Del áspero duelo con Nicolás Otamendi a las 4 chances que no pudo concretar: el partido de Lautaro Martínez en el triunfo del Inter sobre el Benfica

Uno de los partidos más destacados de la jornada de la segunda fecha de la fase de grupos de la Champions League fue el que animaron Inter y Benfica en el mítico Giuseppe Meazza de Milán. Es que además de tratarse de un enfrentamiento de dos equipos con historia, el cruce de campeones del mundo protagonizado por Lautaro Martínez y Nicolás Otamendi acaparó la atención del planeta futbolístico.

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Compañeros en La Scaloneta y héroes argentinos en el certamen que se disputó en el país del Golfo, el defensor y el delantero comenzaron su compromiso con muestras de afecto y respeto. Sin embargo, cuando la pelota comenzó a rodar en el norte de Italia, ambos se olvidaron de su pasado reciente en Medio Oriente y se sacaron chispas cada vez que se cruzaron.

Incluso las cámaras tomaron el momento exacto en el que los protagonistas se amenazaban con constantes empujones, en la previa de una pelota parada a favor del conjunto local. Fueron circunstancias del juego que continuaron a lo largo de todo el espectáculo.

Durante la noche europea, el Toro tuvo dos claras ocasiones para abrir el marcador, pero los palos le ahogaron el grito. Y como si se tratara de un cuento de Eduardo Sacheri los intérpretes continuaron robándose todas las miradas en las escenas más importantes del show que brindaron. Si bien el gol que selló el 1 a 0 a favor del Nerazzurro lo convirtió Marcus Thuram, el ex central de Vélez tuvo una influencia notoria cuando habilitó a Denzel Dumfries y le permitió al neerlandés proyectarse hasta el fondo para abastecer al francés. Y en el momento de la conquista, el bahiense con pasado en Racing le dio un topetazo al defensor que selló el capítulo. La primera batalla la ganó el goleador.

Con la ventaja a su favor, los conducidos por Simone Inzaghi continuaron lastimando a los lusitanos, pero no lograban concretar todas las ocasiones que generaban cerca del arco del ucraniano Anatolii Trubin. Un tanto de Federico Dimarco perfectamente anulado por una clara posición adelantada dejó al combinado portugués con vida.

Lautaro Martínez fue el hombre más incisivo en la ofensiva italiana. A pesar de haber recibido un duro golpe en el rostro por parte de David Neres, la figura surgida de Liniers se las ingenió para quedar en dos oportunidades frente al arquero rival, pero en ninguna pudo convertir. La notable respuesta de Trubin y una recuperación magnífica de Nicolás Otamendi, para evitar el gol del Toro sobre la línea de meta, fueron las razones por las que se mantuvo la mínima ventaja. La segunda batalla fue para el experimentado central con pasado en el Manchester City.

Otro de los héroes de Qatar que estuvo presente en el pleito y no pasó desapercibido fue Ángel Di María, quien en el complemento sufrió una molestia muscular que encendió las alarmas en el cuerpo técnico de la selección argentina. Tras disputar una pelota con el turco Hakan Calhanoglu, el Fideo manifestó dolores que impusieron el temor a un desgarro. Por lo tanto, el alemán Roger Schmidt se vio obligado a reemplazar al astro rosarino y envió a la cancha al checo David Jurasek.

Cerca del final, Lautaro Martínez volvió a lamentar otra chance desperdiciada cuando recibió del armenio Henrikh Mkhitaryan y resolvió con un disparo rasante. Otra vez el arquero ucraniano le negó su conquista y la resignación se apoderó del atacante argentino. La mínima ventaja fue un resultado mentiroso, ya que el Inter fue notoriamente superior al Benfica y su triunfo era merecedor de una goleada. Con los tres puntos, el Nerazzurro se ubicó en la cima del Grupo D, junto a la Real Sociedad (ambos con 4) y dejó al Salzburgo de Austria en la tercera posición con 3 y en el último lugar a los portugueses, que aún no han sumado.