Por qué Lucas Ocampos se convirtió en la gran apuesta de Scaloni en la Selección Argentina de cara al debut en las Eliminatorias

No hay imagen más ilustrativa sobre la actualidad de Lucas Ocampos que el penal que ejecutó ante el Bayern Múnich en Budapest, en el arranque de la Supercopa de Europa. Asumió la responsabilidad incluso con Iván Rakitic en cancha. Y se puso cara a cara con Manuel Neuer, uno de los mejores arqueros de todos los tiempos, para batirlo con jerarquía. Pateó casi sin mirar. Pleno de confianza, como jugó cada partido de su última temporada. Ocampos es probablemente el futbolista argentino con mayor explosión en el último año en Europa y llega a la Selección Argentina como la gran apuesta de Scaloni.

Tuvo participación en la juveniles y llegó a representar al combinado nacional en el Mundial Sub-17 del 2011, pero recién fue citado por primera vez a la Selección mayor en agosto de 2019 para amistosos ante Chile y México. No tuvo minutos en ese primer llamado pero sus grandes rendimientos en el Sevilla lo mantuvieron en consideración y sus partidos bisagra fueron ante Ecuador y a Alemania en octubre: convirtió un gol en cada encuentro.

Esas anotaciones le dieron aún más impulso al atacante de 26 años surgido de River Plate para protagonizar la mejor temporada de su carrera. Tras sus pasos por el AS Mónaco, Olympique Marsella, Genoa y AC Milan, encontró en Sevilla el contexto propicio para explotar sus cualidades.

Lucas Ocampos cerró la temporada 2019/20 siendo el jugador más influyente el ataque del equipo de Julen Lopetegui: ha participado en 22 goles –17 anotaciones y cinco asistencias– en todas las competiciones, ubicándose por delante de Éver Banega (13) y Munir (13). Su aporte le permitió el elenco andaluz alzar el trofeo de la Europa League y cerrar el curso con una racha de 21 partidos sin perder.

Su función en Sevilla calza a la perfección con las ideas de Lionel Scaloni y eso lo puesto en gran consideración por encima de Papu Gómez, otro de los argentinos de mejor presente, e incluso de Ángel Di María, que ha quedado fuera de la convocatoria. Porque Ocampos juega extremo por ambas bandas en el 4-3-3 del Sevilla. A ese plus de energía y verticalidad que mostró desde sus inicios, le ha sumado recursos que afloraron con los buenos mecanismos ofensivos del club andaluz.

Se ha convertido en un arma letal atacando espacios y explotando sobre todo el carril generado entre defensor central y lateral rival. Hace bien el trabajo de pisar el área para finalizar las jugadas pero también puede prescindir de ese movimiento de ruptura para participar de la circulación. Además, en el plano defensivo, es un futbolista de mucho despliegue físico y coopera siempre con el lateral que juega detrás de él. Pese a siempre ser un jugador de corte ofensivo, es muy férreo en los duelos individuales y especialista en transiciones de defensa-ataque.

Su actual campaña empezó con la caída ante el Bayern en Budapest –donde fue igualmente una de las grandes figuras del partido– y con tres partidos sin perder en LaLiga: victorias ante Cadiz (1-3) y Levante (1-0), y un empate frente al Barça (1-1) en el Camp Nou.

Justamente después de enfrentarse a Lionel Messi en cancha, Lucas Ocampos se subió al avión privado del capitán de la Selección Argentina junto a otros integrantes de la convocatoria –Acuña, Dybala, Otamendi y Nehuen Pérez– para viajar hacia Buenos Aires y sumarse al resto de los jugadores en la concentración en el predio de Ezeiza.

Todo indica que Messi y Lautaro Martínez ya tienen un lugar asegurado en la ofensiva para el debut en Eliminatorias ante Ecuador, que será este jueves en La Bombonera. Queda una tercera plaza. Paulo Dybala no ha jugado el fin de semana por el escándalo de Juventus-Napoli en Italia. Y aunque Eduardo Salvio sea figura en Boca y Papu Gómez lleve 4 goles en 3 partidos con el Atalanta este curso, todo apunta a que Lucas Ocampos está un escalón por encima del resto.

MÁS SOBRE ESTE TEMA: