Guibert Englebienne: "La tecnología tiene la capacidad de conectarnos mejor y generar organizaciones más inteligentes"

El cofundador de Globant y presidente de Endeavor habla de la actualidad de uno de los "unicornios" argentinos y del impacto de la inteligencia artificial en los negocios

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Es co-fundador de uno de los cuatro "unicornios" de Internet de la Argentina, las compañías de base tecnológica que valen al menos USD 1.000 millones. Como CTO, o Chief Technology Officer, está al frente de la innovación en una empresa tech de alcance global cuyo foco es desarrollar software para "poner en línea a los clientes para enfrentar un mundo muy desafiante", como él mismo define.

Extrovertido, coqueto y amante de la vida al aire libre y los deportes extremos, Guibert Englebienne (52), ingeniero en Sistemas marplatense, co-fundó Globant en 2003. Hoy, la compañía cotiza en el NYSE, en EEUU, tiene un market cap de USD 1.600 millones y opera en 12 países.

Además, Englebienne es presidente de red de emprendedores Endeavor. Viene de una familia de emprendedores: sus padres son dueños de la tradicional cadena de artículos de playa "El Pato", en Mar del Plata. A los 27 años tuvo un accidente que lo tuvo al borde de la muerte, una experiencia que, jura, le cambió la vida.

Englebienne co-fundó Globant en 2003
Englebienne co-fundó Globant en 2003

Englebienne habla con Infobae de Inteligencia Artificial aplicada a los negocios, del empuje del ecosistema emprendedor local y de cómo ve al país.

"Globant es una compañía que ha crecido mucho. Somos unos 7.000 'globbers', como nos gusta llamarnos. Servimos a las compañías líderes desde la óptica de ser un nativo digital que las ayuda a transformar sus negocios. Es un momento en el cual muchas empresas buscan esa transformación digital y hay un tsunami cognitivo que les pasa por encima. Trabajamos para que estén en buena forma para competir en un futuro que es muy desafiante", dice.

Inteligencia artificial y negocios

– ¿Cuánto saben las compañías de ese tsunami que amenaza con borrarlas del mapa?

– Es un preocupación, claramente. Viene creciendo a lo largo de los últimos años. Pero, en general, se acuerdan tarde. Cuando lo hacen creen que se trata de crear más soluciones digitales para poder conectarse con sus consumidores. Intentan, de alguna manera, convertirse en empresas de software. Ahora, hacer software es complejo. Además, la transformación es mucho más amplia que hacer software para un mundo digital: hay que ser digital. Son cambios profundos que abarcan muchas áreas. Desde la cultura, la gente tiene que estar empoderada y manejarse más en red, algo que la tecnología permite. Y lo estratégico tiene que ver con lo modelos de ejecución y con enfocarse al usuario; con la infraestructura para ir más rápido, barato y frecuente al mercado, y con la adopción de inteligencia artificial (IA): hay cosas que ya no debiéramos hacer los humanos. Y además cómo se le comunica todo eso al consumidor, como se crea un envoltorio emocional que permita comunicar los valores de la marca.

La inteligencia artificial va a colaborar con el humano para expandir sus posibilidades. Esto se ve a nivel personal y también organizacional

– ¿Cuál es la visión de Globant sobre IA?

– En los últimos años, la tecnología y la cantidad de datos que tenemos ha evolucionado tanto que nos permite usar algoritmos que aprenden de esa información. El año pasado entrenamos al 100% de nuestro empleados para que entiendan cuáles son los temas que enfrentan que deberían ser resueltos por una inteligencia artificial. Nuestro estudio de IA desarrolla servicios cognitivos que se meten dentro de las soluciones que creamos. El objetivo es que en dos años todas nuestras aplicaciones cuenten con inteligencia artificial.

–  ¿En qué casos concretos ya aplican IA?

– Trabajamos con una empresa de educación en la hay muchos chicos que consultan online con sus profesores. Tomamos 170 millones de registros de conversaciones históricas que permitieron generar un chatbot que guía al alumno en el proceso de aprendizaje, no es sólo responder. Trabajamos en cuestiones de visión por computadora, en experiencias en las que alguien entra a una tienda, se lleva un ítem y el sistema lo reconoce y le cobra. Hoy, el ejecutivo típico no está preparado para entender bien qué hay que hacer en estos temas, para entender el valor que tienen.

Nos hablamos con mucha franqueza, nos decimos las cosas, pero no demoramos mucho en decir “ya pasó”. Tenemos una transparencia total, mucha confianza

– Siempre que se habla de IA y de otras cuestiones, como automatización y robots, surge el tema de cómo serán los trabajos del futuro y si la máquinas nos reemplazarán.

– El futuro siempre va a ser desafiante si uno no se prepara. Hay que entrenarse continuamente. Pensamos que esa amenaza no es tal: no vamos a ser reemplazados, vamos a ser aumentados. Nuestra capacidad van a aumentar. De hecho, con el celular, hoy todos somos más inteligentes. La inteligencia artificial va a colaborar con el humano para expandir sus posibilidades. Esto se ve a nivel personal y también organizacional. La tecnología tiene la capacidad de aumentar la empatía, conectarnos mejor y generar organizaciones más inteligentes.

Migoya, Umaran, Nocetti  y Englebienne, los fundadores de la compañía
Migoya, Umaran, Nocetti  y Englebienne, los fundadores de la compañía

Emprendedores argentinos

– ¿Cómo ves al ecosistema emprendedor local?

– Hace 15 o 20 años era algo que no existía y hoy es ejemplo a nivel global. Es destacado y genera mucha actividad. Este ecosistema es una red fenomenal en la que todos estamos pensando en el otro, a diferencia de la concepción de la persona de negocios tradicional que está sólo busca su beneficio personal. Eso me parece notable. Como presidente de Endeavor tengo el privilegio de nutrirme todos los días de esta gente que piensa que todo es posible, que es solidaria, apasionada y que busca inspirar a otros. Lo que hemos creado colectivamente es algo muy poderoso, y nos permite pensar en tener un clase emprendedora que la gente admire y quiera ser como ellos. Ya lo estamos viendo.

– ¿Cómo "unicornio" tiene más responsabilidad dentro de ese ecosistema?

– Totalmente. No pasa un día en el que no cuente nuestra historia. En reuniones, eventos, charlas con emprendedores. En ese proceso de contar una y otra vez uno va destilando ese "por qué estoy acá", ese "qué hice" qué le puede servir a otro. Te lo agradecen, a muchos dicen que les cambiás la vida. Es como un combustible que vuelve y te obliga a seguir destilando. Además, el ambiente de transparencia en el que crecemos te obliga a generar historias que merezcan ser contadas y de las que te sientas orgulloso.

Nuestro estudio de IA desarrolla servicios cognitivos que se meten dentro de las soluciones. El objetivo es que en dos años todas nuestras aplicaciones cuenten con inteligencia artificial

– ¿Cuál es la principal buena decisión que tomaron en los comienzos de la compañía?

– Hicimos muchas cosa que nos salieron bien, gracias a Dios. Primero, apuntamos a mercados correctos: el americano y el inglés, que son ultra meritocráticos. Así, casi sin saberlo, pusimos el gen de la competitividad en el ADN de la compañía. Segundo; miramos el largo plazo. Quisimos crear una compañía que nos trascendiera. Por eso no nos enamoramos de un tipo de cambio que en ese momento era favorable. También creamos una gran cultura organizacional que es nuestra columna vertebral. Y tomamos perspectiva, siempre, de todo lo que hacemos.

– Ahora trabajan en ayudar a generar esa cultura interna como un servicio a otras compañías.

– Hace tiempo nos dimos cuenta que en una compañía que crece a veces no es tan fácil contagiar los valores. Hicimos un experimento: que cada empleado se convierta en guardián de nuestros seis valores corporativos de la empresa [actuar éticamente, pensar en grande, innovar constantemente, apuntar a la excelencia, ser un jugador de equipo y divertirse trabajando]. Les dimos una app con un sistema muy simple de estrellas, valiosas y limitadas, que se pueden dan para reconocer a otros. Esta voluntad de socializar y generar reputación puede darnos datos de los aspectos invisibles de la organización y saber que tal equipo no está bien conectado con el resto, por ejemplo. Apuntamos a generar el sistema operativo para una organización del futuro, donde las interacciones sociales y la inteligencia artificial permitan generar algo que es más parecido a un organismo vivo, que se adapta y es más inteligente.

Englebienne en la “salita de música” de Globant
Englebienne en la “salita de música” de Globant

– Suena muy Black Mirror…

– No. Probamos el sistema más de 10 años antes de abrir la experiencia al mundo. Es espectacular lo que se siente. ¿Cuántas veces pensás qué hacés algo y nadie te lo reconoce, o que estás en una compañía y nadie lo nota? Yo ahora tengo visibilidad sobre gente muy valiosa que antes no podía conocer. A todo el mundo le interesa ser reconocido. La tecnología aumenta nuestra empatía y genera una organización más humana. Hoy, muchas grandes compañías del mundo usan esta herramienta, y la aman.

– Hablamos de las cosas que hicieron bien, ahora hablemos de los grandes errores de Globant.

– Montones, pero aprendemos muy rápido, las corregimos, se mandan a pérdida y se entierran en el baúl de los olvidos. A veces, por ejemplo, sumamos gente con muchos pergaminos que venían de afuera y fueron un fracaso. Preferimos nutrirnos de nuestra propia gente para crecer. Hemos tenido problemas de escala todo el tiempo. Aprendimos que las estructuras de management, jerárquicos o matriciales, no nos servían. Necesitábamos una organización más capilar y adaptable a las realidades de los clientes. Por eso nos movimos a una estructura de "pods", que son como células de trabajo. Tienen mucha autonomía, identidad fuerte, métricas y mucho trabajo en equipo. La compañía utiliza metodologías ágiles para manejarse a sí misma.

Como presidente de Endeavor tengo el privilegio de nutrirme  de gente que piensa que todo es posible, que es solidaria, apasionada y que busca inspirar a otros

– ¿Cómo se lleva con Martín Migoya, Martín Umaran y Néstor Nocetti, los otros cofundadores de la empresa?

– Nos llevamos muy bien, somos amigos. Nos vamos de vacaciones juntos. Construimos una relación de complementariedad con diferencias. Cada uno aporta algo y es respetado por determinadas cosas. Sabemos intuitivamente qué problema es para cada uno.

– No es nada común una compañía del tamaño de Globant manejada por cuatro personas durante 15 años.

– Creo que hay que pensar que uno está construyendo algo mucho más importante que cualquier fricción que pueda haber. Nos hablamos con mucha franqueza, nos decimos las cosas, pero no demoramos mucho en decir "ya pasó". Tenemos una transparencia total, mucha confianza: ponemos toda la vida en este bote y la empresa no puede sufrir porque tenemos alguna diferencia. Podemos opinar distinto, pero nunca con mala intención.

Un accidente y consejos a emprendedores

En 2017, Globant creció un 28% y tuvo ingresos por USD 413,4 millones. En los últimos dos años compró cuatro compañías en Estados Unidos (WAE, L4, Ratio y PointSource), que se suman a otras seis extranjeras que fue adquiriendo desde 2008.

La empresa, como buena parte de ecosistema tech local, se identifica con las políticas de Mauricio Macri. A poco de asumir, el presidente visitó las oficina de Globant en San Telmo. "Soy muy optimista. Como emprendedor, creo que los cambios que está realizando el Gobierno son muy positivos. Particularmente en institucionalizar, amigarnos con el mundo, atraer capitales y poner reglas claras. Venimos de años, décadas, en las que la Argentina no fue capaz de honrar aquellas capacidades que los argentinos tenemos. Espero que cambiemos esa tendencia y los pasos que se están dando son muy buenos", detalla Englebienne, que está casado, tiene dos hijas adolescentes y antes de Globlant vivió en Estados Unidos, donde patentó tecnologías para la industria de las telecomunicaciones desde la empresa CallNow.com.

El CTO de Globant es además presidente de Endeavor
El CTO de Globant es además presidente de Endeavor

-Hace varios años tuviste un accidente automovilístico grave. ¿Cómo impactó eso en tu vida posterior y en tu desarrollo en el mundo de los negocios?

– Me gustan mucho las actividades al aire libre y de riesgo, y uno de mis viajes tuve un accidente con paro cardíaco y respiratorio incluídos. Técnicamente, estuve muerto varios segundos. Eso me cambió y me hizo pensar en cosas como por qué estoy acá y en la responsabilidad de intentar trascender y dejar una buena huella. Hoy tenemos mucho más que un negocio de impacto masivo, tenemos una organización porosa que se conecta mucho con la comunidad. La visión de que hay que hacer algo trascendente me viene sin dudas de ese momento extremo. Fue cuando tenía 27, así que hoy puedo decir que tengo 25 años. Eso explica mucho. Disfruto de la vida y no me tomo seriamente muchas cosas. Me gusta inculcar el espíritu de divertirnos en el trabajo. Pasamos mucho tiempo acá y hay que generar amigos y pasarla bien.

Apuntamos a generar el sistema operativo para una organización del futuro, donde de las interacciones sociales e IA permitan generar algo que más parecido a un organismo vivo

– Tres consejos para un emprendedor que sueña con hacer una empresa world class desde la Argentina.

– Que vaya al mercado correcto, que no se enamore del local simplemente porque está cerca. Segundo: juntate con buenos socios, arma un buen equipo fundador, donde todos estén comprometidos con el sueño y compartan valores. Por supuesto, tener una gran visión: ir por algo grande. Si la oportunidad es muy de nicho, chica, es difícil crear un gran emprendimiento alrededor de ella.

– ¿Dónde va a estar Globant en cinco años?

Hace ya 10 años nos pusimos el objetivo de ser la compañía número uno del mundo desarrollando software que permite contactarse con consumidores, tanto internos como externos. Continuamos con esa visión, pero sabemos que es un norte, no un destino. Hoy somos reconocidos como una empresa líder que se basa en combinar todas la tendencia emergentes, que es un jugador nativo de este mundo digital y que ayuda a compañías que se mueven en ambientes muy disruptivos. Cada vez más agregamos más capacidades para hacerlo: por eso abrazamos la inteligencia artificial.

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