El diputado migrante

El pasado 6 de junio se llevó a cabo el proceso electoral más grande de la historia... por primera vez, casi 9 mil capitalinos residentes en el exterior eligieron una diputación migrante que los representará en el Congreso de la Ciudad de México

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El pleno del Congreso de la Ciudad de México recibió la propuesta de protección legal para las mascotas.
El pleno del Congreso de la Ciudad de México recibió la propuesta de protección legal para las mascotas.

El pasado 6 de junio se llevó a cabo el proceso electoral más grande de la historia. Se eligieron más de 21 mil cargos, en todo el país, con la complejidad de llevar a cabo las campañas y desarrollar la jornada electoral en medio de una pandemia.

Otra particularidad de este proceso es que, por primera vez, casi 9 mil capitalinos residentes en el exterior eligieron una diputación migrante que los representará en el Congreso de la Ciudad de México. Ahora el Congreso debe de adecuar su marco normativo para garantizar que el diputado migrante pueda ejercer las atribuciones para las que fue electo.

En este sentido, he presentado una iniciativa para reformar la Ley Orgánica y el Reglamento del Congreso de la Ciudad de México para que el diputado migrante pueda acceder a diversos instrumentos digitales con los cuales pueda llevar a cabo sus actividades, empezando por poder realizar su protesta constitucional vía remota.

La iniciativa encuentra su motivación, entre otras cosas, en el hecho de que quien desempeñé el cargo de diputado migrante pueda realizar su trabajo como integrante del Congreso, sin imponerle la pérdida de su condición migrante, es decir, el diputado migrante tiene derecho a conservar en todo momento su residencia fuera del país.

Residir fuera de México, es la condición bajo la que participa el migrante y si representa a las personas originarias de la Ciudad de México que viven en el exterior debería preservar la naturaleza por la que fue electo. La diputación migrante debe contar con la opción de permanecer durante su encargo en el país en el que, al momento de su elección tiene establecida su residencia.

Por otra parte, la iniciativa considera la posibilidad de que la Junta de Coordinación Política, apruebe sesiones o actividades en las que el diputado migrante deba realizarlas desde el recinto de Donceles.

La pandemia que hoy vivimos, nos llevó a explorar diversos mecanismos de comunicación para que el Congreso no detuviera sus actividades. La aprobación de las sesiones virtuales se hizo con la finalidad de salvaguardar la salud de todos aquellos que convergen en el Congreso y son ejemplo de que el trabajo remoto debe ser incluido en aras de garantizar un Congreso incluyente.

El planteamiento que hoy se hace pretende que los medios remotos de comunicación coadyuven a tutelar el derecho de la diputación migrante de conservar su cualidad y por tanto su residencia fuera del país, pero también le da las herramientas necesarias para cumplir con sus obligaciones.

Sin duda la propuesta de reforma se puede perfeccionar con la discusión que se dé sobre la misma, lo importante es que los integrantes de la actual legislatura debemos tener claro que es un tema que urge legislar, no podemos abonar a la simulación a la que algunos partidos han recurrido a la figura para postular falsos migrantes. No debemos caer en la omisión y menos en este momento, pues la diputación migrante ya ha sido electa.

La diputación migrante no debe implicar que la persona electa renuncie a su cualidad migrante, de lo contrario esa figura pierde completamente su sentido y no tendría razón de ser.

*Ricardo Ruiz Suárez es diputado de la Ciudad de México por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Maestro en Derecho Constitucional y Administrativo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha sido catedrático e investigador del Departamento de Derecho de la UAM-Azcapotzalco.

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