La liberación del Papu Gómez: la influencia de su creatividad en un Atalanta que revolucionó el fútbol europeo

Pasó gran parte de su carrera adaptándose a otras posiciones, pero a los 32 años se reencontró con su esencia: hoy es el emblema del modesto equipo que sueña con eliminar al PSG de la Champions

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Alejandro 'Papu' Gómez es el líder de Atalanta que ha sorprendido a toda Europa esta temporada (REUTERS)
Alejandro 'Papu' Gómez es el líder de Atalanta que ha sorprendido a toda Europa esta temporada (REUTERS)

No fue la Juventus de Cristiano, Dybala e Higuaín, campeón por novena vez consecutiva en Italia. Tampoco el Inter de Lautaro y Lukaku, ni la Lazio de Immobile o la AS Roma de Dzeko. El equipo más goleador de la Seria A en la temporada 2019/20 fue el Atalanta, al que solamente le faltaron dos goles para llegar a las 100 anotaciones en el campeonato, algo que solo el Bayern (100) y el Manchester City (102) han logrado este curso en las grandes ligas de Europa. El modesto equipo de Bérgamo se ha posicionado entre los gigantes de su país y también entre los poderosos del continente, ya que jugará los cuartos de final de la UEFA Champions League ante el Paris Saint Germain. Es el hito más importante en los 112 años de historia del club, aunque sin inyecciones económicas ni gastos siderales. Su arma de combate es un fútbol ofensivo y vertical que abruma a cualquier rival, planteos altamente osados que le han permitido obtener resultados positivos: primero jugar la Europa League después de 30 años, luego una final de Copa Italia y después la participación en la Champions por primera vez. Un esquema propenso a la constante creación de oportunidades que tiene al argentino Alejandro Papu Gómez como motor ofensivo, además de capitán y emblema.

Atraviesa un año fantástico y llega al Final 8 de Lisboa en su plenitud. Ha cerrado la campaña doméstica con 16 asistencias y ha sido elegido el Mejor Mediocampista del torneo. Ni Andrea Pirlo, Francesco Totti, Ronaldinho o Marek Hamšík, por nombrar a los últimos máximos asistentes en Italia, han llegado a ese registro de pases de gol. Y es que Atalanta le permitió al Papu reencontrarse con la esencia de su estilo de juego. A sus 32 años, por primera vez desde que es futbolista profesional, pudo dejar de adaptarse a otras posiciones para agrado del entrenador de turno o para ganarse un lugar en determinado esquema.

Llegó a Bérgamo en 2014, después de una traumática experiencia en el Metalist Kharkiv, buscando una salida a la guerra civil en Ucrania. Hasta ese entonces, desde su debut en Arsenal de Sarandí en 2005, siempre tuvo que resignar su naturaleza. Tuvo que jugar de segunda punta o de volante en un 4-4-2, de extremo en un 4-3-3, y hasta se ha posicionado de interior en algún que otro partido de sus primeros años en Atalanta. Pero Gian Piero Gasperini, su DT desde junio de 2016, poco a poco pudo vislumbrar que Papu podría explotar más sus cualidades por dentro, teniendo mayor contacto con el balón y aprovechando su mayor virtud: la gambeta.

Jugadas del Papu Gómez en la temporada 2019/20

Empezó colocándolo de extremo izquierdo pero con la orden de que ocupara carriles centrales, que explotara el espacio entre el lateral derecho y el primer central del equipo contrario. Ahí el Papu Gómez protagonizó su campaña más brillante en cuanto a influencia ofensiva –16 goles y 11 asistencias– y terminó de consolidarse como una parte integral del equipo. Se hizo paulatinamente más líder. Y llegó al auge en este curso, que fue su segunda mejor temporada en la Serie A en participación de goles: contribuyó en total en 23 goles de Atalanta en la Serie A 2019/20, siendo el sexto futbolista más determinante entre todos los jugadores del torneo.

Hoy directamente Alejandro Gómez es un clásico enlace en un 3-4-1-2, juega como el número ’10′ detrás de Duvan Zapata y Josip Ilicic. A veces reparte la creación con Ilicic y se vuelca sobre la izquierda, aunque ahora hace el desplazamiento inverso, va del centro hacia afuera, y ya no tiene la responsabilidad de dar amplitud. Si le toca combinar con el jugador esloveno, se coloca a la izquierda con pie cambiado para aprovechar su mejor perfil, para asistir, conectar y asociarse, cambiar la orientación del juego, o atacar el área. Asume un rol con mucho mayor despliegue, porque también se retrasa hasta la línea de los pivotes para generar espacio y darle salida al equipo. Y defensivamente debe contribuir posicionándose sobre el mediocentro defensivo rival, una exigencia que no tenía en aquellos años que daba sus primeros pasos en el deporte pero que se ha transformado en un requisito excluyente en el fútbol moderno.

Desde esa posición, lideró el ranking de asistencias (16) pero también fue el jugador con más asistencias esperadas (9,3), y el segundo con más chances creadas (102) y pases completos en el último tercio final (654) –en ambos lo supera Luis Alberto (Lazio) con 106 y 809, respectivamente–. Su presencia en los primeros pases, transformándose en el director de orquesta desde su campo propio es ponderante, pero las estadísticas reflejan su importancia como un pasador vital en ataque.

Es que el Atalanta es un equipo contracultural, ha roto el molde del catenaccio y lo único que persigue a cada minuto en sus partidos es la idea de progresar en el campo. Todos sus automatismos responden a un único fin: llevar el balón al último tercio. Su configuración, ese 3-5-2 en fase ofensiva, responde absolutamente a la idea de dominar con el balón y generar constantemente líneas de pases y superioridad numérica ante bloques bajos y cerrados.

“Yo juego de enganche pero como en el fútbol italiano no hay espacio entre líneas, a veces aparezco cerca de los centrales para no tener que jugar tanto de espaldas. Me meto en el medio de los volantes de contención y después aparezco detrás de los delanteros. Tratamos en la pérdida de recuperarla lo más rápido posible para agarrar a los rivales mal parados. Acá en Italia, los últimos cuatro años hicimos un poquito escuela. Pero obviamente viene de nuestro técnico, ya jugaba así en el Genoa. Es un fanático de la escuela del Ajax, de la escuela de Guardiola. Nos cambió la mentalidad a todos, desde los dirigentes a los jugadores. Realmente fue una revolución acá”, explicó el Papu Gómez en diálogo con Fox Sports Radio.

Y al ser él un jugador extremadamente hábil en el uno contra uno, se ha convertido en el motor creativo del Atalanta. Si tiene la pelota en los pies, es garantía de desequilibrio a cualquier altura y en cualquier carril –sobre todo en los tres del centro– del campo de juego. Y en períodos de posesión prolongados eso permite tomarse el tiempo para detectar la mejor opción. Porque no hay otro jugador con esa capacidad de organizar, distribuir y desequilibrar en el cuadro bergamasco, ya que Freuler, Pasalic y Malinovsky hacen mejor su trabajo de movilidad y carecen la jerarquía que aporta el Papu con el balón en sus pies. El jugador argentino se mueve por todas las zonas con libertad absoluta y atiende a las necesidades ofensivas del equipo que parecía que no superaría la fase de grupos de la Champions League pero ya está entre los ocho mejores del continente.

El Atalanta de Gian Piero Gasperini tiene un estilo muy ofensivo (REUTERS)
El Atalanta de Gian Piero Gasperini tiene un estilo muy ofensivo (REUTERS)

El Atalanta perdió los tres primeros partidos del Grupo C en la Champions League, con un lapidario 4-0 en casa del Dinamo Zagreb en el debut y un 5-1 en su visita al Manchester City en la tercera jornada. Pero luego empataron de local ante el equipo de Pep Guardiola (1-1) y consiguieron dos triunfos en fila, el último ante el Shakhtar Donetsk (0-3) en territorio ucraniano para terminar un punto encima de ellos en la tabla de posiciones. En octavos derrotaron con un global de 8-4 al Valencia, con dos triunfos que se colaron en la racha de 19 partidos sin perder –15 victorias y cuatro empates– que tuvieron entre finales de enero y finales de julio de este año. Solo perdieron tres partidos en 2020. Ahora deberán enfrentarse al PSG de Neymar, quien con su salario de más de 36 millones de euros por año (sin variables) gana la misma cantidad que toda la plantilla italiana.

La Juve de CR7, Dybala e Higuaín ya ha quedado eliminada en octavos de esta Champions, mientras que el Inter de Lautaro y Lukaku compite en la Europa League porque no superó la fase de grupos. Alguna vez Alejandro Gómez estuvo en el radar de los grandes clubes del continente pero su camino fue otro. “En lo que tienes que ver con los clubes, en la mayoría dejé una huella. Y eso es único. Prefiero toda la vida eso antes que ser uno más en un club grande, haber ganado títulos y que nadie se acuerde de vos. Prefiero eso a haber ido a un club importante y haber pasado desapercibido”, reflexionó en una entrevista con Enganche. Ya no debe adaptarse a ninguna posición, el equipo se adapta a sus virtudes. Su fútbol se ha emancipado. En Atalanta gozan de la liberación del Papu.

*Agradecimiento a Opta por los datos estadísticos. Más en @Optajavier.

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