Análisis de Days Gone, videojuego exclusivo para PlayStation 4: una motocicleta como única aliada en un mundo plagado de zombies

La empresa SIE Bend Studio desarrolló este título. El protagonista de la historia es Deacon St. John, un motociclista que logró sobrevivir una catástrofe y ahora tiene que moverse en un mundo apocalíptico, rodeado de amenazas.

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Days Gone es el primer videojuego exclusivo que tendrá PlayStation 4 este año. Se trata de un título completamente nuevo, es decir que no es una secuela ni remakes.

Los creadores son SIE Bend Studio, una compañía que tiene un camino recorrido junto con las otras consolas de Sony.  La compañía es responsable de la saga de shooter en tercera persona Syphon Filter.

En su primer título para PlayStation 4 presenta un juego de mundo abierto (un sandbox, el estilo de los Grand Theft Auto) donde una plaga devastó a la humanidad convirtiendo a la mayoría de las personas en criaturas similares zombies, pero que reciben el nombre de "freakers".

El protagonista, Deacon St. John, es un motociclista que logró sobrevivir la catástrofe a pesar de haber sufrido una pérdida terrible.

Days Gone es, de alguna manera, una mezcla de las series Sons of Anarchy y The Walking Dead.

El juego está situado en un mundo devastado.
El juego está situado en un mundo devastado.

Deacon pasó los últimos dos años pasando junto a su amigo Boozer haciendo de todo: mandados para los coordinadores de algunas áreas organizadas, cazando la fauna que aún estaba viva y, principalmente, matando "freakers".

Days Gone toma varios elementos que han aparecido en el género durante los últimos años -particularmente de la franquicia Red Dead Redemption– pero los aplica dentro de su universo. El realismo es un ejemplo de esto. Por ejemplo: hay que tener en cuenta el estado de la moto, principal aliada del protagonista.

La moto, vital para no quedar varado.
La moto, vital para no quedar varado.

Si durante los viajes la moto se rompe por un choque, hay que arreglarla. Si se queda sin combustible, hay que buscar una estación de servicio o encontrar un bidón con nafta para poder resolver el problema. Quedarse sin la moto en medio de los bosques puede implicar caer en las redes de criaturas hambrientas y salvajes.

Un elemento muy común en los sand box es el viaje rápido (quick travel) que permite desplazarse entre puntos distantes del mapa sin tener que recorrer el camino en el juego en sí. Days Gone limita esta opción justamente por el realismo que intenta plasmar. Si no hay nafta y hay que recorrer grandes distancias, no se podrá hacer el viaje.

Las hordas de criaturas que incluyen cientos de freakers también son un peligro, aunque carecen de IA respetable.
Las hordas de criaturas que incluyen cientos de freakers también son un peligro, aunque carecen de IA respetable.

Más allá de su campaña de modo historia, Days Gone agrega actividades para realizar en un mapa con eventos que surgen de manera espontánea o misiones secundarias que tienen como recompensa mejorar la calidad de vida durante el juego.

Por caso, si se quieren conseguir mejoras en la moto, hay que ganarse la confianza de un campamento que tiene un mecánico, y para eso hay que realizar objetivos secundarios.

Durante toda la partida habrá varios climas que afectan la jugabilidad.
Durante toda la partida habrá varios climas que afectan la jugabilidad.

Irónicamente, a pesar de ser un producto que proviene de un estudio que tiene una vasta experiencia en juegos de disparos, esto es lo más flojo de Days Gone. Los repetitivos tiroteos con los enemigos humanos nunca se sienten una amenaza, sino que parecen más bien una galería de tiros. La inteligencia artificial carece de estrategias que generen una sensación de amenaza real.

A pesar de este punto flaco, este primer videojuego exclusivo de PlayStation 4 para el año tiene excelentes actuaciones de voz.

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