El presidente de los Estados Unidos Donald Trump confirmó este martes que está considerando "varias reducciones de impuestos", incluido un recorte de impuestos sobre la nómina, para estimular un debilitamiento de la economía del país.
Trump, hablando con reporteros en La Casa Blanca, continuó su descripción de la economía como "increíble" y minimizó cualquier posibilidad de que los Estados Unidos pudieran entrar en una recesión. Pero muchos de los indicadores que la administración ha usado para mostrar un "auge" económico impulsado por Trump han fracasado en el trasfondo de las crecientes guerras comerciales del presidente.
Además de potencialmente reducir los impuestos sobre la nómina, que beneficiarían a los trabajadores poniendo más dinero en sus salarios, Trump le dijo a los reporteros que estaba pensando en reducir los impuestos a las ganancias de capital. Este movimiento beneficiaria ampliamente a los inversores más adinerados al reducir la cantidad de impuestos que se adeudan sobre las ventas rentables de acciones, bonos y otras inversiones.
Ningún movimiento, señaló, se tomaría para prevenir una recesión económica.
"He estado pensando en los impuestos sobre la nómina por un largo tiempo", dijo. "Ya sea que lo hagamos o no ahora, no se está haciendo debido a una recesión".
La economía todavía está creciendo y el desempleo se mantiene en un mínimo de 50 años. Pero varios de los datos favoritos de la administración ahora muestran señales innegables de una ralentización. La inversión empresarial se estancó y retrocedió en la primavera.
Compañías que Trump ha señalado como muestras de fortaleza económica ahora son una advertencia de debilitamiento. United States Steel, uno de los primeros defensores de las tarifas a los metales de Trump y de mención frecuente en la cuenta de Twitter del presidente, está descansando a sus trabajadores y disminuyendo su producción en una planta de Michigan. Home Depot redujo este martes sus perspectivas de ventas para el año mientras se prepara para que el gasto de los consumidores se vea afectado por los aranceles a China.
El optimismo de los consumidores y las pequeñas empresas ha caído, y dos de cada cinco economistas encuestados por la Asociación Nacional de Economistas Empresariales ahora espera que la economía caiga en recesión este año o el próximo. El crecimiento de trabajo obrero ha caído a su nivel más bajo desde que Trump asumió en el cargo, y las encuestas clave de la actividad manufacturera ya está cerca de los niveles de recesión. El crecimiento económico, del que Trump prometió una vez que alcanzaría el 5% o 6% anual, ahora está a un ritmo de aproximadamente el 2 por ciento.
Los indicadores sugieren que los efectos de las luchas comerciales de Trump con China y Europa y una desaceleración en el crecimiento global están arrastrando a la economía estadounidense y erosionando el impulso a corto plazo de la reducción de impuestos que aplicó el presidente en 2017. Economistas, incluidos aquellos de la Reserva Federal, dicen que la incertidumbre de las políticas comerciales de Trump y el impacto de los aranceles más altos son la mayor amenaza para la economía estadounidense. Trump está preparado para imponer una nueva ronda de aranceles a las importaciones procedentes de China en septiembre y diciembre, lo que afectará a un gran lote de bienes de consumo, y ha amenazado con imponer aranceles a los automóviles importados el próximo año.
Trump insiste en que a la economía le está yendo "tremendamente bien" y ha minimizado cualquier daño económico en el país por sus luchas comerciales. Mientras la Casa Blanca está explorando en privado una reducción de impuestos sobre la nómina u otras opciones en caso de que la economía empeore, Trump continúan rechazando cualquier posibilidad de que la economía pueda entrar en recesión.
"No creo que estemos teniendo una recesión", dijo el domingo. "Nos está yendo tremendamente bien. Nuestros consumidores son ricos. Ya di una tremenda reducción de impuestos y están cargados de dinero. Están consumiendo".
Pero mucho del crecimiento que la Casa Blanca ha citado, incluida la serie de gráficos que el otoño pasado buscaban mostrar el historial económico de Trump, ha perdido fuerza.
El 10 de septiembre, los funcionarios de la administración guiaron a los reporteros a través de una serie de gráficos que, según dijeron, mostraban que la economía bajo el mando de Trump había mejorado la tendencia del segundo mandato del presidente Barack Obama.
"Les puedo prometer que los historiadores de economía aceptarán al 100% el hecho de que hubo una inflexión en la elección de Donald Trump y que una gran cantidad de datos comenzaron a ir hacia el norte", Kevin Hassett, entonces el presidente del Consejo de asesores económicos de la Casa Blanca, dijo a los periodistas.
Casi un año después de esa sesión informativa, casi toda la información que la administración mostró se han dirigido al sur.
Quizá el cambio más significativo ha sido en la inversión de capital, que los republicanos dentro y fuera de la administración prometieron que se dispararía después de que Trump firmará el paquete de impuestos de USD 1.5 billones que incluía fuertes recortes en la tasa de impuestos corporativos y otros incentivos para que las empresas invirtieran de inmediato. Los gráficos mostraban que la inversión no residencial –dinero inyectado en cosas como plantas, propiedad y equipos– aumentaba a un crecimiento del 8% con Trump.
"Parte de la actual desaceleración global", dijo, "es una respuesta natural al periodo anterior de fuerte crecimiento".
Trump y otros de sus asesores culpan a la Reserva Federal de la desaceleración, de la que dicen que redujo el crecimiento al aumentar las tasas de interés demasiado rápido en 2018. La Fed ha revertido uno de sus aumentos de tasas de un cuarto de punto, pero Trump ha llamado a reducir las tasas en otro punto porcentual.
Las empresas han expresado continuamente su preocupación por la guerra comercial. Craig Menear, presidente y directo ejecutivo de Home Depot, dijo en uno de sus comunicados de ganancias que la compañía reduciría su guía de ventas en parte para tener en cuenta los "posibles impactos para el consumidor estadounidense derivados de las tarifas recientemente anunciadas".
Los ejecutivos de las tiendas departamentales J.C. Penny dijeron la semana pasada que la compañía esperaba un impacto financiero proveniente de la próxima ola de aranceles a China, que incluirá ropa y otros productos minoristas. Un ejecutivo de Kohl dijo que habían experimentado daños no especificados por las primeras olas de aranceles a China y que esperaban dolencias adicionales en los próximos lotes.
Los funcionarios de la Fed también citaron la guerra comercial cuando cortaron la tasa de interés, un patrón que podría continuar con uno o dos recortes más en este otoño. El presidente de la Fed, Jerome H. Powell, citó la disputa comercial del presidente con China en su conferencia de prensa en julio.
"Ciertamente hemos visto", dijo, "que cuando hay una fuerte confrontación entre dos grandes economías, se pueden apreciar los efectos en la confianza empresarial con bastante rapidez, y también en los mercados financieros.
Jeanna Smialek contribuyó con el reportaje.
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