¿Sabes lo que banalizas cuando banalizas el holocausto?

Tal vez este pequeño testimonio ayude a entender por qué no hay que mencionar determinadas palabras en hechos de la vida cotidiana. Por un solo motivo: no hay comparación

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Niños judíos, sobrevivientes de Auschwitz, en Polonia, febrero de 1945. Foto tomada por un fotógrafo ruso durante el rodaje de una película sobre la liberación del campo. Los niños fueron vestidos por los rusos con ropa de los prisioneros adultos. (Foto de Galerie Bilderwelt/Getty Images)
Niños judíos, sobrevivientes de Auschwitz, en Polonia, febrero de 1945. Foto tomada por un fotógrafo ruso durante el rodaje de una película sobre la liberación del campo. Los niños fueron vestidos por los rusos con ropa de los prisioneros adultos. (Foto de Galerie Bilderwelt/Getty Images)

El 1° de noviembre de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas instituyó el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, a través de la resolución 60/7.

Ese día, pero de 1945, las tropas soviéticas ingresaron al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, el mayor de los creados por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial donde había más de siete mil prisioneros.

Es por eso que quiero hacer un breve resumen para que se pueda entender por qué no hay nada que pueda igualar ni siquiera acercarse a la mayor tragedia que vivió la humanidad en su historia. Tal vez este pequeño testimonio te ayude a entender que no tenés que mencionar determinadas palabras cuando te referís a hechos de la vida cotidiana. Por un solo motivo: no hay comparación.

Cuando utilizas o agregas la palabra “Nazi” a términos de la vida cotidiana

El nacionalsocialismo, comúnmente acortado a nazismo, es la ideología del régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Adolf Hitler (NSDAP). Hitler instituyó una dictadura, el autoproclamado Tercer Reich.

Después de que Adolf Hitler asumiera el cargo como canciller de Alemania en enero de 1933, no tardó en comenzar a convertir el gobierno alemán en una dictadura unipartidista y en organizar el poder policial que era necesario para hacer cumplir las políticas nazis. Convenció a su Gabinete de declarar un estado de emergencia y puso fin a las libertades individuales, incluyendo la libertad de prensa, de expresión y de asociación. Las personas perdieron el derecho a la privacidad, es decir que los funcionarios podían leer el correo de la gente, escuchar conversaciones telefónicas y allanar domicilios particulares sin orden judicial.

Para conseguir sus objetivos, Hitler también se valía del terror. Atraídos por el pago, un sentimiento de camaradería y los llamativos uniformes, decenas de miles de jóvenes desocupados se pusieron las camisas marrones y las botas altas de cuero de las Tropas de Asalto nazis (Sturmabteilungen) o SA. Estos policías auxiliares tomaban las calles y golpeaban y mataban a los oponentes al régimen nazi. Por puro miedo a las SA, muchos alemanes que no apoyaban a los nazis se mantuvieron en silencio.

Cuando se utiliza la palabra “Holocausto” o “Genocidio”

El Holocausto es la persecución y aniquilación sistemática, auspiciada por el estado, de los judíos europeos por parte de la Alemania nazi y de sus colaboradores entre 1933 y 1945. Los judíos fueron las víctimas principales, pero no las únicas: también los Romas Sintis (gitanos), las personas con discapacidades físicas y mentales y los polacos fueron objeto de aniquilación por pertenecer a una etnia o nacionalidad definidas como inferiores. Otros tantos millones de personas, entre ellos, homosexuales, testigos de Jehová, prisioneros de guerra soviéticos y disidentes políticos también fueron víctimas de opresión y muerte en la Alemania nazi.

Cuando se utiliza la palabra “Gueto”

A partir de 1939, los nazis establecieron los guetos en Europa Oriental como parte de su plan sistemático de aniquilación. Eran sectores en las grandes ciudades poblados exclusivamente por judíos, que habían sido obligados a trasladarse de otros sectores de la ciudad o de la periferia. Agrupar a los judíos en los guetos, aislarlos y quebrar su espíritu y su fortaleza física, no fue más que una etapa en el camino a los campos de concentración y exterminio. Para lograr este quiebre, los nazis crearon condiciones de vida muy duras, con la población hacinada en las habitaciones de las viviendas, con una dieta alimentaria reducida en calorías, sin medicamentos, y donde las enfermedades comenzaron a diezmar a la población, con el consecuente aumento de la mortandad de niños y adultos.

Cuando se le pone una estrella amarilla a una foto o a una indumentaria

Los nazis usaban distintivos o parches triangulares para identificar a los prisioneros en los campos de concentración. Los distintos parches de colores representaban a grupos diferentes. Los significados de los colores eran: amarillo-judío; marrón-gitano; violeta-Testigo de Jehová; rosa-homosexual; verde-delincuente; rojo-prisionero político; negro-asocial; azul-emigrante. La categoría “asocial” era, quizás, la más variada, e incluía a las prostitutas, los vagabundos, los asesinos, los ladrones, las lesbianas y aquellos que violaban las leyes que prohibían las relaciones sexuales entre arios y judíos.

Cuando dices: “Esto es un campo de concentración”

Al poco tiempo de instalarse en el poder, los nazis abrieron el primer campo de concentración: el 22 de marzo de 1933 inauguraron Dachau, en donde encarcelaron y trataron de forma brutal a todos aquellos considerados opositores al régimen: comunistas, socialistas, dirigentes sindicales y todo aquel que era visto como una amenaza.

Los campos fueron diseñados para acabar con la oposición y atemorizar a la población, con el objetivo de que no haya más opositores. Un campo de exterminio masivo es un campo de concentración con equipos especialmente diseñados para asesinar en forma sistemática.

Existieron seis campos de esta clase: Auschwitz-Birkenau, Belzec, Chelmno, Majdanek, Sobibor y Treblinka; todos estaban ubicados en Polonia.

Cuando se dice “solución final”

Luego de la invasión alemana a la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, comenzaron los fusilamientos masivos de judíos. Más del 80% de los judíos lituanos fueron asesinados hacia fines de 1941. 150.000 judíos de Rumanía fueron exterminados por alemanes y rumanos en los primeros meses de la invasión alemana a la Unión Soviética.

Hasta comienzos de 1943 fueron asesinados la mayoría de los judíos de Ucrania y Bielorrusia occidentales.

En enero de 1942 fue convocada, en un suburbio de Berlín, la Conferencia de Wannsee con el propósito de coordinar los métodos de ejecución de la «solución final al problema judío».

Cuando dices: “Estamos en el horno”

Toda persona con uso de la razón al momento de nombrarle las palabras “Hornos Crematorios” lo asocia con el Holocausto del pueblo judío efectuado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Pareció ser la gran solución para la “Solución Final”, quemar las huellas que pudieran quedar en el aire para evitar “problemas” o “purificar” una “raza”.

Alrededor de 1,1 millones de personas murieron en Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio de la historia de la humanidad. Las cámaras de gas y los hornos crematorios llegaron a matar hasta 5.000 personas por día.

Esto solo pretende ser una ayuda memoria. En este 27 de enero de 2022, a solo 17 años de que se instituyó el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto y a casi 77 años del fin de la guerra, solo te pido que antes de utilizar estos términos, en cualquier circunstancia, pienses en esto. No los utilices, no te burles, no banalices. Es doloroso y triste. No hay comparación posible.

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