
La súper abundancia de liquidez revitalizó al plazo fijo como alternativa para los pesos, un instrumento de ahorro potenciado por tasas de interés reales positivas. Además, un control de cambios duro y las restricciones para el retiro de efectivo de bancos, por las medidas de aislamiento social preventivo del COVID-19, recorta la demanda de dólares, tanto en el circuito oficial como en el mercado paralelo.
Por eso, en los últimos meses se hizo evidente cómo el plazo fijo estuvo ganando la pulseada contra su principal rival, el dólar, en la preferencia de los argentinos que puede ahorrar en este contexto.
Ejemplo de esto es que durante mayo, los individuos, que básicamente compran moneda extranjera para atesoramiento, viajes y otros consumos en el exterior, compraron de forma neta USD 534 millones en el mercado de cambios formal, mientras que los inversores institucionales adquirieron en forma neta unos 12 millones de dólares.
A un tipo de cambio minorista promedio de $91-incluido el 30% del impuesto PAIS- estos montos involucraron unos $49.700 millones. En ese mismo mes de mayo, el monto de plazos fijos del sector privado no ajustables por CER/UVA crecieron en unos $136.000 millones, casi tres veces más.
En tanto, un informe de First Capital Group detalló: “en junio, los depósitos en moneda nacional se incrementaron 9,9% impulsados por los plazos fijos en pesos, lo que representa una evolución de 79,7% en términos interanuales. Los plazos fijos en pesos aumentaron 11% respecto a mayo. Los depósitos en dólares disminuyeron 0,4% en el mes, en términos interanuales, la disminución es del 46 por ciento”.
El Banco Central decidió el viernes 17 de abril empezar a obligar a los bancos públicos y privados a pagar una tasa mínima del 26,6% a los clientes que tengan depósitos en plazos fijos. Y el 29 de mayo elevó dicho piso al 30 por ciento.
Como consecuencia, desde el 17 de abril el monto de plazos fijos del sector privado en pesos, no ajustables por UVA, se incrementó un 28%, desde $1,4 billones a $1,8 billones el pasado 1 de julio.
El notorio aumento del monto de depósitos a plazo fijo en pesos demuestra que está dando buenos resultados la suba a 30% del límite inferior de la tasa ofrecida a ahorristas que dispuso del BCRA, con una inflación que desaceleró fuerte en los últimos meses.
En la plaza informal destaca la estabilización de la moneda norteamericana en los $127, con mínimas variantes desde mediados de mayo, movimiento que evidencia que el cobro del medio aguinaldo incidió muy poco en la demanda, en un período de pérdida de poder adquisitivo de los salarios por la recesión y las medidas de aislamiento.
Hoy, el stock de depósitos a plazo fijo superó al de depósitos en dólares, debido a que la salida de divisas del sistema sigue siendo mayor a la de los ingresos, mientras que se sostiene el ritmo de crecimiento de las colocaciones en pesos.
Así, mientras que los plazos fijos ($1,8 billones) representan unos USD 18.600 millones a un tipo de cambio minorista próximo a $97,, los depósitos en dólares del sector privado en efectivo se ubican debajo de los USD 17.000 millones, con una caída de USD 1.300 millones o 7% desde el 17 de abril, cuando los bancos empezaron a ofrecer tasas competitivas para ahorrar en pesos.
No obstante, hay que recordar que desde las PASO del 11 de agosto los depósitos en dólares en efectivo se redujeron a la mitad, desde el récord de los USD 32.500 milloes, mientras que los argentinos todavía atesoran fuera del sistema financiero doméstico más de USD 300.000 millones en divisas y activos financieros.
“Como consecuencia de la fuerte emisión de los últimos meses, el mercado espera una fuerte presión inflacionaria para lo que queda del 2020. Pero el Gobierno es más optimista con el tema y esperan que la normalización de la curva en pesos y la llegada de un acuerdo con los acreedores generen mayor demanda en el peso y esperan que esos pesos tengan otros lugares para ir que no sea el dólar”, puntualizó Portfolio Personal Inversiones en un informe.
“Pero en realidad, creemos que será difícil que se cumpla dicho escenario. Con tantas variables económicas vulnerables -alto déficit primario, fuerte caída de la actividad y fuerte emisión monetaria- no hay incentivo fuerte para mantenerse en pesos. La única razón por la cual no se elegiría la opción por dolarizar es el marco restrictivo actual. Por ende esperamos una mayor absorción de la liquidez en circulación vía mayor stock de Leliqs y no esperamos un desarme rápido de dichos instrumentos”, agregó Portfolio Personal.
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