
Al igual que en Art Basel Miami Beach 2019, este año existe también una obra en boca de todos y no. No es una banana… Sino un conjunto de simpáticos robots de cuatro patas que circulan en distintas direcciones dentro de una especie de corral cuadrangular a la vista del público. Lo curioso es que estas criaturas portan cabezas humanas con nombre y apellido. Una de ellas es la de Elon Musk, otra la de Mark Zuckerberg. Tampoco Jeff Bezos queda fuera del grupo. Lo mismo sucede con los artistas ícono como Andy Warhol, Pablo Picasso y el mismo Beeple, creador de esta obra titulada Animales regulares - no estamos preparados para el futuro.
Dentro de cada uno de estos robots se encuentra una pequeña cámara que toma imágenes de los alrededores. Las mismas son luego procesadas por inteligencia artificial que las reinterpreta acorde el estilo de cada personaje, para instantáneamente pasar a ser expulsadas en forma de fotografías por los traseros robóticos de las criaturas quienes imitan la posición de un perro al defecar. Todo esto sucede al mismo tiempo que decenas de personas se amontonan entusiasmadas teléfono en mano preparadas para registrarlo todo. La obra entretiene, al mismo tiempo que logra plantear una analogía entre estas máquinas ávidas de capturar y elaborar la realidad a través de una inteligencia exógena y el mismo público que las replica cámara en mano. Pero el circo de lo real es divertido hasta que deja de serlo.
El sector Zero 10, estrenado en este Art Basel Miami Beach 2025, donde se encuentra esta obra satírica, está dedicado a artistas que exploran la intersección entre arte, tecnología y cultura. Allí también se destacan dos obras lumínicas inmersivas del artista americano James Turrell. En su trabajo Turrell usa la luz a la vez como medio y sujeto. Estos portales lumínicos envuelven al espectador de un color radiante, y se vuelven un respiro en este tipo de ferias tan eclécticas y bulliciosas.
Por otro lado, y aprovechando el reciente récord en subasta de la obra de Frida Kahlo, el surrealismo estuvo presente de la mano de galerías como Wendi Norris que dedica un Kabinett a Leonora Carrington con un conjunto de obras sobre papel. En tanto, Rowald Weistein ofrece obras de la misma Frida con un autorretrato por valor de 15 millones junto a obras de Leonora Carrington, Kay Sage, Marx Ernst y la argentina Leonor Fini, entre otros. También la galería David Gorvy Dayan se suma a la movida surrealista, con otra obra de Fini, a la que celebró recientemente con una muestra (La mort de l’amour) en su sede londinense a dúo con Aleksandra Waliszewska, una artista polaca contemporánea que comparte con Fini un afecto indisimulable por los gatos. Pero el plato fuerte de esta galería es el retrato de Muhammad Ali pintado por Andy Warhol, que el primer día de apertura se vendió por ¡USD 18 millones! También se pueden admirar varios Basquiat en la galeria Van de Weghe.

Otro de los highlights de este Art Basel Miami Beach 2025 son las obras del argentino Lucio Fontana de su serie Concetto Spaziale, Attesa/e en el stand de Tornabuoni. Esta es una serie emblemática que Fontana realiza en Milán entre 1958 y 1968. Son lienzos tajados por el artista una o múltiples veces. Cada uno de estos tajos son realizados por Fontana con un gesto único y certero usando una cuchilla afilada. Por detrás, en el reverso del lienzo, Fontana respalda cada uno de ellos con una fuerte gasa negra que genera esa profundidad tan característica de su obra. A su vez, los fondos monocromáticos de colores radiantes y saturados amplifican la oscuridad del corte, que representa la búsqueda de lo infinito.
En palabras del artista: “Mis tajos son sobre todo una expresión filosófica, un acto de fe en el infinito, una afirmación de espiritualidad”. Estas perforaciones buscan crear una nueva dimensión, conectar con la inmensidad del cosmos. Son un acto de creatividad que Fontana consideró constructivo y no destructivo, que alumbra una “paradójica presencia de la ausencia”. La obra de mayor valor que la galería europea exhibe es “Concetto Spaziale, Attese” de cuatro tajos y fondo rojo. Es del año 1968 y está valorada en USD 4,5 millones.
Otra galería que siempre sorprende con sus propuestas es sin dudas la newyorkina Michael Rosenfeld. Este año, entre tantas obras, trajo dibujos de dos maravillosas artistas americanas, Lee Bontecou y Nancy Grossman. Ambas escultoras utilizan la técnica del ensamblaje para llevar a cabo sus visiones del mundo y cuestionar la violencia de la interacción humana.
“Gunhead”, una cabeza de bronce de 1991 de la que nace una especie de probóscide armamentista, es el sujeto de los dibujos de Grossman y también se exhibe dentro del stand. Otros dibujos de Bontecou también pueden verse en el booth de la galería Marc Selwyn. Rosenfeld exhibe además una pintura de Bob Thompson distinguible por sus siluetas y su paleta asertiva y contrastada. Thompson, un artista profundamente influenciado por el jazz, reversiona la obra de grandes maestros de la pintura clásica en clave propia, como hace el jazz con la historia de la música. En el caso de “Untitled (Oh Lowd!)” de 1962, el artista parecería servirse de la composición iconográfica de la Santa Ana triple, simplificando e insertando su simbolismo propio.

Si hablamos de joyitas no hay que perderse un pequeño Willem de Kooning sobre papel, de 1967, en la galería Locks; un Gertrude Abercrombie titulado “Doors” (Puertas) en la galería Karma y un pequeño Sasha Gordon en Matthew Brown: un joven artista que, con una pericia casi quirúrgica del detalle, construye escenas de gran sarcasmo y suspenso.
En cuanto al mercado latinoamericano se destacan las obras del mexicano Felipe Baeza en la galería Kurimanzuto, la pintura impactante de la brasileña Adriana Varejão en la portada del stand de la galería argentina Isla Flotante y la obra de Manuel Brandazza en el stand de la galería argentina Pasto, que fue vendida al Museo Jorge Perez.
Art Basel Miami Beach es una feria que siempre nos impone el reflejo de una época sostenida por el alto impacto y la expresión de un sistema poderoso, el del arte, que luego de los records alcanzados en las últimas subastas de Nueva York se está reponiendo.
Lo que sí queda claro es que las ferias siempre dividen aguas: por un lado, el esnobismo del mercado mantenido por el afán de pertenencia y especulación, y por otro, el genuino motor creativo de las prácticas artísticas y los artistas que siguen pergeñando nuevas formas y nuevos imaginarios para ver el presente y también el futuro.
Patricia Pacino es licenciada en arte y directora de la galería Maman Fine Art, con sedes en Buenos Aires y Miami.
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