La fastuosa boda en medio de una Venezuela hambrienta y en crisis

Por Luis Andrés Henao (Associated Press)

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En la boda del 16 de febrero, la novia María Fernanda Vera y el novio Juan José Pocaterra posan en un lago después de la ceremonia mientras se pone el sol en Acarigua, en la parte norte del estado de Portuguesa, un centro agrícola y una de las ciudades más importantes de los “llanos” (Fotos: AP / Rodrigo Abd)
En la boda del 16 de febrero, la novia María Fernanda Vera y el novio Juan José Pocaterra posan en un lago después de la ceremonia mientras se pone el sol en Acarigua, en la parte norte del estado de Portuguesa, un centro agrícola y una de las ciudades más importantes de los “llanos” (Fotos: AP / Rodrigo Abd)

CARACAS — Es el tipo de festejo que resulta cada vez más inusual en Venezuela: una boda fastuosa de dos jóvenes emprendedores en una hacienda de los llanos tropicales, una región conocida por sus bravos vaqueros y donde sitios como este sirven a una elite cada vez más reducida.

Durante tres días, los huéspedes, incluidos una ex Miss Universo, grandes terratenientes y otros miembros del 1% de Venezuela, vaciaron botellas de whiskey caro, arriaron búfalos montados a caballo y zapatearon al ritmo de la música de un popular cantante de música llanera.

Invitados a la boda esperan la llegada de los novios Juan José Pocaterra y María Fernanda Vera. Entre los invitados había terratenientes y políticos
Invitados a la boda esperan la llegada de los novios Juan José Pocaterra y María Fernanda Vera. Entre los invitados había terratenientes y políticos

"Esta no es la realidad de Venezuela", comentó un mesero.

Pero incluso en este lugar reservado para los ricos en una nación sumida en una crisis económica la realidad se hizo presente, al menos por un momento. Un hospital de niños de la zona estaba desvencijado y la pareja y sus huéspedes decidieron pintar sus descascaradas paredes.

"Obviamente, en medio de estas circunstancias, que haya esta celebración es difícil, pero por eso hicimos lo del hospital", expresó el novio, Juan José Pocaterra, de 32 años, cofundador y director general de Vikua, un startup tecnológico cuyo nombre en latín significa "calidad de vida" y que la revista Forbes describe como uno de los más prometedores de América Latina.

Los huéspedes disfrutaron la piscina antes de la boda en La Llanada, un campamento de verano en la hacienda Camburito en Acarigua, la región de los vaqueros y donde el fallecido presidente Hugo Chávez nació bajo una choza de barro
Los huéspedes disfrutaron la piscina antes de la boda en La Llanada, un campamento de verano en la hacienda Camburito en Acarigua, la región de los vaqueros y donde el fallecido presidente Hugo Chávez nació bajo una choza de barro

"Para Juan y para mí, que somos emprendedores, era muy importante hacerla aquí, porque nosotros estamos apostando por Venezuela", dijo la novia María Fernanda Vera, fundadora y directora general de Melao, una empresa de modas, quien se crió en los llanos. "Creemos en la reconstrucción de Venezuela".

Esta nación rica en petróleo soporta la peor crisis humanitaria en la historia moderna de América Latina. Unos 3 millones de personas, casi el 10% de la población, se han ido del país escapándole al hambre, la violencia y la hiperinflación. Escasean medicinas. Y muchos de los que se quedaron no pueden satisfacer necesidades básicas con el sueldo mínimo de unos 6 dólares mensuales.

En el centro, Juan José Pocaterra, junto a sus amigos. “Organizar una celebración en estas circunstancias es obviamente difícil, pero es por eso que hicimos el trabajo en el hospital”, dijo el cofundador y CEO de Vikua, una nueva empresa de tecnología cuyo nombre significa “Calidad de vida” y que la revista Forbes ha calificado como una de las más prometedoras de América Latina.
En el centro, Juan José Pocaterra, junto a sus amigos. “Organizar una celebración en estas circunstancias es obviamente difícil, pero es por eso que hicimos el trabajo en el hospital”, dijo el cofundador y CEO de Vikua, una nueva empresa de tecnología cuyo nombre significa “Calidad de vida” y que la revista Forbes ha calificado como una de las más prometedoras de América Latina.

Ante esta realidad, al comenzar la celebración un viernes, unos 50 huéspedes ayudaron a estampar figuras con forma de diamante en paredes azules en el hospital de niños de la vecina ciudad de Acarigua.

La actividad, organizada con la ayuda de la agrupación sin fines de lucro Trazando Espacios Públicos, "es una forma de contribuir en medio de tanto sufrimiento", expresó Pocaterra, mientras su novia, que acostumbra a donar leche en polvo y otros productos al hospital, asentía.

La boda de María Fernanda Vera y Juan José Pocaterra en la Hacienca Camburito de Acarigua duró tres días
La boda de María Fernanda Vera y Juan José Pocaterra en la Hacienca Camburito de Acarigua duró tres días

Al caer la noche, todo recordatorio de la crisis humanitaria que enfrenta la nación se diluyó.

Los huéspedes se reunieron en una propiedad de la hacienda bajo una luna llena. Algunos se pusieron cascos y montaron a caballo para un juego en el que arriaban búfalos de agua hacia un corral mientras los demás observaban a una distancia prudente. Meseros con corbata repartieron cerveza y chorizo asado mientras un grupo musical tocaba joropos, ritmo típico con harpas, maracas y una guitarra de cuatro cuerdas. Joel Hernández, un cantante de 72 años con sombrero de vaquero, les hizo una serenata a los novios entonando temas llaneros.

Una invitada escala un muro en la hacienda Camburito durante la fastuosa boda campestre
Una invitada escala un muro en la hacienda Camburito durante la fastuosa boda campestre
Muchos huéspedes lucían camisetas diseñadas por la firma de la novia que decían “La Tierrita”, en alusión a sus orígenes en los llanos, la vasta sabana que abarca buena parte del centro de Venezuela, desde el río Orinoco hasta Los Andes. Es una región de aves exóticas, caimanes y carpinchos, donde nació el difunto líder Hugo Chávez, quien a menudo recordaba que se había criado en una choza de barro de esta zona.
Las mujeres utilizaron vestidos largos y sombrillas de colores y abanicos plegables para mantenerse frescos bajo el sol; los hombres siguieron el atuendo recomendado de camisas blancas, tirantes y pantalones beige, y se pusieron sombreros de Panamá proporcionados por los organizadores
Las mujeres utilizaron vestidos largos y sombrillas de colores y abanicos plegables para mantenerse frescos bajo el sol; los hombres siguieron el atuendo recomendado de camisas blancas, tirantes y pantalones beige, y se pusieron sombreros de Panamá proporcionados por los organizadores

Pocos querían oír hablar de Chávez o de su sucesor Nicolás Maduro entre los presentes, incluidos terratenientes a los que el gobierno socialista les expropió tierras, políticos de oposición y un líder estudiantil que casi pierde un ojo en una manifestación antigubernamental. Muchos amigos cercanos de la pareja no pudieron hacerse presentes porque, igual que tantos venezolanos pudientes, se radicaron en el exterior, en sitios como Miami, Madrid y otras ciudades de Europa y Sudamérica donde hay grandes comunidades de venezolanos.

Un asador prepara carne para los asistentes a la fastuosa boda de María Fernanda Vera y Juan José Pocaterra. Los trabajadores sacrificaron una vaca y un cerdo para asarlos en una estaca, y prepararon un escenario para la fiesta digno de un concierto de rock.
Un asador prepara carne para los asistentes a la fastuosa boda de María Fernanda Vera y Juan José Pocaterra. Los trabajadores sacrificaron una vaca y un cerdo para asarlos en una estaca, y prepararon un escenario para la fiesta digno de un concierto de rock.

De quien sí se habló es de Juan Guaidó, el dirigente opositor de 35 años proclamado presidente interino en enero y que fue reconocido por Estados Unidos y una cincuentena de países, quien ofrece una esperanza de cambio por primera vez en décadas. Sentados a lo largo de mesas de madera, algunos se preguntaban medio en broma cuándo llegarían los marines estadounidenses.

María Fernanda Vera es acompañada por su padre Ricardo Vera en una ceremonia rara en el contexto venezolano
María Fernanda Vera es acompañada por su padre Ricardo Vera en una ceremonia rara en el contexto venezolano

La mañana siguiente los huéspedes se despertaron en cabañas rústicas al son del trino de las aves de la zona, con una leve resaca. Tras un desayuno típico con arepas, las actividades del día incluyeron escalar un muro, montar a caballo, nadar y jugar a las bochas. En el campo, los peones mataron una vaca y un cerdo para asarlos y montaron un escenario digno de un concierto de rock.

Un invitado ayuda al novio Juan José Pocaterra a vestirse para su boda. “Venezuela no está terminada. Está llena de gente talentosa dando lo mejor de sí. Eso es lo que queríamos celebrar”, dijo Pocaterra.
Un invitado ayuda al novio Juan José Pocaterra a vestirse para su boda. “Venezuela no está terminada. Está llena de gente talentosa dando lo mejor de sí. Eso es lo que queríamos celebrar”, dijo Pocaterra.

Luego vino la boda junto a un lago. Las mujeres, con elegantes vestidos livianos de verano, se abanicaban con abanicos delicadamente pintados y sostenían sombrillas de colores pasteles para protegerse del sol. Los hombres lucían camisas blancas, suspensores, corbatines y pantalones color beige, además de sombreros Panamá que recibieron a su llegada. Entre las damas de honor de la novia estaba la ex Miss Universo Stefanía Fernández.

Un hombre y su hija miran a los invitados arriar ganado. Los invitados pintaron un hospital local como un gesto hacia a la comunidad local
Un hombre y su hija miran a los invitados arriar ganado. Los invitados pintaron un hospital local como un gesto hacia a la comunidad local

Maickel Melamed, el orador motivacional conocido por sus charlas de TED y por correr maratones en todo el mundo a pesar de que sufre de distrofia muscular, estuvo a cargo de la ceremonia y unió a la pareja en un muelle de madera al son de "Here Comes the Sun", de los Beatles, y de "A Whole New World", de Disney.

Después de un desayuno de arepas rellenas de patata, algunos invitados escalaron y  montaron a caballo
Después de un desayuno de arepas rellenas de patata, algunos invitados escalaron y  montaron a caballo

Al caer el sol sobre el lago, Melamed pidió a los presentes que cerraran los ojos y pidieran "un deseo por la tierra que todos anhelamos".

Dos invitadas a la boda campestre en Acarigua se preparan para arriar unos búifalos de agua hacia un corral
Dos invitadas a la boda campestre en Acarigua se preparan para arriar unos búifalos de agua hacia un corral
De vuelta en la hacienda arrancó la fiesta, con abundante Johnnie Walker Black. La gente se alineó frente a un bufete con carne vacuna y de cerdo, yuca y cachapas, una tortilla de maíz tierno dulce típica de Venezuela, Más de 50 kilos (110 libras) de queso habían sido comprado localmente para el evento. Algunos de los invitados bailaron hasta pasadas las cuatro de la mañana.
Un invitado cuelga de una tirolesa, antes del comienzo de la boda
Un invitado cuelga de una tirolesa, antes del comienzo de la boda

Para la ex Miss Universo, una mujer políticamente activa, fue la primera vez en años en que regresaba a Venezuela.

Huéspedes de la boda se sirven comida en la Hacienda Camburito de Acarigua
Huéspedes de la boda se sirven comida en la Hacienda Camburito de Acarigua

En el 2014, Fernández y otros artistas, celebridades y deportistas se sumaron a la campaña "Mordazas en Venezuela" para protestar las restricciones a la libertad de expresión. Posó luciendo una corona, con su cara pintada de negro y aparentemente ensangrentada, y con una soga en la boca. Poco después dijo que perdió todos sus contratos y otras actividades y se fue del país. Pasó un tiempo en Miami y ahora vive en Colombia.

Pocaterra (izquierda) y algunos de sus amigos caminan hacia la ceremonia
Pocaterra (izquierda) y algunos de sus amigos caminan hacia la ceremonia

"La decisión de venir aquí no fue fácil", comentó. "Tenía un poco de miedo de enfrentarme a la realidad de Venezuela, y es cada vez más cruda. Cada vez hay más hambre y más pobreza. Pero hoy también hay esperanza".

Stefanía Fernández observa el trabajo de invitados a su boda que aceptaron decorar una escuela antes de la ceremonia
Stefanía Fernández observa el trabajo de invitados a su boda que aceptaron decorar una escuela antes de la ceremonia