La obra del artista surrealista René Magritte “L’Empire des lumières” (El imperio de las luces), donde se ve una casa en la oscuridad iluminada por luz artificial mientras el cielo se muestra celeste claro, fue vendida por casi 80 millones de dólares en una subasta en Sotheby’s de Londres, lo que significa un récord para la obra del pintor belga.
La potencia de esta pintura radica en el desconcertante juego de luces que combina la obra, donde “dos cosas aparentemente incompatibles se asocian para crear una falsa realidad”, señala la casa de subasta, según lo informado por la agencia de noticias AFP.
En 2018, el cuadro El principio del placer había sido adjudicado en 26,8 millones de dólares en subasta en Nueva York, mientras que se esperaba que L’Empire des lumières saliera por unos USD 60 millones.
Incluso, la pintura inspiró escenas del film de terror El exorcista, estrenado en 1973, y del afiche de la película en la que se ven puntos de contacto con los toques surrealistas de Magritte.
El artista pintó El imperio de las luces en 1961 para su amiga, Anne-Marie Gillion Crowet, hija del coleccionista belga Pierre Crowet y desde entonces la obra permaneció en la familia que si bien no la había vendido hasta el momento si la cedió para exposiciones en todo el mundo durante muchos años.
La obra, además, forma parte de de una serie 17 trabajos al óleo, que conoció un éxito inmediato entre el público y los coleccionistas, con una primera versión comprada por Nelson Rockefeller y ejemplos conservados en la Colección Peggy Guggenheim en Venecia, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la Menil Collection en Houston, Texas, y en los museos reales de Bellas artes de Bélgica en Bruselas.
Este cuadro de 114,5 por 146 cm fue expuesto en el mundo entero en Roma, París, Viena, Milán, Seul, Edimburgo o San Francisco, y fue prestado al Museo Magritte en Bruselas de 2009 a 2020.
Magritte nació en Lessines en 1898, murió en Bruselas 69 años después. Vivió en París, formó parte del colectivo surrealista junto a Éluard, Breton, Arp, Miró y Dalí, pero a diferencia de ellos no utilizó el psicoanálisis para explicar sus obras. Huyó de las representaciones caóticas, del dramatismo, del efectismo.
Heredero de Giorgio de Chirico en eso de desplazar objetos, de proponer fondos infinitos, horizontes que no se quiebran, Magritte jugó con la hibridación, seres y objetos a medio camino del ser.
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