Por qué los bonos argentinos siguen en un piso de precios y quedaron afuera del rebote de los mercados

Los bonos Globales cayeron 42% en 2022 y anotaron una baja de 61% desde su salida al mercado en 2020. En contraste, el S&P Merval subió 12% en dólares en lo que va del año

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Wall Street intenta salir de la zona de "bear market".
Wall Street intenta salir de la zona de "bear market".

Wall Street intenta revertir en octubre la pronunciada tendencia bajista de 2022. En lo que va del mes el Dow Jones de Industriales mejora cerca de 7%, el tecnológico Nasdaq sube 3% y el S&P 500, un 4,5 por ciento. En ese marco, el S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires sostiene en lo que va del año un alza de 12% en dólares “contado con liqui”, el tipo de cambio implícito en los precios de los ADR en Nueva York, aún con la evidente debilidad de los indicadores económicos de Argentina.

Por eso, sorprende la contundente caída de los precios de los bonos soberanos en dólares, emitidos con la reestructuración soberana de 2020, que lejos están de acoplarse a la tendencia del mercado en general. En 2022 los bonos Globales restan en promedio un 42%, mientras que si se extiende el análisis al momento de su salida a cotización hace dos años, el desplome se amplía a un 62 por ciento.

Los bonos en dólares de Argentina rinden más de 40% anual, una tasa comparable a la de Rusia, en guerra con Ucrania, y superior a la de los bonos de Venezuela

Los títulos de plazo más corto ofrecen rendimientos asombrosos a los inversores que tomen el riesgo de apostar por la deuda que emite el Gobierno argentinos. El Global 30 (GD30) con ley de Nueva York cotiza apenas debajo de USD 20 y la tasa interna de retorno supera el 44% anual en dólares. El Global 29 (GD29), también bajo ley extranjera rinde 47% anual. Y el Bonar 30 (AL30) con ley argentina cotiza debajo de USD 18, con un rendimiento de 48,5% anual. En tanto, el Bonar 29 (AL29) rinde 50,3% en dólares.

Estos precios y rendimientos de “default” para la deuda gubernamental solo son superados por países en crisis económica o conflictos políticos y bélicos. Los bonos de Líbano con vencimiento en 2030 rinden 63% anual en dólares; los de Ucrania (a 2034), un 84%; los de Bielorrusia (al 2030), un 75%. Sri Lanka rinde un 67%; la deuda rusa, un 44,5% (como un Global 30 argentino) y El Salvador, un 50% anual en dólares. Asimismo, un bono de Venezuela con vencimiento en 2031 rinde 35% anual, es decir que cotizan mejor que los títulos argentinos.

Por qué el mercado desconfía d ela deuda argentina

Los expertos de Portfolio Personal Inversiones señalaron que el precio promedio ponderado de los Globales se volvió a posicionar de USD 20,20, “acercándose otra vez a los mínimos post-restructuración, marcados durante el breve paso de (Silvina) Batakis en julio. De hecho, el precio de la canasta ponderada se ubica tan solo 3% por arriba de ese nivel. “No caben dudas que el escenario global incide en el comportamiento reciente de los instrumentos argentinos”, consideraron.

Fuente: Portfoilo Personal Inversiones.
Fuente: Portfoilo Personal Inversiones.

“El contexto global es para nosotros el catalizador principal en este momento para la deuda argentina. El accionar del nuevo ministro de finanzas británico brinda algo de calma en los mercados, y promete un día más ameno para el crédito emergente. Todavía falta un buen tramo hasta la próxima reunión de la Fed (Reserva Federal de EEUU) el 2 de noviembre, pero los dichos de James Bullard van en línea con las proyecciones del mercado que esperan un nuevo retoque de +75 puntos básicos”, añadieron desde Portfolio Personal.

No obstante, es ineludible tener en cuenta el escenario económico local, con una inflación que se espiraliza a la zona del 100 por ciento y una actividad que se desacelera. “Con medidas que se acercan más a parches que a políticas que delineen un rumbo económico, la deuda soberana continua su camino descendente impactando sobre el riesgo país, que a su vez ejerce presión sobre el Merval. En este contexto, será difícil que las acciones argentinas logren prosperar en el corto plazo”, subrayó Portfolio Personal.

En ese sentido, el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, que rozó los 3.000 puntos el 21 de julio -para cerrar en los 2.913 puntos- alcanza este martes los 2.838 puntos. Si bien el riesgo país cedió unos 100 puntos desde aquel “pico”, hay que tener en cuenta que su contraparte, el rendimiento del Treasurie norteamericano a diez años subió en ese período casi 110 puntos básicos, de 2,91% anual a 4 por ciento.

Para los analistas de Research for Traders, la caída de los títulos públicos “a pesar de la mejora de los mercados externos” se da “en un marco en el que inversores aguardan anuncios del Gobierno para impulsar la economía y mantener el equilibrio de las cuentas fiscales”.

Además, un nivel de reservas internacionales que no puede superar los USD 40.000 millones, con reservas netas que solo garantizan los desembolsos pendientes con el Fondo Monetario Internacional, son una variable a seguir para evaluar la capacidad de pago de la deuda en dólares. Argentina acumula nueve meses de déficit comercial con Brasil y tres meses de rojo comercial general, que se prevé fue revertido de manera excepcional en septiembre gracias a liquidaciones de unos USD 8.000 millones de “dólar soja” a $200, que implicaron una devaluación temporal del 35%, que refleja además la pérdida de competitividad de la economía.

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