
Hay pocas melodías que compitan en fama con el omnipresente “Bolero” de Maurice Ravel, que se estima que cada 15 minutos suena en algún lugar del mundo. La tortuosa historia de su creación, sin embargo, es mucho menos conocida y se cuenta en una película que es el retrato de un compositor en crisis.
“Incluso si no te gusta, te persigue”, asegura Anne Fontaine (Luxemburgo, 1959), directora de la película Bolero, sobre la icónica obra estrenada por el compositor francés en 1928.
De meterse en la piel de Ravel en este filme biográfico se encarga el actor francés Raphaël Personnaz (París, 1981), cuyo primer recuerdo del ”Bolero" está precisamente muy ligado al cine: concretamente, al final de la película Les uns et les autres (Los unos y los otros), de Claude Lelouch, donde la pieza protagoniza la actuación de un ballet en la plaza del Trocadero de París.
Y es que el “Bolero”, tal y como narra esta película, se concibió como una danza, encargada a Ravel (1875-1937) por la bailarina Ida Rubinstein, que era una de las grandes estrellas de la Belle Époque.

“No sabemos mucho sobre Ravel. Es un personaje muy misterioso. Lo conocemos sobre todo por su música, por el ‘Bolero’, que tiende a ocultar las demás obras que creó”, explica Personnaz, que para preparar este papel -cuyo guion se inspira en una biografía de 1986 escrita por Marcel Marnat- se entrevistó con especialistas y músicos como el pianista Alexandre Tharaud, que participa en la película.
Personnaz también se quiso aproximar a su aspecto, perdiendo peso, pero encontró una ventaja “liberadora” en el hecho de que, pese a ser alguien tan conocido, pocos conocen la cara de Maurice Ravel, de quien precisamente este año se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento.
Fontaine por su parte, tiene también un recuerdo claro de la primera vez que se sintió fascinada el hipnótico ritmo del “Bolero”: de pequeña, como espectadora de un espectáculo de danza (ella misma también era bailarina) y, un poco más tarde, de oírla de fondo cuando la escuchaba su padre, durante su infancia en Portugal.
“Este carácter obsesivo, este carácter de letanía, como un trance, se quedó grabado en mi memoria”, rememora la realizadora francoluxemburguesa, que es también actriz y guionista y ha desarrollado toda su carrera en Francia.

Un encargo envenenado
El “Bolero” fue un éxito tan rotundo que los ingresos por derechos de autor batieron récords en Francia durante décadas y la disputa por ese botín -Ravel no tuvo hijos y su legado siguió un complicado camino legal- aún colea en nuestros días.
Pero el encargo que le hizo Rubinstein a Ravel -a quien acechaban tanto sus demonios personales como un sector de la crítica que lo acusaba de ser un compositor correcto, pero incapaz de lograr nada genial-, fue uno más bien envenenado porque el compositor, nacido en Ciboure, en el País Vasco francés, y fallecido París a causa de problemas neurológicos, estaba sumido en una auténtica crisis creativa.
“Es increíble que esta obra, tan popular, que comparten tantos países y tantos personajes increíbles, haya sido tan difícil de conquistar. Era un encargo ingrato porque no tenía inspiración”, resume Fontaine, conocida también por títulos como Coco avant Chanel (2009).
Por eso la película, más que un relato biográfico -que también-, es un viaje por el proceso creativo del arte.

También refleja cómo los fragmentos de la melodía le fueron llegando de a poco a Ravel. Por ejemplo, a través de los ruidos de las máquinas que se quedaron en su cabeza al visitar una fábrica.
“Los sonidos de la vida real le ayudarán poco a poco a acercarse a esta pieza que está minutada como una receta de cocina. Pero una receta hecha por un muy buen pastelero”, define Fontaine.
Fue un proceso largo y trabajoso, con retrasos y flaquezas, como cuenta Bolero, y para interpretar a ese autor bloqueado Personnaz asegura que se basó en sus propios “fracasos” y “miedo al vacío”.
Ravel, además, era alguien que no vivía en la opulencia y que era capaz de alejarse del bullicioso París para encerrarse “como un monje” y componer.
“Es formidable porque cuando uno habla con músicos te das cuenta de que es un modelo para una gran cantidad de compositores y músicos. ¿Por qué? Porque es un artista que dedicó toda su vida, verdaderamente toda su vida, a su arte”, considera el actor protagonista.
Fuente: EFE.
[Fotos: prensa SND; Reuters/ Michele Tantussi y Bibliothèque nationale de France, Dominio público (Wikimedia)]
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