5 propuestas de cine latinoamericano en el Festival de Mar del Plata

A diferencia de ediciones anteriores, el cine de la región no tiene una fuerte presencia en el encuentro cinéfilo. En esta nota, algunos de los filmes destacados y otras historias

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5 propuestas de cine latinoamericano en el Festival de Mar del Plata
5 propuestas de cine latinoamericano en el Festival de Mar del Plata

El fin de semana largo trajo a Mar del Plata gran cantidad de turistas, y para quienes solemos venir a la ciudad para participar del Festival Internacional de Cine, el escenario fue sorprendente. Mucha gente –realmente mucha- llegando a las playas del centro o caminando por la rambla y largas esperas para ingresar a un restaurante. Este año el Festival de Cine, que tiene una importante afluencia de público local como ha ocurrido siempre, pareció oculto ante la llegada de paseantes que gozaron de un clima muy bueno.

Mientras en las calles y las playas las familias portaban sillas, termos y pelotas, en otros espacios, reparados del sol y el viento, nos congregamos para ser parte de la presentación de diferentes publicaciones, de las cuales dos llaman especialmente la atención del público de cine.

El lunes se presentó Entre preceptos y derechos. Directoras y guionistas en el cine mudo argentino, de Lucio Mafud, que fue editado por el Festival. En esta importante investigación, Mafud analiza la visión del mundo contenida en las obras de directoras y guionistas en el cine nacional realizado entre 1915 y 1933. Este volumen permite visibilizar un entramado de voces que permanecieron ocultas hasta ahora. Este es el primer eslabón de un proceso de investigación más amplio que busca dar cuenta de la totalidad del cine realizado por mujeres en ese período.

Más allá de la estrella. Nuevas miradas sobre Hugo del Carril
Más allá de la estrella. Nuevas miradas sobre Hugo del Carril

Casi simultáneamente se presentó el trabajo de Florencia Calzon Flores y Daniela Kozak sobre una de las principales estrellas del cine argentino: Hugo del Carril. En el libro Más allá de la estrella. Nuevas miradas sobre Hugo del Carril compilaron una serie de artículos que analizan su trabajo tanto como actor como director. La publicación, que puede descargarse de manera libre y gratuita, aporta algunas claves para pensar la obra y la trayectoria de Hugo del Carril de manera integral, en tanto figura fundamental del campo político-cultural argentino del siglo XX. No ofrece un recorrido biográfico, sino que explora sus facetas como estrella popular y como director de cine, así como su relación con la política, cuya complejidad trascendió el rol de ícono peronista.

Hugo del Carril es una figura muy especial en la historia de nuestro cine. Cantor de tangos y galán, llegó a ser una gran estrella y luego se convirtió en un director dueño de un estilo y una mirada muy potente. Sin dudas fue una bisagra entre el cine industrial de los años ‘30 y ‘40 y las vanguardias y el cine de autor de los ‘60. Como realizador construyó un cine popular con buena repercusión en el público masivo, pero su mirada autoral trascendió las convenciones de los géneros clásicos, forjando un estilo propio. Hugo del Carril fue además un pionero de la producción independiente, antes de que esa modalidad se extendiera en los años sesenta.

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Breve panorama del cine latinoamericano

El cine de América Latina y el Caribe ha demostrado una gran vitalidad en la última década, y este crecimiento de la producción ha tenido presencia en el Festival de Cine de Mar del Plata. Más allá de las películas en la competencia específica, el cine de países de nuestra región se destacaba tanto en las competencias internacionales como en los panoramas autorales. Más allá de la importancia de las tres cinematografías históricamente más importantes, Argentina, Brasil y México, en Mar del Plata siempre se contó con presencia de las crecientes producciones de países como Chile y Colombia, que anualmente producen más de 50 películas cada uno, o Cuba y Uruguay, con menos películas por año pero con producción permanente, y también se presentaron films de cinematografías emergentes como República Dominicana, Costa Rica, Guatemala o Bolivia. Este año la presencia del cine latinoamericano es muy poca respecto de años anteriores, y lamentablemente no se apreciará la creatividad y la diversidad estética y temática del cine de la región.

La competencia de cine latinoamericano cuenta con 12 films y uno en la sección de modo no competitivo. De la misma son parte 5 películas argentinas y el resto son películas de Brasil, Chile, Costa Rica, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Además el film El empleado y el patrón, coproducción argentina, brasileña y uruguaya dirigida por el montevideano Manuel Nieto Zas, formará parte de la sección de manera no competitiva.

Hasta este martes se presentaron 5 de las películas latinoamericanas no argentinas: Aurora de Paz Fábrega (Costa Rica), Carajita de Silvina Schnicer y Ulises Porra (República Dominicana), 9 de Martín Barrenechea y Nicolás Branca (Uruguay), Bob Cuspe: no nos gusta la gente de César Cabral (Brasil) y De todas las cosas que se han de saber de Sofía Velázquez Nuñez (Perú).

Las películas muestran una diversidad temática muy importante, y pensadas al interior de sus propias cinematografías presenta indicios que permiten ver su lugar dentro del momento que vive cada una de las estéticas nacionales.

Trailer de "Aurora"

Aurora, tercera película de la directora tica Paz Fábrega, muestra la decisión de evitar lugares comunes y obviedades en el relato, algo que ya había insinuado en su primera obra, Agua fría de mar. También teje puentes con esta en la manera abierta y compleja en que propone pensar la maternidad, desde los deseos de unas y otras, las proyecciones y las apropiaciones, lo que construye nudos conflictivos importantes. Pero también se enmarca en el trabajo de muchas directoras costarricenses como Alexandra Latishev o Antonella Sudasassi, por mencionar a quienes han tenido amplia proyección internacional con sus películas Medea y El despertar de las hormigas.

Aquí Luisa es arquitecta y lleva adelante un proyecto comunitario de enseñanza de arte para niños. De casualidad descubre en problemas a Yuliana, hermana mayor de uno de esos menores, y advierte que está embarazada. La adolescente no estaba en plena conciencia del tiempo de embarazo, y había decidido no informarle a su familia. Luisa decide acompañarla en ese secreto, y la ayuda a buscar alternativas para entregar en adopción a la niña que nacerá. Y si las primeras decisiones que toma son algo aventuradas y pueden confundirse con una inconsciente manera de decidir todo lo relacionado con el embarazo y la niña por venir.

Trailer de "Carajita"

En Carajita aparecen tópicos muy presentes en la filmografía de la República Dominicana, impulsada especialmente en los últimos años por una ley de fomento a la producción audiovisual. El sistema de clases, la racialización de la pobreza, la relación entre las trabajadoras domésticas y las familias de clase alta y una organización arquitectónica que marca también las relaciones sociales y de poder, algo que también se observaba en El sitio de los sitios (2016) de Natalia Cabral y Oriol Estrada. Una particular coincidencia, que carece de todo sentido estético, aparece en los últimos años en este país. La dupla Schnicer y Porra son la tercera pareja que produce y dirige una película, luego de los trabajos de Cabral junto a Estrada y de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas (Dólares de arena). Una mera casualidad pero que tal vez solo sirva para un extraño libro de records.

Carajitas son las niñas molestas o malcriadas, pero puede también tener un uso cariñoso. Sara y Yarisa tienen una relación entrañable, profunda y cómplice. Sara es la hija de una familia acaudalada, con una fortuna de dudosa procedencia y Yarisa la mucama negra. Ella ha sido también su guía en las calles, en un mundo diferente al de la casa con salida al mar en un condominio exclusivo. Un hecho accidental provoca una crisis tal que podría quebrar esa relación para siempre. Así de pronto una película sutil cambia de tono para volverse un simple melodrama social, cuando ingresan ambas familias a romper la trama construida sobre esa relación de ambas mujeres. Esa pérdida del registro original hace de Carajita una película más previsible, más plana. Finalmente la secuencia final recupera el tono de la primera media hora y la resolución pone en juego esa suerte de código compartido de manera exclusiva entre Yarisa y Sara. Y ese retorno a una narración extrañada se agradece.

Trailer de "9"

La uruguaya 9 es una película que pone al fútbol como escenario, aunque no desde la cancha sino desde lo que implica el comercio, el show y el deseo del pibe que juega a la pelota. Filmada durante la pandemia y respetando protocolos, la película se construye con pocos personajes y casi un escenario único, amplio y con mucho aire libre.

Christian Arias es la gran promesa del fútbol uruguayo, pero acaba de ser protagonista de un incidente con un jugador colombiano que le valió una grave sanción: estará 4 meses sin poder jugar. Esto ocurre justo cuando su padre y manager estaba negociando un jugoso contrato para llegar a la liga inglesa. Ante la posibilidad de ver frustrado ese acuerdo el padre demuestra su peor costado. Es autoritario, violento y busca afanosamente la ganancia económica. Christian se ve angustiado y presionado y solo quiere encontrar alguna manera escapar a esa opresión. La película construye esta situación con trazos gruesos, con personajes sin matices, con estereotipos y un discurso que de obvio y reiterado solo sirve para que todo sea profundamente previsible.

Trailer de "De todas las cosas que se han de saber"

César Vallejo, el gran poeta peruano y una de las voces más intensas de la poesía latinoamericana en el siglo XX, nació en Santiago de Chuco, en el norte serrano del país. En esa pequeña localidad, sencilla y humilde, sigue siendo una referencia en la vida de todos sus habitantes. Ellos van desde los niños que declaman “Los heraldos negros” –y nos preguntamos si comprenden la complejidad de ese poema- hasta los adultos que pudieron vincularse con sus familiares o aseguran haber conocido a Santiago, el viejito ciego que oficiaba de campanero. Según escribía Vallejo, lo veía pasar casi todos los días cuando se dirigía a la torre para tocar la oración.

De todas las cosas que se han de saber es un documental que funciona como un fresco de la realidad de ese pueblo, tomando como eje la presencia de Elder, quien fue un niño que declamaba los versos de Vallejo en sus años escolares y ahora es un músico, aunque su deseo sea poder salir del pueblo para estudiar ingeniería. Distintos habitantes de Santiago de Chuco pasan frente a la cámara y la mirada es gentil, cálida y empática. Así, el declamador adulto, que pone voz y cuerpo para una manera de decir que suena hoy quedada en el tiempo, es el ciego Santiago que recorre las calles para llegar al campanario durante la noche y en esa escena, la última de la película, entendemos que la película de Sofía Velázquez Nuñez es una forma de llevarnos a un Vallejo íntimo, al del Perú profundo y mestizo, no a aquel que murió en París y conocimos, tal vez, por el éxito tras su paso por la Europa blanca y culta.

Trailer de "Bob Cuspe: no nos gusta la gente"

Bob Cuspe es un mítico personaje de cómics: un viejo punk que resiste, en medio de un mundo postapocalíptico, al ataque constante de un ejército de mini-Elton Johns mutantes. Envejecido él y su autor, el dibujante Angeli, dibujante cansado y entregado a la burguesa egolatría del autor otrora trasgresor, Bob Cuspe no acepta el destino final que le depara el lápiz de Angeli e irá en su búsqueda para enfrentarlo y gritar: “El punk no ha muerto”. Si miramos el escenario del cine brasileño esta película podría pensarse en relación con propuestas que desde otros lugares tienen un anclaje en este punk del siglo XXI, como la excelente Bacurau de Kleber Mendonça Filho o Jóvenes infelices de Thiago Mendonça.

La película propone un escenario post punk –la presencia de los mutantes pop es una de las marcas del nuevo tiempo donde esa música gentil ataca de muerte a toda resistencia- y a la vez antiguo. En esta animación brasilera no hay necesariamente algo novedoso, pero los recursos técnicos, la plástica y la forma de animación, y la dialéctica entre el personaje y su creador, más la tensión entre dos tiempos de la historia marcados por la resistencia punk y el conformismo pop de la posmodernidad, funcionan con precisión. Nostalgia, realidad y universo fantástico, violencia y humor, música pop y la experiencia del punk conviven con inteligencia en Bob Cuspe: no nos gusta la gente. El cine brasileño sigue trayendo propuestas que se corren de las narrativas hegemónicas.

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