
El Gobierno celebró que la inflación de septiembre desaceleró al 3,5% y fue la más baja en casi tres años, en lo que fue la mejor semana económica desde que se puso en marcha el plan de Luis Caputo.
La profundización de esa tendencia a la baja se dio en medio de la continuidad de la corrección de precios relativos, particularmente en tarifas de electricidad, gas natural, combustibles y transporte. Esos rubros podrían desde octubre, al menos, no jugar en contra de los objetivos del ministro de Economía, de continuar con la desinflación.
Las encuestas comenzaron a reflejar que el problema inflacionario dejó de ser una de las principales preocupaciones de la sociedad, pero fue reemplazada por el crecimiento de la pobreza y de los bajos salarios. Una señal de que la recuperación de los ingresos y de la actividad económica todavía está en el “debe” de la gestión de Javier Milei.
Un sondeo de opinión de la Universidad de San Andrés (Udesa) mostró que la pobreza y los bajos salarios encabezan la lista de preocupaciones. Hubo además una moderada caída en la imagen del Presidente y de la aceptación del gobierno.
La consultora Econviews destacó en su informe semanal que los datos del Indec mostraron que el aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre siguió impulsado por los servicios, 4,57% mensual, frente bienes que marcaron 3% de variación.
Y agregó: “El rubro vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles subió 7,3% y más que duplicó al 3,5% del promedio general. El acumulado del año muestra de una forma más significativa el proceso de “sinceramiento” en las tarifas: 200,4% y 101,6%, respectivamente”.

Los datos de precios de la economía también revelaron que el ministro Caputo no está muy lejos de una corrección total de las tarifas atrasadas. De hecho, se estima que completó dos tercios de ese trabajo.
Econviews observó también que la diferencia entre las categorías del IPC que el gobierno anterior mantuvo congeladas y el nivel general, respecto a un período de “equilibrio”, como el segundo semestre de 2018, antes de la crisis de aquel año, se redujo de 0,80 a 0,26 en septiembre (80% a 26 por ciento).
Las consultoras esperan que la inflación de octubre esté incluso por debajo del 3,5% mensual, por lo que el Gobierno podría celebrar una nueva desaceleración. La baja del Impuesto PAIS no tuvo gran efecto en septiembre y podría registrar un arrastre de alivio durante el corriente mes.
Estacionalidad favorable
La mayor incidencia positiva llegará con una baja del 5% por un menor precio estacional y baja de consumo residencial de electricidad. Caputo decidió que las boletas de electricidad aumentarán 2,7% promedio, mientras que hubo una baja del 1% en combustibles y no se aplicaron subas en los transportes públicos del AMBA, a excepción del subte porteño.
Los desafíos hacia adelante no son pocos. La consultora LCG consideró que la reducción de las tasas de inflación en septiembre se sustentó mayormente en componentes “disciplinadores de precios”: una actividad económica que no terminó de despegar, la apertura de importaciones y mantener el ancla cambiaria con un dólar oficial que viaja al 2% mensual. La postergación en la salida del cepo juega un papel preponderante a la hora de mantener ancladas las expectativas.

“Transitamos una primavera financiera que no está del todo claro si será permanente. Hay una carrera entre los dólares que podrá conseguir el gobierno mediante endeudamiento, y la dinámica futura de la balanza comercial de bienes y servicios bajo un creciente atraso cambiario (en un contexto de escasez de reservas). Si esa carrera sale desfavorable, habrá impacto en brecha y en inflación”, advirtió LCG.
La intención oficial es despejar la mayor cantidad de dudas hacia adelante en el frente cambiario para evitar un desancle en las expectativas.
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, aceleró en las últimas semanas las negociaciones con bancos internacionales para conseguir antes de que termine octubre o en las primeras semanas de noviembre, préstamos de corto plazo, en formato de REPO (con garantía), que aporten al menos entre 3.000 y 5.000 millones de dólares a las alicaídas reservas. Busca una tasa lo más cercana al dígito posible.
Un informe de 1816 resaltó que el sostenimiento del statu quo cambiario, es decir que el dólar viaje por debajo del aumento del IPC, tuvo beneficios de corto plazo como contener los precios y una incipiente recuperación de los salarios.
Sin embargo, la consultora alertó que si la inflación promedia 3,5% en el último trimestre, se mantiene el crawling peg del 2% y se concreta la eliminación total del Impuesto PAIS, el tipo de cambio llegará a enero en su nivel más bajo en 20 años, con la excepción del final de Cristina Fernández de Kirchner en 2015 y de Alberto Fernández el último año.
“Más allá de eso, insistimos en que, salvo que se consiga financiamiento en dólares, ese statu quo llevaría a las reservas netas de nuevo a los mínimos que dejó el último gobierno en los primeros meses de 2025″, apuntó 1816.
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