Un recorrido por los sabores de Ica: desde sofisticados platillos gourmet hasta la tradicional comida regional

Algo que los peruanos tenemos en el ADN es compartir los momentos alrededor de una mesa. Más que ‘foodies’, somos ‘sibaritas’ por naturaleza, y cuando algo importante ocurre en nuestra vida, generalmente termina con una buena comida. Los sabores peruanos son nuestro refugio, y se disfruta con similar intensidad en casa, o en un buen restaurante.

Ahora que muchos aprovechan las fiestas patrias para romper la rutina y salir a hacer un poco de turismo, las fronteras de esas sazones también se expanden. Un destino a solo tres horas de Lima es Ica, cuya oferta gastronómica es variada y generosa. Aunque también sofisticada. Aquí algunas opciones de una exquisita ruta de sabores y experiencias a pocos kilómetros.

Ya en la carretera, Lima nos despide con algunos clásicos como el chicharrón de ‘Sarita’ (km 42 en El Silencio), los panes recién salidos de ‘El Buen Horno’, o los almuerzos en ruta en ‘El Piloto’ de Cañete. Pero calma, hay que hacer espacio para los que nos espera en nuestro destino.

Ica es una tierra privilegiada. Si bien tiene una gran porción de desierto costero, también ha sabido desarrollar un suelo fértil donde se cultivan, entre otros, frutas y menestras, incluso para la agroexportación. A su vez, el litoral provee de sus mejores especies. Todo se conjuga para una cocina que hermana sabores e insumos.

En Paracas hay una oferta interesante para los que buscan una experiencia gastronómica completa. El Hotel Paracas, a Luxury Collection Resort ha sabido tomar esos sabores y llevarlos a un nuevo nivel. A su conocida hospitalidad con el sello de la cadena Marriot, se le suma una gama de platillos innovadores.

El restaurante ‘Ballestas’, por ejemplo, apuesta por una fusión de sabores peruanos e internacionales. Allí se pueden encontrar especialidades como una corona de pulpo con puré de pallares a manera de entrada, o de fondo un lomo fino a la parrilla con salsa pimienta y puré de zapallo loche. La refinada sazón aporta a la alquimia, pero el ambiente, el servicio, e incluso detalles como el menaje redondean el viaje.

Una experiencia distinta es la que ofrece el restaurante ‘Chalana’, enclavado en el muelle del hotel. Este local solo funciona para la hora de almuerzo y tiene el concepto de km 0, al ofrecer platos con productos de pescadores y agricultores locales, quienes aportan ingredientes sostenibles.

La frescura de su carta —que incluye alternativas como ceviche, causa o seco con la pesca del día— hace match con la envidiable vista a la bahía de Paracas. Comentario aparte merecen las conchas recién recolectadas y en su estado más fresco que sirven como insumo para ser presentadas a la chalaca o en el arroz chalanero.

El chef Miguel Angel Cabrera Eugenio y su equipo están siempre con la sartén en ristre para crear platillos especiales con lo que el mar ofrece en el fragor de la jornada. No se escatiman esfuerzos para que desde que ingresas hasta que sales del lugar, te sientas satisfecho, en todo el sentido de la palabra.

Como no podía ser de otra manera, el pisco es el soberano de las tertulias. En el bar, incluso se puede asistir a una clase maestra de cepas y procesos de destilados, la misma que para terminar pasa de la teoría a la práctica y terminas preparando un buen vaso de pisco sour.

EN LA RUTA

Para los que prefieren la comida tradicional, en Chincha a la altura del kilómetro 197 de la Panamericana Sur está ‘El Batán’. Con una sólida oferta regional, sus especialidades son la carapulcra con sopa seca, seco de cabrito o arroz verde con chicharrón de cerdo.

Más que un destino, el lugar ofrece el concepto de hacer una parada en el camino para seguir el rumbo con el corazón contento y el tanque lleno (está ubicado en una estación de gasolina).

La entrada a la ciudad de Ica te recibe con sol y más comida. ‘El cordón y la rosa’, ubicado en la Av. Los maestros, tiene una carta variada en la que puedes encontrar pescados y mariscos, así como las infaltables menestras. Por ejemplo, en su oferta destaca el ceviche mixto, la causa de pulpa de cangrejo y la corvina a lo macho. Pero también se puede encontrar un picante de pallares con seco o un tacu tacu a lo pobre.

Una de las ventajas es que el restaurante tiene alta demanda, pero también alta rotación. Y se debe al ejército de mozos y cocineros que allí trabajan. Es por ello que los platos no suelen tardar en llegar a la mesa más de 10 minutos.

EN EL CORAZÓN DE ICA

En un desvío de la Panamericana, hacia el Fundo Tres Esquinas, se encuentra el tradicional restaurante ‘La Olla de Juanita’. Un acogedor lugar en el que puedes encontrar platos tradicionales como una ensalada de pallares verdes, chicharrón, sopa seca con carapulcra y arroz con pato.

Siguiendo camino, en el kilómetro 297 de la Panamericana se encuentra ‘El Pallar’, un restaurante regional que trabaja con ingredientes locales como los pallares, espárragos, zarandajas, entre otros. En su carta destaca el chupe de pallares verdes con camarones, costillar de cordero y el arroz con pato con carapulcra.

Siguiendo el camino, vale la pena visitar el restaurante ‘8 Cepas’, que se encuentra en el distrito de Cachiche, a la espalda de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga. Este acogedor local combina su comida regional y su carta de pescados y mariscos con una variada oferta de cócteles, vinos y piscos.

POSTRE Y CHAU

La biodiversidad iqueña también se refleja en sus dulces. Quien ha ido alguna vez a la ciudad, sabe que no puede quedarse sin probar los tradicionales paciencia, besitos, revolución, y las infaltables tejas, chocotejas y limón relleno.

Para encontrar estos bocadillos que vienen bien a toda hora, hay tres lugares tradicionales: la Dulcería y Pastelería Velazco, la Señora Buendía y Helena. La mesa está servida. ¡Buen provecho!

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