sino a la nueva regulación que salió en abril donde se puso el máximo de la ventana de pago a los establecimientos en catorce días. Antes estaba en el orden de los diecinueve días en promedio y se pasó a catorce como máximo. Tuvimos que ajustar algunas cuestiones de oferta porque el ciclo de financiación cambió.

Más allá del plástico, que de todas maneras todos seguimos teniendo en la billetera por ahora, también se ve que la financiación, la línea de crédito y el sistema sigue siendo el de las tarjetas

— También hay cambios en el negocio, con billeteras virtuales, pagos QR y el mundo fintech. ¿Qué mirada tienen desde la compañía de todo ese universo?

— Es lo que viene. Se está abriendo muchísimo el espectro de posibilidades dentro de la industria de medios de pago. Seguimos muy de cerca todas las alternativas y nos estamos aliando con algunos partners estratégicos, como Mercado Libre por ejemplo. Trabajamos mucho con Mercado Pago.

— También es un competidor

—Sí, en algún punto empieza a surgir esa dicotomía: por un lado estás compitiendo por un segmento de negocio, por otro lado hacés cosas en conjunto y te sentás a pensar en nuevas oportunidades e innovación. Es lo que está haciendo American Express en todo el mundo y toda la industria está en ese camino. La tarjeta de crédito como instrumento de financiación sigue vigente. Más allá del plástico, que de todas maneras todos seguimos teniendo en la billetera por ahora, también se ve que la financiación, la línea de crédito y el sistema sigue siendo el de las tarjetas.

Negocio corporativo

— ¿Cuál es el target del segmento corporativo de Amex en Argentina?

El 90% del portafolio corporativo es Pyme. Es algo que normalmente llama bastante la atención porque cuando se piensa en American Express suele imaginarse grandes empresas o multinacionales. Operamos empresas con una facturación mínima de $6 millones por año. O sea, chicas.

— Es un segmento con muchos problemas económicos, en general, en estos momentos.

— Sí, pero nuestra cartera es súper sana. El año pasado, cuando empezó todo el proceso de devaluación, comenzamos a mirar con lupa el comportamiento del portafolio y se comportó de manera muy sólida, casi igual que en los últimos años. Vemos un cuidado de la línea de crédito que damos, que obviamente es adicional a la de los bancos. No tenemos una caída en el portafolio diferente a los estándares de los últimos cinco años.

La empresa abrió su primera oficina local en 1916
La empresa abrió su primera oficina local en 1916

— ¿Tuvieron aumento de mora, por ejemplo?

— No. Vemos que la mayoría de las empresas clientes se acostumbran a gastar cuando pueden y a no hacerlo cuando ven que la cosa se complica. En momentos de perspectiva más positiva las empresas gastan más, y cuando gastan más por ahí empiezan a tener incluso más conflicto de pago que cuando ven que la cuestión está complicada y prefieren no exponerse. A partir de toda la crisis del 2001 hubo un aprendizaje: vieron cómo quedan paradas cuando empiezan a aparecer en el Veraz, o a tener problemas con los bancos y las líneas de crédito.

Tarjeta súper VIP

Amex acaba de lanzar su tarjeta corporativa platinum, con la que completa su portfolio. Está orientada a dueños de empresas, CEOs y directivos de compañías globales, cuesta $16.000 anuales y entre los nuevos beneficios que ofrece se encuentran acceso a los salones "The Centurion" de todo el mundo y otros servicios VIP en aeropuertos; estacionamiento en Ezeiza durante 3 días sin costo, hasta 3 veces al año; y bonificación del costo del Global Entry (el programa de aduanas que preaprueba la entrada de los viajeros frecuentes a EEUU), entre otros.

"El target específico es el viajero frecuente. Es un producto que aprovecha alguien que está mucho tiempo en aeropuertos o viajando", explica Furlong.

El 90% del portafolio corporativo es Pyme. Es algo que normalmente llama bastante la atención porque cuando se piensa en American Express corporativo suele imaginarse grandes empresas o multinacionales

— ¿Cómo influyó el contexto país a la hora de decidir lanzar un servicio de este tipo?

— Tomamos la decisión hace más de un año y el contexto era otro, pero en todo ese tiempo se convalidó la idea de que sin importar el contexto lo íbamos a hacer igual. Es un espaldarazo y un voto de confianza al mercado en este momento. Y es un éxito con una demanda altísima.

— ¿Cuántos plásticos vendieron hasta el momento?

— Unas 300 tarjetas en la calle en una semana. Hay clientes gold que migran a este producto, pero también nos están contactando empresas que no eran clientes. Hay una demanda desatendida.

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