La modernización de las Fuerzas Armadas en América Latina: la agenda de la Defensa, en clave regional

Todos los países de la región, a distinto ritmo, encaran políticas de modernización de las FF. AA. Si bien no existe una visión unánime en cuanto a los límites entre la defensa y la seguridad interior, los gobiernos sudamericanos apuestan a reforzar su aparato militar para enfrentar los desafíos del siglo XXI

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante una visita al Laboratorio de Generación de Energía Nucleoeléctrica (Labgene), responsable directo por el desarrollo del Programa Nuclear de la Marina de Brasil. (Archivo DEF)
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante una visita al Laboratorio de Generación de Energía Nucleoeléctrica (Labgene), responsable directo por el desarrollo del Programa Nuclear de la Marina de Brasil. (Archivo DEF)

Caracterizada por ser una zona de paz, situación que solo se vio interrumpida en las últimas tres décadas por el conflicto del Cenepa entre Perú y Ecuador en 1995, Sudamérica enfrenta desafíos comunes en un mundo inestable e inseguro.

Si bien las responsabilidades asignadas a las fuerzas militares no son uniformes y existen matices en las estrategias de defensa y seguridad, la necesidad de modernización del aparato militar y la adecuación de su estructura al nuevo contexto regional e internacional es una preocupación común. En los últimos dos años, en el contexto inédito de la pandemia de COVID-19, la emergencia sanitaria puso nuevamente a las FF. AA. en el centro de la escena. Los militares pusieron a disposición de los distintos gobiernos de la región su despliegue territorial y colaboraron en la gestión de la crisis, en la logística de la distribución de las vacunas y en la asistencia social a la población más vulnerable.

Cuando la pandemia parece comenzar a ceder y a transformarse en una endemia en los próximos meses, nos preguntamos cuál es la agenda sudamericana en materia de defensa. Analizamos las inversiones que están haciendo los países, los retos que tienen por delante sus FF. AA. y cómo se preparan para enfrentar los nuevos desafíos.

BRASIL: DE LA AMAZONIA AL SUBMARINO NUCLEAR

En el marco de su Plan de Articulación y Equipamiento para la Defensa (PAED), Brasil viene desarrollando desde hace una década una serie de proyectos emblemáticos. Por el lado de las fuerzas terrestres, cabe mencionar el vehículo blindado Guaraní, cuya unidad n.º 500 fue entregada por la empresa Iveco al Ejército en noviembre del año pasado. En el ámbito de la Fuerza Aérea, destaca la llegada en septiembre de 2020 del primero de los 36 cazas F-39 Gripen, adquiridos en el marco del contrato firmado en 2014 con el fabricante sueco Saab, que incluye un paquete de transferencia tecnológica y el ensamblaje local de 15 unidades. Una tercera iniciativa, en este caso en el ámbito de la Armada, es el Programa de Desarrollo de Submarinos (Prosub) y la construcción del primer submarino de propulsión nuclear en toda Latinoamérica, que se espera que entre en servicio hacia el año 2030.

Por el conflicto con organizaciones disidentes mapuches, el Gobierno de Chile desplegó efectivos de las FF. AA. en la región de la Araucanía. (Archivo DEF)
Por el conflicto con organizaciones disidentes mapuches, el Gobierno de Chile desplegó efectivos de las FF. AA. en la región de la Araucanía. (Archivo DEF)

Para fortalecer el control de sus fronteras terrestres, el gigante sudamericano puso en marcha, a fines de 2014, el Sistema Integrado de Monitoreo de Fronteras (Sisfron), que incluye radares fijos, radares móviles instalados en aviones, sistemas de comunicaciones, imágenes de satélite, cámaras, sensores y vehículos aéreos no tripulados.

A la par del desarrollo de nuevas capacidades para sus FF. AA., las compañías brasileñas del sector están ganando cada vez mayor presencia en el mercado internacional. La llamada “Base industrial de la Defensa”, compuesta por 146 empresas involucradas en actividades que van desde la producción de aeronaves (Embraer) hasta sistemas misilísticos (Avibras) y buques patrulleros (Emgepron), está atravesando un presente muy alentador.

COLOMBIA: EL COMBATE A LA NARCOCRIMINALIDAD

Con una larga historia de conflicto interno y en el contexto de la proliferación de organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico y al crimen organizado, no es de extrañar que Colombia sea el país sudamericano con mayor gasto militar en términos de su PBI. En su último documento de Política de Defensa y Seguridad (PDS), difundido en 2019, el Gobierno colombiano advierte que “el acelerado crecimiento sin antecedentes de cultivos ilícitos, especialmente de coca, y la extracción ilícita de minerales sin control, otorgan a los grupos armados organizados una fuente de financiación y de riqueza criminal que les ha permitido mantenerse y multiplicarse”.

En ese contexto, se constituyó en enero de 2018 la Fuerza de Tarea Conjunta de Estabilización y Consolidación “Hércules”, conformada por 9000 efectivos del Ejército, de la Armada y de la Policía Nacional y desplegada en diez municipios de la costa del Pacífico, la principal ruta marítima de la droga colombiana. Posteriormente, en febrero del año pasado, el presidente Iván Duque puso en marcha el Comando contra el Narcotráfico y las Amenazas Transnacionales (CONAT), una fuerza de élite conformada por 7000 efectivos del Ejército y orientada a la lucha contra toda la cadena de producción de la droga y la explotación ilícita de yacimientos mineros.

Por el lado del equipamiento, el Ejército está avanzando en la readecuación de su vehículo blindado para transporte de personal, conocido como “Titán acorazado”. Mientras tanto, la Fuerza Aérea está encarando el proceso de modernización y recuperación de su equipamiento, lo que incluirá el reemplazo de sus cazas Kfir, de fabricación israelí, en servicio desde 1991. Por su parte, la Armada está encarando su Plan de Construcción y Optimización Naval (Procyon) para renovar sus unidades de superficie –fragatas, patrulleras y buques multipropósito– y la adquisición, de aquí al año 2042, de cuatro submarinos y dos nuevos aviones de patrullaje marítimo.

FAdeA ya entregó a la Fuerza Aérea Argentina el primero de los aviones Pampa III comprometidos. (Archivo DEF)
FAdeA ya entregó a la Fuerza Aérea Argentina el primero de los aviones Pampa III comprometidos. (Archivo DEF)

CHILE: CAMBIOS POLÍTICOS Y CRISIS EN LA ARAUCANÍA

En medio de un proceso inédito de cambios políticos, con la llegada del exlíder estudiantil de izquierda Gabriel Boric al poder, y en pleno proceso de redacción de la nueva Constitución, las instituciones chilenas están explorando nuevas vías para relacionarse con su estructura militar. En septiembre de 2019, el Congreso dio luz verde al nuevo mecanismo de financiamiento de las FF. AA. que sustituyó la “ley reservada del cobre”, sancionada en 1958 y hecha pública recién en 2016. El nuevo esquema, que sustituye la fórmula que destinaba el 10 % de las ventas de la compañía minera estatal Codelco, prevé la instrumentación de un Fondo Plurianual para las Capacidades Estratégicas de la Defensa, en base a un plan cuatrienal de financiamiento de inversiones.

En cuanto a la renovación y modernización de sus equipos, el Ejército chileno encara el Programa de Modernización de Acorazados (Proaco) para actualizar las capacidades de sus tanques y vehículos blindados. Por el lado de la Armada, en los astilleros ASMAR de Talcahuano, se encuentra en pleno proceso de construcción el nuevo rompehielos, previsto para entrar en servicio en 2024, y se encarará el desarrollo de dos nuevos buques multipropósito. Por su parte, la Fuerza Aérea apuesta a la modernización de sus cazas F-16, para lo cual el gobierno chileno firmó en 2020 un contrato con Lockeed Martin que fue autorizado por el Departamento de Estado de EE. UU.

ARGENTINA: LA PUESTA EN MARCHA DEL FONDEF

Lejos de los niveles de inversión en el sector que muestran Brasil, Colombia y Chile, nuestro país está encarando un progresivo proceso de actualización de sus medios militares. Con ese objetivo, el exministro de Defensa, Agustín Rossi, puso en marcha el Fondo Nacional de Defensa (FONDEF), aprobado por el Congreso en septiembre de 2020. La iniciativa, que había sido presentada por el propio Rossi cuando se desempeñaba como diputado nacional, prevé un progresivo aumento de los recursos del presupuesto destinados al reequipamiento de las FF. AA., pasando del 0,35 % en 2020 al 0,8 % en 2023.

En ese marco, la Dirección de Arsenales del Ejército está encarando el reacondicionamiento de los TAM y de los vehículos de combate M-113. Además, se están repotenciando camiones Unimog y jeeps. En cuanto a nuevas adquisiciones, Taiana reconoció que hay “conversaciones avanzadas” con Brasil para la compra de sus blindados Guaraní, cuyo chasis y motor son fabricados en la planta de la empresa Iveco en Córdoba. Por el lado de la Fuerza Aérea, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) e INVAP están modernizando los aviones Pucará, a los que se incorporarán nuevas capacidades y mejoras tecnológicas. Además, FAdeA ya entregó a la Fuerza Aérea el primero de los Pampa III comprometidos y avanza en el diseño del nuevo avión de entrenamiento IA-100 Malvina. Mientras tanto, en el marco de un acuerdo con Finlandia, Tandanor encarará el proyecto de construcción del nuevo buque polar.

Entre 2017 y 2021, China y Rusia han sido prácticamente los únicos proveedores de sistemas del Gobierno de Nicolás Maduro. En la foto, un tanque T-72 del Ejército venezolano. (Archivo DEF)
Entre 2017 y 2021, China y Rusia han sido prácticamente los únicos proveedores de sistemas del Gobierno de Nicolás Maduro. En la foto, un tanque T-72 del Ejército venezolano. (Archivo DEF)

En la nueva Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN), promulgada en julio del año pasado, se hace una referencia crítica al involucramiento de los militares en tareas de seguridad interior.

VENEZUELA, EN EL OJO DE LA TORMENTA

Un caso muy particular es el de Venezuela, que llegó a registrar el cuarto gasto militar más alto de la región en la anterior década y hoy navega en aguas turbulentas por su grave crisis económica y la altísima inflación. Un reciente informe de la asociación civil Control Ciudadano advierte que el presupuesto invertido en compras militares es “completamente opaco” y que “no existe información completa de las adquisiciones de armamento y equipos militares en la memoria y cuenta de los entes de la administración pública”.

Ante el hermetismo del Gobierno, la organización logró reconstruir las operaciones del período 2017-2021, durante el cual China y Rusia han sido prácticamente los únicos proveedores de sistemas de armas del gobierno de Nicolás Maduro. En el plano regional, las tensiones con Colombia siguen creciendo y los cruces entre ambos gobiernos están a la orden del día.

LA SITUACIÓN EN EL RESTO DE LA REGIÓN

La situación en los demás países de Sudamérica es disímil. En Perú, en un contexto de gran inestabilidad política, las FF. AA. dejaron en claro su “estricto cumplimiento del principio no deliberante” y se mantuvieron prescindentes durante los sucesivos cambios de gobierno de los últimos cuatro años. En cambio, en la vecina Bolivia, el nuevo mandatario Luis Arce ha instado a los militares a “no repetir nunca más” la situación que se dio en noviembre de 2019, cuando el comandante de las FF. AA. se vio involucrado en la crisis que derivó en la salida del poder de Evo Morales. En el marco del acercamiento al gobierno boliviano, el flamante presidente peruano Pedro Castillo acaba de tener su primer altercado con un grupo de antiguos altos mandos militares de su país al insinuar que estaría dispuesto a otorgar a Bolivia una salida al mar, decisión que dijo estar dispuesto a someter a referéndum. Su vicepresidenta, Dina Boluarte, salió rápidamente a aclarar que no se va a ceder territorio soberano peruano y que el aporte se limitará al libre acceso de Bolivia al puerto de Ilo para su comercio exterior, en el marco de los acuerdos firmados en 1992.

En Ecuador, mientras tanto, el presidente Guillermo Lasso decretó en octubre del año pasado el “estado de excepción por grave conmoción interna en todo el territorio nacional”, luego de dos motines carcelarios que provocaron más de 190 muertos. En ese contexto, dispuso la movilización de las FF. AA. en nueve provincias para complementar las funciones de la Policía Nacional. Además, el Poder Ejecutivo acaba de presentar ante la Asamblea Nacional un proyecto de Ley Orgánica de Seguridad, que prevé que las fuerzas de seguridad podrán contar con la cooperación de las FF. AA.

Un caso muy particular es el de Venezuela que llegó a registrar el cuarto gasto militar más alto de la región en la década anterior y hoy navega en aguas turbulentas por su grave crisis económica y su altísima inflación.

La situación en Paraguay, mientras tanto, sigue siendo tensa por la fuerte penetración de las bandas delictivas brasileñas y los grupos irregulares locales, con negocios vinculados al secuestro y el narcotráfico. El gobierno de Mario Abdo Benítez se comprometió a mejorar las inversiones para fortalecer la capacidad de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), conformada desde 2013 por efectivos militares y policiales, y desplegada en el norte del país para enfrentar el accionar de la guerrilla del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y otros grupos criminales.

En Uruguay, tal vez el país más estable de la región desde el punto de vista institucional, el cambio de gobierno, en marzo de 2020, no trajo grandes novedades en el ámbito de la Defensa. Tal vez la nota disruptiva haya sido el surgimiento de una nueva fuerza política, el partido Cabildo Abierto, liderado por el exjefe del Ejército, Guido Mannini Ríos, destituido de su cargo por el entonces presidente Tabaré Vázquez por discrepancias en torno a la reforma de la caja jubilatoria de las FF. AA., pocos meses antes de las elecciones de 2019. Hoy forma parte de la coalición de gobierno y el propio Mannini es senador.

Como vemos, los desafíos son comunes, aunque los instrumentos varíen de país en país. Las fronteras terrestres, los espacios marítimos soberanos y el avance del delito organizado son preocupaciones compartidas por los gobiernos sudamericanos. El rol de las FF. AA. seguirá siendo clave, tal como se demostró durante la pandemia. Mientras tanto, el debate sobre el futuro de la política de Defensa y seguridad regional sigue abierto.

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