Sly Stone, el carismático cantante, compositor y productor líder the Family Stone, y considerado con justicia uno de los músicos afroamericanos más relevantes del último medio siglo, murió este lunes a los 82 años en Los Ángeles. Según detallaron sus representantes, el artista luchaba desde hace tiempo contra la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (C.O.P.D., por sus siglas en inglés) y otras complicaciones de salud. Su publicista, Carleen Donovan, informó que el músico falleció rodeado por su familia.
El comunicado que anunció su deceso lo define como “una figura monumental, innovador de avanzada y un verdadero pionero que redefinió el paisaje de la música pop, funk y rock”. Más allá de la hipérbole, todo es verdad. Sly Stone destacó por su estilo peculiar y energético, lideró una banda multirracial y de género mixto, desafiando las convenciones de su tiempo (en plena ebullición con la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, a mediados de los años 60). Su obra fusionó el R&B, el soul y el góspel, géneros que marcaron sus raíces en el área de San Francisco, con los elementos progresivos del funk y las libertades del rock psicodélico emergente.
Durante los años 60 y principios de los 70, the Family Stone lanzó una serie de éxitos que se convirtieron en himnos de su época. Canciones como “Everyday People”, “Dance to the Music”, “I Want to Take You Higher”, “Family Affair”, “Hot Fun in the Summertime” y “Thank You (Falettinme Be Mice Elf Agin)” se consolidaron como clásicos que, con el tiempo, serían frecuentemente sampleados por artistas de hip-hop, mostrando el impacto duradero de su música. Su poderosa combinación de letras y ritmos reflejan un legado que trasciende generaciones y géneros.

La carrera de Sly Stone no solo se destacó por el éxito comercial, sino también por su influencia cultural. La capacidad de su música para servir como documentos políticos e himnos de baile inmortalizó a Stone y su banda como pioneros que abrieron camino para futuras generaciones: era (es) posible combinar mensajes de cambio social con ritmos que invitaban al baile y el goce de los cuerpos.
Nacido Sylvester Stewart, formó Sly and The Family Stone entre 1966 y 1967. Fue el primer grupo importante en incluir hombres y mujeres, tanto negros como blancos, y encarnó a la perfección una época en la que todo parecía posible. Los cantantes gritaban, coreaban y susurraban sobre una explosión de ritmos interpretados por una ajustada banda que contaba con una gran sección de instrumentos de viento, guitarras de ritmo acelerado y ritmos contagiosos. Una fusión de jazz, rock psicodélico, doo-wop, soul y los inicios del funk, alumbró al mundo.
El grupo de Stone comenzó como un sexteto del Área de la Bahía de San Francisco. Debutaron con el álbum A Whole New Thing y se ganaron reconocimiento con su exitoso sencillo “Dance to the Music” que alcanzó el Top 10 en abril de 1968, justo la semana en que el reverendo Martin Luther King fue asesinado. Comenzaba una nueva era y ellos eran la banda de sonido apropiada: dulce, alocada, comprometida.
Liderado por Sly Stone, con sus vestimentas de cuero, sonrisa ancha y enorme peinado un afro enorme, la banda deslumbró en el festival de Woodstock de 1969 y marcó un nuevo ritmo en la radio. “Everyday People”, "I Wanna Take You Higher" y otras canciones se convirtieron en himnos de comunidad, con un grado relevante de inconformismo y espíritu atrevido, que giraban alrededor de frases como “diferentes golpes para diferentes personas” (different strokes for different folks). El grupo publicó cinco singles que llegaron al Top 10 de Estados Unidos, tres de los cuales alcanzaron el número 1, además de vender tres álbumes de un millón de copias: Stand!, There’s a Riot Goin’ On y Greatest Hits.

A principios de la década de 1970, Stone comenzó un declive del que nunca se recuperó, impulsado por las presiones de la fama y el peso añadido de su origen racial. Su compañía discográfica anhelaba más éxitos, mientras que el grupo radical The Black Panthers lo presionaban para que excluyera a los miembros blancos de su grupo. Tras mudarse a Los Ángeles en 1970, se volvió cada vez más dependiente de la cocaína y errático en su comportamiento.
El documental Sly Live!, dirigido por el también músico Questlove —baterista y cantante, líder de The Roots y director de la banda que acompaña al comediante Jimmy Fallon en su show televisivo—, hace justicia con su enorme influencia hasta el presente. Opinan Vernon Reid de Living Colour, Andre 3000 de Outkast, la escritora Dream Hampton, y muchos de los integrantes de la Family Stone. Todos ellos reconocen su genio como multiinstrumentista y compositor, una habilidad que dejó una marca imborrable.
Por eso la influencia de Sly perdura hasta el presente. El máximo exponente del funk en la década de 1970, George Clinton, creador de la banda Parliament-Funkadelic, fue su discípulo. Prince, Rick James y los Black Eyed Peas estuvieron entre muchos artistas influenciados por su estilo. Innumerables raperos han sampleado fragmentos de sus canciones, desde los Beastie Boys hasta Dr. Dre y Snoop Dogg.
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