Avanza el plan oficial para quitarles retenciones impositivas a los pequeños comerciantes en los pagos con código QR y transferencias

Con la llegada del plan Transferencias 3.0, el gobierno nacional y los provinciales analizan medidas para simplificar y reducir el cobro de Ingresos Brutos y otros impuestos, en particular para los monotributistas

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A client scans a QR code via mobile for checking the menu, on a terrace in Tarragona, Spain, May 12, 2020. REUTERS/Nacho Doce
A client scans a QR code via mobile for checking the menu, on a terrace in Tarragona, Spain, May 12, 2020. REUTERS/Nacho Doce

El plan Transferencias 3.0 apunta a facilitar los pagos con código QR con condiciones favorables para los comerciantes e interoperabilidad entre todos los prestadores, tanto bancos como fintech. El nuevo sistema, puesto en marcha esta semana, será siempre gratuito para el usuario y, para el cobrador, tendrá comisiones bajas (0,8%) y acreditación inmediata de los fondos. El problema son los impuestos: un cuentapropista, un pequeño comerciante, un profesional, no tendrá incentivos para salir del “solo efectivo” si en cada pago que le llega le aplican las numerosas retenciones de tributos provinciales y nacionales.

Las retenciones impositivas a los pagos con transferencias vienen de dos vías: el impuesto a los Ingresos Brutos y el régimen conocido como Sircreb, que es específico de los pagos con tarjeta. Ambos pueden impactar en el sistema de Transferencias 3.0, con el que se espera expandir los pagos digitales. Todos los actores explican por lo bajo que el sistema actual, con descuentos altos y retenciones superpuestas, no le conviene a nadie: ni al fisco nacional o provincial, porque tantos impuestos resultan una invitación a evadir, ni a las empresas que ofrecen medios de pago, ya que el efectivo será más incómodo pero también más barato.

Para enfrentar este escenario, desde el gobierno se lanzó un plan para simplificar y armonizar esas retenciones impositivas, en especial en el caso de Ingresos Brutos, en donde ya se celebró una reunión entre el Ministerio de Economía de la Nación y sus pares provinciales para avanzar en el tema, asociado al plan Transferencias 3.0 que el 7 de diciembre inició su plazo de implementación de un año.

En la Argentina existen 39 regímenes impositivos diferentes que aplican a la venta a través del comercio electrónico y la plataformas tienen obligación de aplicarlos, con la complejidad administrativa que ello implica

“La superposición de retenciones lo único que va a generar es más evasión y menos transacciones digitales. Por eso hace falta un consenso entre el gobierno nacional, las provincias y el Banco Central para que este nuevo esquema tenga menos presión impositiva. De lo contrario, siempre se va a imponer el efectivo. Lo que se espera de las provincias es que recauden menos por la vía directa de las retenciones de Ingresos Brutos pero a su vez puedan recaudar más al tener una mayor cantidad de pagos formalizados”, resumió una fuente oficial.

Un primer paso ya está dado. En enero próximo arrancará a funcionar el Sirtac (Sistema de Recaudación sobre Tarjetas de Crédito y Compra) que unifica el cobro de Ingresos Brutos para 16 provincias y evitará que las plataformas de comercio electrónico tengan que cobrar retenciones de más de una provincia, en el caso de que el comprador y el pagador sean de distritos diferentes. En el sistema actual, si un tucumano compra en una web que funciona en CABA, tanto la Ciudad como Tucumán cobrarán Ingresos Brutos.

En la Argentina existen 39 regímenes impositivos diferentes que aplican a la venta a través del comercio electrónico y la plataformas tienen obligación de aplicarlos, con la complejidad administrativa que ello implica. El Sirtac unificará el cobro con una única retención promedio de 2,5% (algunas provincias cobran hasta 5%) que luego será distribuida entre cada provincia involucrada. Al día de hoy, aún no confirmaron su participación en ese nuevo sistema tres jurisdicciones claves: CABA, provincia de Buenos Aires y Santa Fe. Hay una cuestión no menor de por medio: las provincias que ingresan a este sistema, cederán su potestad de fijar cuál es la alícuota de Ingresos Brutos.

Mientras ese sistema sigue su camino, en los despachos oficiales se bosquejan un plan con dos ejes. El primero es unificar el cobro, para hacerlo más sencillo y sin distorsiones entre los distintos medios de pago. El segundo, es beneficiar a los pequeños contribuyentes, como los monotributistas. En esta línea, se piensa en exceptuar de las retenciones a quienes hayan facturado en los últimos seis meses menos de $50.000 mensuales, que es el límite de la categoría D del monotributo; otra opción, más favorable aún, sería que directamente no haya retenciones para los monotributistas, algo que algunas provincias ya están haciendo. También se evalúa la posibilidad de que los responsables inscriptos tampoco sufran la retención si su facturación no pasa el límite de $50.000.

El gobierno nacional no puede obligar a los gobernadores a modificar su modo de cobrar Ingresos Brutos, ya que se trata de su potestad, por lo que se imponen los consensos. “Hay que apuntar a la armonización de todos los regímenes, a poner topes a las alícuotas y que no haya retenciones de más de una provincia en la misma transferencia. Hay que darle al comercio la certidumbre de que, por vender a través de una plataforma, no va a tener que resignar el 8 o 10% del precio al momento de cobrar”, advierte ante Infobae una voz oficial.

Otro aspecto impositivo clave es el impacto del impuesto al cheque, que se lleva el 0,6% de cada débito o crédito bancario. Sobre este tributo, creado en 2001 por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, y renovado año a año por todos los gobiernos, no hay que esperar mucho más. “En términos de recaudación, es un impuesto muy importante”, se sincera la misma fuente, que reconoce que es un impuesto que castiga la formalidad, pero destaca que tiene algunas facilidades: se puede tomar como una retención a cuenta de Ganancias y no alcanza a las operaciones en caja de ahorro, lo más utilizado por los monotributistas.

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