Un raro grabado de Rembrandt se convirtió en el más caro de la historia

La venta del retrato “Arnout Tholinx, Inspector” estableció una nueva marca en el mercado internacional, al superar los valores históricos para obras gráficas de maestros antiguos en una puja pública en Londres

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Un raro grabado de Rem8brandt
Un raro grabado de Rem8brandt se convirtió en el más caro de la historia (cortesía de Christie's)

En una subasta celebrada en Christie’s Londres, una obra de Rembrandt van Rijn alcanzó un hito histórico al convertirse en el grabado de un maestro antiguo más caro jamás vendido en una puja pública.

El retrato de Arnout Tholinx, Inspector (ca. 1656), una pieza de gran rareza y valor artístico, se adjudicó por 3,1 millones de libras esterlinas (USD 4,1 millones), superando todos los registros previos en el mercado de grabados antiguos.

Este resultado no solo subraya la vigencia del genio de Rembrandt en el arte del grabado, sino que también refleja la fortaleza actual del mercado, según destacó Tim Schmelcher, especialista en grabados y múltiples de Christie’s Londres, quien afirmó: “El nuevo récord mundial de subasta logrado por Arnout Tholinx, Inspector es un logro histórico para Christie’s. Estos resultados son una poderosa confirmación de la extraordinaria solidez del mercado de grabados, y ponen de relieve el atractivo perdurable del genio de Rembrandt en la obra gráfica.”

El grabado subastado formaba parte de la colección de Sam Josefowitz, un coleccionista lituano-estadounidense cuya fortuna, forjada en el negocio de venta por correo, le permitió reunir una de las más notables colecciones de estampas de Rembrandt.

La venta incluyó más de cien grabados del artista y alcanzó un total de 8,6 millones de libras esterlinas (USD 11,4 millones), con casi la totalidad de las piezas adjudicadas. Entre los lotes más destacados figuraron Cristo presentado al Pueblo (1655), vendido por 952.500 libras (USD 1,3 millones); Cristo sanando a los enfermos (ca. 1648), que alcanzó 698.500 libras (USD 972.000); y Un erudito en su estudio (‘Fausto’) (circa 1652), que se vendió por 361.950 libras (USD 483.000).

"Cristo sanando a los enfermos"
"Cristo sanando a los enfermos" (ca. 1648) (Foto cortesía de Christie's)

La historia de Arnout Tholinx, Inspector se remonta a la década de 1650, cuando Rembrandt atravesaba graves dificultades financieras. Sus encargos más lucrativos habían disminuido, los acreedores reclamaban el pago de su vivienda y su afición por adquirir arte y objetos de colección lo había llevado a una situación insostenible. En ese contexto, miembros del ámbito médico de Ámsterdam acudieron en su ayuda, encargándole obras que le permitieron sortear la crisis.

El retrato de Arnout Tholinx, quien fue inspector de los Colegios Médicos de Ámsterdam, destaca por su carácter íntimo y la maestría técnica de Rembrandt en el uso del punzón seco y el burr, recursos que le permitieron crear intensos contrastes de luz y texturas en la vestimenta.

En la imagen, Tholinx aparece interrumpido, con la mirada irritada, bajando sus gafas de mano y rodeado de libros, papeles y frascos medicinales, elementos que aluden a su profesión. Los estudiosos consideran que la escena transcurre en el propio estudio de Rembrandt, ya que el sillón con remate de cabeza de león, visible en la obra, aparece en otras piezas del mismo periodo.

"Arnout Tholinx, inspector" (hacia 1656)
"Arnout Tholinx, inspector" (hacia 1656) (cortesía de Christie's)

La singularidad de este grabado radica en su extrema rareza. Se trató de un encargo personal y Rembrandt produjo solo un pequeño número de ejemplares, que entregó a Arnout Tholinx junto con la plancha de cobre original. El retrato nunca volvió a imprimirse y se desconoce el destino de la plancha. Según Christie’s, el ejemplar subastado es el último en manos privadas; los restantes se conservan en instituciones como el Rijksmuseum, el British Museum, el Louvre y la Morgan Library de Nueva York.

Un dato curioso es que esta misma obra ya había marcado un récord mundial hace más de un siglo. En 1922, el grabado fue subastado en Christie’s tras ser consignado por John Edward Rudge, heredero de una vasta colección de estampas. En aquella ocasión, la pieza se vendió por 3.760 libras (aproximadamente USD 390.000 actuales), estableciendo también entonces una marca histórica para un grabado.