Caso Ana María Serrano: ministro mexicano afirmó que el asesinato “fue producto de una cultura misógina "

El asesinato de Ana María Serrano, una joven colombiana que residía en México junto a su familia, ha generado indignación en las dos naciones, por lo que se han creado campañas y varias figuras públicas se han pronunciado para pedir justicia en el caso.

La autopsia que la joven de 18 años había sido asesinada, y al caso fue vinculado su expareja, Allan Gil Romero, que además de haber, presuntamente, cometido el crimen, habría intentado hacer creer a los familiares de Ana María que ella se había suicidado.

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A través de la plataforma Change.org, más de 12.000 colombianos y mexicanos se unieron en redes sociales con el #JusticiaParaAnaMaria, iniciativa que logró más de un millón de interacciones.

Sumado a ello, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de México, Arturo Zaldívar, se sumó a los pedidos de justicia en el caso de Ana María Serrano, tomando el feminicidio de la joven como tema principal de una columna de opinión que fue publicada por Milenio.

En esta, Zaldívar rememoró los detalles que fueron entregados por las autoridades respecto a la muerte de Ana María; los cuales incluyen los mensajes que Gil Romero envió a los padres de la joven desde el celular de la víctima, factor por el que Ximena Céspedes, madre de Serrano, evidenció que no se trataba de su hija.

Durante la conversación, Gil Romero escribió, “me esperas un tantito”, frase que Céspedes reveló que no hacía parte de las que acostumbraba a usar su hija.

Después de recordar las pruebas que hicieron que Allan Gil Romero fuera vinculado al caso como el principal sospechoso de haber cometido el crimen, Arturo Zaldívar afirmó que el caso de Ana María Serrano ha hecho que los mexicanos deban exigir mirar a la cara de la realidad que viven.

“Ana María tenía 18 años. Dos meses atrás había empezado la carrera de medicina con el anhelo de convertirse en cardióloga. De un instante a otro, su historia cambió radicalmente, y su caso, indignante hasta los huesos, nos cimbró profundamente como sociedad. Hoy, esa historia nos exige mirar a la cara, una vez más, nuestra dura realidad”, escribió Zaldívar.

El ministro mexicano resaltó que en su país asesinan a miles de mujeres de manera violenta, lo que aseguró es un problema de género en el que se desprecia a la mujer por su existencia, lo que él considera, es producto de la cultura de esta nación.

“Es producto de una cultura misógina que desprecia el valor de las mujeres y su papel en sociedad. Que enaltece la idea de un hombre violento, sin límites, que no tiene que pedir perdón ni permiso para acercarse a una mujer, para tocarla, para acosarla ni violarla. Que romantiza las relaciones abusivas, el machismo tóxico, las amenazas y el hostigamiento. Una cultura que se cultiva y propaga de generación en generación, y que no hemos sido capaces de frenar”, puntualizó Arturo Zaldívar.

En 2022, El País señaló que el 70% de las mujeres en México sufrían algún tipo de violencia, terminando con la muerte de al menos 3.000 de ellas por año; aspecto por el que Zaldívar afirmó que es momento de que se termine con la violencia de género.

Para ello, el ministro mexicano afirmó que se debe asegurar que los asesinos sean llevados a la justicia, garantizar que los casos sean juzgados como violencia de género, lo que permitirá que las familias de las víctimas tengan verdad y reparación.

“Si queremos erradicar las muertes violentas, la trata, las desapariciones forzadas, las agresiones de todo tipo, debemos condenar las expresiones que normalizan la violencia machista e imponer consecuencias cuando se difundan desde cualquier posición, pues esta cultura sexista es el caldo de cultivo perfecto para la violencia contra las mujeres”.

Por último, Zaldívar pidió a los hombres unirse denunciando, condenando y rechazando casos como el de Ana María Serrano, afirmando que de esa forma se rompería lo que llamó “el pacto patriarcal”, y con ello se podría lograr que no se registren más feminicidios.

“Por las niñas y mujeres de este país, por Ana María, por todas ellas. Ya basta. Ni una más. Ni una menos”, concluye la columna de opinión.