
Peter Bogdanovich es, sin dudas, uno de los grades maestros del cine. No de la actualidad ni del siglo XXI; de la historia. Falleció hoy, a los 82 años, en su casa de Los Angeles, según informó The Hollywood Reporter. El artífice del oscarizado clásico “La última película (1971) falleció de causas naturales. Así lo contó su hija, Antonia Bogdanovich: fue poco después de la medianoche.
”Nos gustaría pedirle respeto por nuestra privacidad mientras lamentamos la muerte de nuestro ser querido, este hombre maravilloso”, decía el comunicado recogido por la cadena NBC y escrito por Antonia.
Bogdanovich, nacido en 1939 en Nueva York, Estados Unidos, fue de los directores más importantes del Nuevo Hollywood de la década de 1970, una corriente cinematográfica de marcado carácter contracultural y con una nítida influencia europea, así como puerta de entrada a legendarios directores como Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Martin Scorsese o George Lucas.

Dejó un legado con una veintena de reconocidos títulos, entre ellos ¿Qué me pasa, doctor? (1972), Luna de papel (1973) y Texasville (1990). En 2015, Quentin Tarantino tuvo un cameo en She’s Funny that way —o como se la conoció en idioma español: Enredos en Broadway— y no pude evitar su alegría. Públicamente, y con una enorme sonrisa en el rostro, dijo que tenía epitafio para su lápida: “Yo actúe en una película de Peter Bogdanovich”.
Su visita a Buenos Aires en 2016
En ocasión de la 19° edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), Bogdanovich fue invitado especial para acompañar una retrospectiva de su obra y brindó una conferencia-clase magistral. En una sala El Aleph del Centro Cultural Recoleta repleta, dijo sin tapujos que la mayoría de las películas que se hacían en ese momento eran “una mierda” porque el elemento humano había sido sustituido por explosiones, superhéroes y “un montón de gente muriendo”.
En su opinión, consideró a la industria cinematográfica estadounidense “bastante mala” porque dependía de las recaudaciones y, para eso, se hacía “cualquier cosa” con efectos especiales, olvidando lo que a él más le interesaba: las personas. En este sentido, recordó una conversación que mantuvo en los años 70 con el cineasta Orson Welles, en la que este le advirtió de que ya entonces se estaba insensibilizando a la audiencia con tanta violencia en las películas, algo que ahora, a su juicio, pasó a ser “mucho peor”.
En esa charla, además, hizo referencia a todo lo que aprendió gracias a la estrecha relación personal y profesional que mantuvo con grandes figuras del mundo del cine “que admiraba” como Howard Hawks, Alfred Hitchcock, Orson Welles o John Ford, de quien dijo que una vez llegó a decirle: “Por dios, Bogdanovich, ¿no vas a parar nunca de hacer preguntas?”
Con información de agencias
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