Mujer que ingresó a cinco niñas a la cárcel para que fueran violadas por exjefe paramilitar de las AUC podría quedar en libertad

Noralba Vasco fue capturada por la Fiscalía en mayo de 2021 y no se ha podido desarrollar su audiencia por incapacidades médicas presentadas por su defensa

Compartir
Compartir articulo
La acusada está privada de la libertad desde hace un año. Imagen tomada de la Fiscalía General de la Nación.
La acusada está privada de la libertad desde hace un año. Imagen tomada de la Fiscalía General de la Nación.

Noralba Vasco fue acusada de engañar a menores de edad para llevarlas a la cárcel donde se encontraba al excabecilla paramilitar, Hernán Giraldo Serna, conocido como ‘El Patrón’, ‘El Viejo’, ‘Taladro’ o ‘El Señor de la Sierra’. Allí las menores de edad eran violadas en repetidas ocasiones.

Vasco “fue la empleada, cocinera, confidente, amiga y la encargada de custodiar el dinero del entonces cabecilla del mal llamado Bloque Resistencia Tayrona de las extintas AUC. En cumplimiento de esas tareas, al parecer, captó, trasladó y acogió, por lo menos, cuatro niñas que fueron sometidas a distintos vejámenes entre 2005 y 2006″, aseguró la Fiscalía en su momento.

Vasco estaría próxima a ser dejada en libertad por vencimiento de términos, de acuerdo con Norma Vera Salazar, investigadora del conflicto armado en la zona, quien emitió la alerta de que la presunta proxeneta. Según la activista, Noralba habría reclutado a cinco menores para ingresarlas a las cárceles de Itagüí y Barranquilla, con documentación falsa. Cuenta Vera que la mujer hacía pasar a las niñas como hijas de Hernán Giraldo para que el excabecilla abusara de ellas dentro de los centros penitenciarios.

En entrevista con la emisora Caracol Radio, la investigadora señaló que “en el proceso específico en que se tiene contra Hernán Giraldo Serna, cometidos al interior de la cárcel fueron declarados de lesa humanidad. Aunque los tiempos procesales ya se vencieron, es muy difícil que él salga”. Sin embargo, en el caso de Vasco, las cosas serían diferentes. “Lo que sí está en riesgo es el proceso que se sigue contra Noralba Vasco, quien reclutaba las menores que luego eran ingresadas a las cárceles, presuntamente como hijas de Hernán Giraldo y luego eran abusadas dentro de la cárcel”, dijo la investigadora.

De igual forma, la activista señaló que, desde hace un año, cuando se vinculó al proceso, se han programado dos audiencias que no se han podido llevar a cabo, ya que el defensor de la mujer argumenta incapacidades médicas. “Las víctimas (...) me llaman angustiadas porque, temen que el proceso se vaya a vencimiento de términos”, dijo Norma, quien además confirmó que esclarecer la situación de Noralba Vasco y dictarle una condena es clave para procesar al excabecilla paramilitar por los delitos de violencia sexual.

Hernán Giraldo fue trasladado a la cárcel La Paz. Foto: Inpec.
Hernán Giraldo fue trasladado a la cárcel La Paz. Foto: Inpec.

Hernán Giraldo, lider del bloque Resistencia Tayrona, entre 1990 y 2006, regresó al país en mayo de 2021, luego de cumplir una condena de 12 años en un centro penitenciario de Estados Unidos por el delito de narcotráfico, y actualmente se encuentra recluido en la cárcel de Itagüí, Antioquia. El exparamilitar se mantiene a la espera del requerimiento de las autoridades judiciales para que responda por el centenar de delitos que se le atribuyen mientras estuvo a cargo del grupo ilegal, entre los que destacan, según Vera, la violación de decenas de mujeres como muestra del control militar y social que ejercía sobre la población de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Cuenta la Norma que, durante años, se ha dado a la tarea de investigar sobre cientos de violaciones que Giraldo cometió como ofensiva para controlar las rutas del narcotráfico, además de tomar los abusos como mensajes para extorsionar a comerciantes y personales naturales de la capital del departamento de Magdalena.

Según el documento investigativo de Vera, “Giraldo promovió en las filas de su organización militar las violaciones sexuales como medio de presión social, esto en sus mandos bajos y medios, siendo en la cúpula un manejo más táctico que lujurioso”. La investigadora, quien trabajó de la mano con Ana Salazar, otra activista del conflicto armado, concluyó que todas las mujeres que fueron accedidas carnalmente se encontraban en situación de vulnerabilidad, lo que les impedía negarse a los abusos. “Es preciso insistir en que tanto las niñas como las mujeres adultas estaban enmarcadas en un contexto de terror, zozobra y desasosiego generalizado que les impedía decidir autónomamente sobre su vida sexual” se lee en el documento.