Pagani Huayra BC Roadster, el nuevo súper auto con sello argentino que hace historia

Horacio Pagani es un artesano. Su fábrica de Módena, la cuna de los súper deportivos italianos, cuenta con un taller para la construcción de sus autos y con un atelier para el desarrollo del diseño. Admira la obra renacentista, sobre todo la realizada por Leonardo Da Vinci. Llegó a Europa con cartas de recomendación de Juan Manuel Fangio, el mejor piloto en los tiempos de los autos puramente mecánicos.

Pero sus modelos se venden mayormente en Silicon Valley, la meca de la tecnología, donde la era digital forjó líderes con impronta millenial. Y en sintonía con ello, el Pagani Huayra BC Roadster, la flamante creación del argentino, hizo historia al haber sido el primer auto en mostrarse al mundo a través de un videojuego.

Así, quienes hayan tenido acceso en los últimos días al CSR Racing 2, el juego sobre picadas, o drag racing, más popular de los disponibles en los teléfonos celulares, se encontraron con la aparición virtual de un súper auto que el fabricante santafesino había ido revelando de manera más paulatina en el mundo real. "Novedad exclusiva: Pagani Huayra BC Roadster. Juega para poder echar un vistazo en exclusiva a la inauguración de uno de los supercoches más importantes jamás fabricados", afirma la aplicación del videojuego en la información disponible para su descarga tanto en Android como en iOS.

Pagani explotó el vínculo que tiene con Zynga, compañía líder en desarrollo de juegos de video, y exhibió en acción a su nueva joya mucho antes que la aparición que tendrá en el mundo real, ya que el Huayra BC Roadster se mostrará en público el 18 de agosto, en la exposición de autos conocida como Concours d'Elegance, que cada año se realiza en Pebble Beach, California.

Para manejar el Huayra BC Roadster en el mundo virtual se requiere de un buen teléfono celular, con bastante capacidad, ya que ocupa casi 2GB en la memoria. Para conducirlo en la realidad se necesita bastante más que un Smartphone acorde: el precio de cada una de las 40 unidades que se fabricarán del auto, que además ya están todas reservadas, supera los tres millones de euros.

La versión descapotable del Huayra BC mejora sensiblemente las prestaciones de su hermano con techo rígido, ya que ambos comparten el motor V12 biturbo de seis litros de cilindrada fabricado por la alemana Mercedes AMG, pero en este caso eroga 802 caballos, contra los 790 de la cupé. De aquel original, presentado en el Salón de Ginebra de 2016, se fabricaron sólo 20 unidades y el precio de venta rondó los 2,3 millones de euros.

El Huayra es el segundo gran sello que Pagani presenta en el mercado, después de su primera gran creación, el Zonda, que acaba de cumplir 20 años y ya cuenta con una decena de versiones. La línea BC de los Huayra (Dios de los vientos en la mitología aymará) le rinde homenaje a Benny Caiola, un empresario inmobiliario y coleccionista italiano fallecido en 2010 que, además de haber sido amigo de Pagani, fue el primero en comprar un auto diseñado por el argentino.

Esto en un auto que pesa apenas 1.250 kilogramos, gracias entre otras cosas a una nueva evolución del monocasco de carbono y titanio. El toque artesanal de Pagani se puede encontrar en la transmisión: el V12 biturbo se acopla a una caja manual robotizada Xtrac de siete marchas. Del modelo se informaron detalles técnicos pero no prestaciones. Sólo se adelantó que es capaz de generar 1.9G de aceleración lateral (con un pico de 2,2G) y 2.2G de fuerza de frenada. En cualquier caso, con semejantes cifras de potencia y torque (1.050 nm a 2.000 rpm) no será precisamente lento, ni en aceleración ni en velocidad final.

Un dato que puede servir como anticipo: el Huayra BC, con menos potencia, alcanza una velocidad de 388 kilómetros por hora. El Raodster, por ende, promete rozar o incluso superar los 400 km/h. Será difícil acelerarlo a fondo con el techo rebatido…

Cada una de las 40 unidades del Huayra BC Roadster, construidas a mano, saldrá de la fábrica de San Cesario Sul Panaro, un pequeño pueblo cercano a Modena, el sitio elegido por las grandes marcas de la alta performance italiana. La pequeña factoría de Pagani está a 15 kilómetros de Ferrari, a 18 kilómetros de Lamborghini y a 10 kilómetros de Bugatti.

"Ser independiente me permite tener una gran libertad técnica y creativa. Las grandes marcas de lujo pertenecen a grandes grupos automovilísticos y por eso han perdido su independencia", analizó alguna vez Pagani la ventaja de haber levantado a pulmón su pequeño imperio, desde donde salen híper deportivos elegidos por jeques, magnates y millenials que amasaron fortunas, todos creados por el talento, la mano y la paciencia de un santafesino nacido en Casilda, aunque su nombre ya es un sello mundial de lujo y deportividad.

No tiene el título universitario de Ingeniería pero Pagani puede jactarse de haber recibido el Honoris Causa en la Universidad de Modena y Reggio Emilia, por su aporte a la industria automotriz. Un doctorado que muchos años antes había recibido en dos universidades argentinas su mentor, Oreste Berta, otro que tampoco podía ufanarse de ser ingeniero pero, aun así, fue un emblema de desarrollo y vanguardia en autos de competición.

Es que sus coches son verdaderas piezas de orfebrería mecánica. "Lo curioso es que la percepción que generan nuestros autos es ser considerados como obras de arte. La gente gasta dos o tres millones de euros para tenerlos en el living y no los usa, muchos tienen cuatro, cinco y hasta siete coches míos, algunos sólo para observarlos", asumió el argentino que, como muchos otros, se permite seguir sorprendiendo al mundo y hacer historia.

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