La Copa Intercontinental es uno de los torneos más emblemáticos de la historia del balompié. Desde el momento de su creación, en 1960, los clubes europeos y sudamericanos comenzaron a soñar con disputar dicho certamen que enfrenta a los mejores equipos de cada continente.
Y es que la organización estipuló que el duelo comprende el choque entre el ganador de la mayor competición de clubes en Europa, que sería la actual Champions League, y el club que se consagró en la Copa Libertadores.
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En uno de los hitos más históricos en la historia del deporte nacional, Once Caldas logró conseguir el tiquete para disputar este certamen luego de coronarse con la “Gloria Eterna” cuando derrotó al Boca Juniors de Carlos Bianchi el 1 de julio de 2004.
Luego de su hazaña contra el poderoso cuadro argentino, el cuadro manizalita se desplazó hacia territorio japonés, más precisamente a Tokio, donde se midió con el campeón de la Champions League de ese año que, al igual que el caso del Once Caldas, representaba un episodio inédito.
Para aquella ocasión, el Porto, club portugués, por el que han pasado figuras como Radamel Falcao García, James Rodríguez, entre otros, se había coronado en el máximo certamen de clubes en Europa, luego de concretar una campaña casi que perfecta bajo el mando de Jose Mourinho.
Así las cosas, para el 12 de diciembre de 2004 se dieron cita más de 40.000 personas para presenciar el duelo entre Once Caldas y Porto en el estadio Internacional de Yokohama.
El cuadro luso formó con Vítor Baía; Jorge Costa, Pedro Emmanuel, Ricardo Costa, Georgios Seitaridis; Costinha, Maniche, Diego, Derlei; Benni McCarthy y Luis Fabiano.
Por su parte, el cuadro colombiano alineó con Juan Carlos Henao; Samuel Vanegas, Miguel Rojas, Roller Cambindo, Edwin García; Rubén Darío Velásquez, Jhon Viáfara, Diego Arango; Elkin Soto, Jonathan Fabbro y Antonio de Nigris.
Desde un comienzo, el equipo de Luis Fernando Montoya se mostró en una posición defensiva, en la que los lusos tuvieran pocas chances de abrir el marcador. De hecho, en la primera mitad, Benni McCarthy marcó un gol que fue anulado por fuera de juego.
El primer tiempo no dejó muchas acciones de peligro para ambos equipos; aunque los portugueses estuvieron con el control del balón durante gran parte de los 45 minutos iniciales, Juan Carlos Henao se mantuvo como la figura del cuadro colombiano y evitó que su arco fuera derribado.
La situación no cambió para la segunda mitad. El profe Montoya mantuvo a su equipo en la misma disposición y logró mantener el cero en su pórtico durante los 90 minutos reglamentarios, así como en los 30 de extratiempo.
La definición tuvo que extenderse hasta los disparos desde el punto penal, misma instancia en la que el cuadro caldense había sabido coronarse campeón meses antes cuando derrotó a Boca Juniors en la final.
Así las cosas, Samuel Vanegas, Herly Alcázar, Jhon Viáfara, Antonio de Nigris, Rubén Velásquez, Jefrey Díaz, Edgar Cataño concretaron sus disparos para el equipo albo. Para los portugueses fueron Diego, Carlos Alberto, Ricardo Quaresma, Benny McCarthy, Costinha, Jorge Costa, Ricardo Costa y Pedro Emanuel los que acertaron en su disparo.
Cuando faltaban escasos dos cobros para culminar los cinco remates reglamentarios, Maniche erró su cobro para el Porto y Jonathan Fabbro tuvo en sus pies la posibilidad de entregarle al Once Caldas el título; sin embargo, el disparo del paraguayo se fue desviado y, tras un mal cobro de Edwin García, Pedro Emanuel sentenció la tanda 8-7 a favor de los europeos luego de 15 disparos desde el punto penal.