El sueño americano del joven latino que conquistó a Zuckerberg: a los 17 años lo contrató Facebook y hoy es una promesa de Silicon Valley

Con apenas 17 años, Michael Sayman llegó a un lugar inesperado por su corta edad: fue contratado por Marck Zuckerberg para trabajar en Facebook y así, el joven de ascendencia peruana y boliviana se convirtió en el empleado más joven en formar parte de la firma tecnológica y en una de las promesas latinas de Silicon Valley, según el portal estadounidense VOA.

Sayman, quien también trabajó para el gigante tecnológico Google y ya lleva poco más de un año desempeñándose en la plataforma de videojuegos Roblox, recibió hace siete años atrás un correo electrónico del equipo de Facebook luego de que su fundador quedara impresionado por su capacidad creativa para diseñar juegos interactivos.

“Estaba en clase de matemáticas, en mi colegio, cuando recibí un correo electrónico del equipo de Facebook en el que decía que Mark Zuckerberg quería conocerme. Al principio pensaba que era falso, pero me di cuenta de que no lo era”, dijo el joven -hoy de 25 años- durante una entrevista desde Miami, su ciudad natal.

A los 13 años Sayman ya se distinguía de sus compañeros de clases. Por lo menos en los gustos y en sus proyecciones. En ese marco, a través de manuales que encontró en Google estudió programación, lo cual le permitió diseñar una aplicación con la que pudo ganar “miles de millones de dólares”, y asistir a su familia, afectada por la crisis económica global de 2009.

“Mis papás perdieron el restaurante que tenían, también perdimos nuestra casa. Mi familia no tenía ni los recursos ni el acceso al dinero para pagar las cuentas y las deudas de la casa. Pero tuve la suerte de crear una aplicación con la que pude ganar dinero suficiente para mantener la situación familiar”, relató el joven programador de ascendencia peruana y boliviana.

Su primer contrato en Facebook

Según VOA, Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, conocía de primera mano las capacidades y por eso le plantó “un contrato de seis cifras” luego de conocerlo.

“Cuando supe las cifras de lo que iba a ganar, vi que era más plata de lo que yo había visto en mi vida. Nunca pensé que podría tener esa cantidad, pero estaba feliz al ver que mi mamá y mi papá estaban un poco aliviados por la cuestión económica”, dijo Sayman en un tramo de la entrevista.

Esa primera gran experiencia le valió al joven programador una enseñanza: aprendió a ponerle valor a su trabajo. “Me costó un montón de tiempo aprender eso, pero a medida que pasaba el tiempo me di cuenta de que, cada vez que me llamaba una empresa para ofrecerme trabajo, tenía que dejar claro el valor que yo tengo y el valor que puedo dar a una empresa para pedir lo que yo creo que es justo”, afirmó.

Y agregó: “La gente se aprovecha de que uno no sabe. Si yo no sé cuánto valgo en un mercado y alguien me quiere pagar la mitad de lo que merezco, pues lo voy a aceptar”.

Durante su paso por Facebook, dónde estuvo cuatro años, Sayman creó un equipo dedicado a analizar a los adolescentes para dar cuenta cómo las nuevas generaciones utilizaban la tecnología y sus gustos en internet. Esto le sirvió para “crear productos en Facebook y atraer a los más jóvenes” a la plataforma de la red social.

Luego de su experiencia en Facebook fue fichado por Google para un proyecto de desarrollo de productos vinculados con la realidad virtual y la inteligencia artificial. Mientras que en la actualidad lleva poco más de un año trabajando en la plataforma de videojuegos Roblox, una de las más grandes de Estados Unidos. Su objetivo allí tiene que ver con que la gente de la región “pueda crear sus propios juegos y generar un ingreso a través de Roblox”.

Silicon Valley y otra enseñanza

Según VOA, lo que más le llamó la atención a Sayman de Silicon Valley fue cómo algunas de los gigantes tecnológicos se convirtieron “en auténticas ciudades con todos los servicios” sin necesidad de que los empleados tengan que salir para hacer cualquier tipo de trámites.

“Son como ciudades pequeñas, ahí me lavaban la ropa, me cocinaban el desayuno, el almuerzo, la cena, tenía gimnasio, piscina”, aseguró.

En ese marco, el joven programador destacó que con el paso de los años pudo dar cuenta que “un título universitario no es garantía de nada”. De hecho, durante la entrevista Sayman dijo que él nunca fue a la universidad y remarcó que está convencido de que lo más importante es poder demostrar que se puede lograr un impacto en la sociedad, más allá de tener o no un título.

Sin embargo, en su libro App Kid, que acaba de publicar con la editorial Penguin, dijo que, a pesar de tener esa creencia, “lo importante es educarse”, aunque no necesariamente por las vías ni los tiempos que marca la sociedad.

“Uno no tiene que esperar a que alguien le diga que ya es hora de que aprenda ciertas cosas. Y eso es lo importante de internet, que no nos limita, que nos deja investigar y aprender a nuestro propio ritmo”, planteó.

Proyectos a futuro

Uno de los objetivos de Sayman – según afirmó en la entrevista- es desarrollar proyectos para garantizar el acceso a internet en América Latina. Su propósito, remarcó, es que los jóvenes “vean que si quieren aprender cualquier cosa lo pueden hacer sin importar la edad que tengan y que nadie les diga que no pueden hacerlo porque en internet no hay límites”.

“Estoy tratando de ver la forma de cómo podemos expandir ese acceso a internet porque vemos que en países como Bolivia, que casi el 40 por ciento de las personas no tienen acceso a internet en casa”, destacó.

Y añadió: “Cuando decidí escribir este libro fue porque yo quería que otros jóvenes del mundo se den cuenta de que ellos también lo pueden hacer y que se den cuenta de que no se requiere de una súper inteligencia”.

Por último, y ante la consulta sobre la receta de su éxito, dijo: “Lo que se necesita es determinación, pasión y ponerle esfuerzo a lo que uno quiere lograr. Eso es lo único”.

SEGUIR LEYENDO: